sábado, 11 de mayo de 2024

Viaje por el noreste del Petén. Parte 6: Tzikín Tzakán y Corozal Torre

Torre de Corozal Torre
No paramos en Melchor de Mencos después de salir de Naranjo, seguimos de largo y nos dirigimos al cercano sitio de Tzikín Tzakán, el cual había visitado en 2014. Entramos con la camioneta subiendo el empinado camino de entrada, el cual me pareció más largo que lo que recordaba. Llegamos hasta una plaza con un montículo y yo me dispuse a buscar el palacio que recordaba en el sitio. Marcia vio un camino que descendía un poco antes de continuar hacia una cima más alta que en la que estábamos así que por ahí continuamos a pie, pero yo estaba confuso porque no reconocía aquel lugar. Llegamos a una gran plaza con montículos y encontramos uno que parecía tener todavía algunos restos de muros, pero casi completamente caídos. Recordé que en algún lado había recibido la noticia del colapso del palacio del lugar, pero creí que algo quedaría en pie, sin embargo no había sido capaz de encontrar nada y estaba seguro de que el edificio estaba justo junto al camino de acceso. Con gran contrariedad regresamos a la camioneta y ahí pudimos comprobar que el primer montículo que vimos era la estructura que buscábamos, donde no quedó en pie más que un par de hileras de piedras. Una capa de escombro sobre las raíces de un árbol que crecía en la parte alta me confirmó que ahí ocurrió recientemente un derrumbe. Nada quedó de aquel palacio.

Torre de Corozal Torre
Después de aquella mala impresión, regresamos a la camioneta y nos dirigimos a Corozal Torre, esta vez con un vehículo que podía entrar sin ningún problema en ese camino que fue imposible de accesar con el auto de Julio el día anterior. Avanzamos algunos kilómetros y nos encontramos con un potrero lleno de vacas y toros que luchaban entre sí, frente a ellos vimos los restos de un edificio que es parte de un área que se llama Quemada Corozal, aunque ya estábamos convencidos de que solo era parte del mismo sitio que Corozal Torre; más adelante vimos un corral y detrás algunos manchones de selva. La ubicación que yo llevaba no era exacta, por lo que me dispuse a buscar el sitio con el dron, sin resultados porque la selva cubría todo posible vestigio. Decidí internarme en la selva justo junto a la camioneta, pero no pude encontrar ni un solo montículo, incluso la vegetación tan cerrada me hizo desorientarme y me di cuenta de que en lugar de regresar me estaba internando más. Afortunadamente tenía la brújula y guiado por ella pude volver al punto de inicio en un par de minutos.

Decoraciones de la torre
No quería irme con las manos vacías, por lo que, junto con Will, revisamos imágenes de satélite para ver áreas posibles en donde encontrar el sitio en las cercanías. Identificamos dos zonas sospechosas a unos metros y nos dirigimos ahí. Nuevamente entré a la selva, pero lo que creía era un montículo en las imágenes resultó ser una pequeña depresión, nuevamente regresé sin éxito. Decidimos que el último intento sería al otro lado del corral, por lo que caminamos unos cuantos metros más, ya los otros estaban regresando un poco con la camioneta cuando, sin necesidad de entrar nuevamente entre la vegetación, vi claramente el edificio principal del sitio. Llamamos a todos y regresé al vehículo por mi tripié y mi cámara, no terminaríamos el día con un fracaso.

Torre de Corozal Torre
Al acercarnos nos dimos cuenta de que casi seguramente el sitio tuvo un par de estructuras gemelas, semejantes a las de San Clemente, que parecen templos de Tikal en miniatura, pero aún más pequeñas que las de su cercano vecino, distante menos de 2 km, pero por otro camino. Una de las dos gemelas había colapsado por completo, pero la segunda aún mostraba gran parte de su basamento delgado y alto, y del templo superior, con un friso decorado con mascarones. Estuvimos rodeando el edificio para fotografiarlo por todos los ángulos posibles y tuvimos la duda de si el templo superior tuvo una habitación o no. Yo subí a la parte alta y me encontré que se trataba de un único muro con un acceso simulado, no había espacio ni vestigios de ninguna habitación, en verdad se trataba de una torre y no de un templo.

La visita fue rápida porque no hay más arquitectura expuesta, así que volvimos a la camioneta y paramos para fotografiar los restos de Quemada Corozal, la distancia a la torre apenas era de unos 200 metros, definitivamente formaban parte del mismo sitio. La tarde ya estaba cayendo y nosotros iniciábamos el regreso a Melchor de Mencos triunfantes. No hubo reunión con el equipo completo para cenar, nosotros llegamos a comer tacos cerca del hotel y después vimos que algunos de los demás estaban en una fonda justo junto a donde nos encontrábamos. Finalmente habían llegado los Partida desde Flores aunque se fueron a otro hotel, también arribaron Carlos, Paola, Leonardo y Thomas, que salieron de Chetumal y cruzaron Belice. Marvin, Ernesto y Valeria habían recorrido algunos sitios en el vecino país y Eduardo estuvo escribiendo las guías para sus vídeos de los días siguientes. Finalmente estábamos todos y comenzaríamos el gran recorrido que motivó nuestra presencia en Melchor de Mencos a la mañana siguiente.





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