Blog de viajes por los antiguos focos civilizatorios de América Latina: Zonas arqueológicas y bellezas naturales
sábado, 18 de enero de 2025
Estancia arqueológica en Campeche. Parte 5. Xkakawitz/Inah-bec/Xkalacho'n/Kukal, un sitio difícil de identificar
Xkakawitz desde el dron
Para el sábado 23 de noviembre, salí alrededor de las 6 de la mañana del departamento y tomé un camión hacia el centro de Campeche; cerca del mercado me dirigí a la terminal de las combis que salen en dirección a Hecelchakán. Había revisado esas ubicaciones porque durante la semana pedí por internet una tapa nueva para el lente de mi cámara, que pudiera amarrarse con una correa para no volverlo a perder como en el fallido intento por encontrar Tunkuyi, por lo que pasé por el centro para recoger mi paquete. No había gente, así que el transporte salió hasta las 7, llegando a destino poco después de las 8. Ahí esperaba ver otras combis que fueran hacia Calkiní, aunque tuve que preguntar un par de veces porque caminé al lado contrario al que debía. Cuando por fin di con el lugar, no alcancé a subir a la primera que salió y tuve que esperar casi media hora. Por fin abordé una y en menos de 15 minutos estaba bajando en la entrada del pueblo de Pocboc, me preocupaba que el sol subiera demasiado porque tenía pensado hacer una larga caminata de 20 km o más, estaba comenzando pasadas ya las 9 de la mañana.
Estructura en pie
Caminé hacia el oriente, subiendo por una cuesta algo empinada, justo estaba en el inicio occidental de las colinas del Puuc, pasé directamente de la planicie costera a una serie de valles entre cerros bajos, muchos de ellos cubiertos de milpa. El camino estaba bordeado de árboles y había una brisa fresca que hizo que la caminata fuera muy agradable por muchas horas. Después de 5 km me desvié en otro camino hacia el norte y pasé junto a algunas elevaciones que forman un círculo casi perfecto, tengo la teoría de que ahí se encuentra el sitio de Xcorralché de Pollock o de Pocboc, por lo que subí a la parte más alta buscando estructuras. En efecto, ahí habían montículos muy claros, pero me fue imposible ver cualquier detalle porque todo estaba cubierto con al menos un metro de plantas pega pega. Me llené de semillas en la ropa y me irritaron la piel de las piernas, así que desistí de seguir buscando, ni siquiera traía un machete. Bajé al valle nuevamente y estuve un largo rato quitando semillas, luego de un par de kilómetros ya estaba un poco más cómodo, pero se pondría peor horas más tarde.
Edificio entre la milpa
Pasé por áreas donde sé que se encuentran algunos sitios pequeños, aunque la vegetación en las colinas me impedía buscarlos, seguí de largo hasta un campo de cultivo y pude ver un pequeño cerro cubierto de piedras, estaba llegando a un sitio que buscaba, aunque de momento no podía divisar nada de lo que quería localizar. Entré en la milpa y subí a la parte alta, que tendría apenas unos 15 metros sobre el nivel del suelo, justo ahí pude ver la parte trasera de un edificio maya. El lugar es un poco desconcertante para mí, ya que lo había encontrado con el extraño nombre de Inah-Bec, el cual casi seguro es incorrecto; investigando la zona pude saber que en esa área algún autor desconocido ubicaba un Xcacauitz, forma incorrecta de escribir el maya X-kankab-witz "La montaña de tierra amarilla" pero, días más tarde, pude ver en un libro de Lorraine Williams-Beck, que ella ubica a Xkakawitz más al oriente; por último, un mes más tarde, Gabriel Partida estuvo en el mismo sitio, pero él le llamó Xcalachón "Zopilotes gemelos" por instrucción de Stephan Merk, aunque días después corrigieron a Kukal, que bien puede ser el nombre correcto.
Independientemente de su verdadero nombre, este sitio tiene algunos montículos que están completamente sembrados de maíz, que crece aún sobre las piedras. El único edificio en pie solo conserva la pared trasera y las laterales de una única habitación, aunque pudo tener más. Se puede reconocer el estilo Puuc Temprano en su construcción y en su bóveda. Al arribar se despejó un poco el cielo y comenzó a hacer mucho calor por una hora al menos; aproveché la sombra del edificio para tomar un descanso, volar el dron y seguir quitándome restos de plantas pega pega. Aún desde las alturas no pude divisar con mi equipo ningún otro edificio visible, únicamente montículos bajos, por lo que mi visita fue corta y al poco tiempo estaba alistándome para buscar un último sitio a un par de kilómetros de ahí, para entonces ya llevaba alrededor de 12 caminados.
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