sábado, 27 de abril de 2024

Viaje por el noreste del Petén. Parte 4: Holtún y La Blanca

Mascarón de Hultún
Comenzamos nuestro recorrido hacia Melchor de Mencos, que sería el punto de reunión del grupo completo antes de comenzar el recorrido por la selva para el que estábamos ahí. Antes de llegar habríamos de hacer algunas paradas. En primer lugar pensábamos ir al sitio de Corozal Torre, un sitio que solo Eduardo conocía y que está cerca de San Clemente, este último lo visité en 2013, pero en el carro sería imposible de alcanzar por el mal estado de la terracería que lleva a él; Corozal Torre tenía pinta de ser más fácil, pero tampoco pudimos tomar ese camino porque en el entronque con la carretera en la que íbamos, había un gran escalón que hubiera sido imposible de pasar en un compacto.

Decidimos seguir hasta la aldea de La Máquina, donde se encuentra la entrada al sitio de Holtún "Cabeza de piedra", que también había visitado en 2013. Llegamos hasta la caseta del custodio y a partir de ahí caminamos un largo sendero hasta el sitio. Parecía que la subida que lleva ahí nunca terminaba y fue algo ardua por el intenso calor que hacía. Aún así, mientras mis compañeros se quedaron en la estructura principal, yo me di cuenta de que había letreros que decían que el sitio continuaba; decidí recorrer hasta el final del sendero, ya que antes no lo había hecho nunca. 

Palacio de La Blanca
Ese camino fue agotador, llegué hasta 6 plazas que no había visitado, todas con montículos y sin ningún rastro de arquitectura visible, únicamente con un chultún de doble boca en una de las primeras. Me pareció eterna la caminata, ya que no veía el final. Regresé casi corriendo porque pensaba que me había llevado demasiado tiempo, pero todavía tuve la oportunidad de fotografiar el mascarón que da nombre al sitio, en la estructura principal, dentro de una enorme trinchera de saqueo que dejó al descubierto una subestructura. Quise ver el otro lado de la estructura, pero fue algo peligroso porque pasé por un talud sumamente empinado por el que podía caer en cualquier momento si me distraía, sin embargo pude ver algunos fragmentos de muro que dejó visible el enorme saqueo, que pasó de lado a lado del edificio, aunque en ese último lado fue cerrado con piedras.

De regreso a la entrada, Julio ya estaba sumamente cansado, el camino fue algo lento por esto, pero aún así quería visitar un último sitio. Decidimos que yo manejaría, la primera vez que lo haría en Guatemala, para que él descansara; así que por primera vez en el viaje me tocó estar al volante y continuar el camino hacia Melchor de Mencos, nos desviamos por otra terracería hacia el suroeste y avanzamos por ahí cerca de una hora. Así llegamos a otro sitio que yo ya conocía: La Blanca. Este lugar ha sido trabajado continuamente por arqueólogos españoles, por lo que encontramos detalles que no vi antes, entre ellos grandes secciones de muros junto al palacio, que tiene unas enormes bóvedas sobre sus habitaciones.
Estructura en La Blanca

En La Blanca, el custodio nos acompañó a recorrer el sitio, primero el palacio, donde Eduardo estuvo buscando un grafiti de un visitante del siglo XVIII, pero no pudo ubicarlo. Después de eso fuimos a un grupo alejado que en mi anterior visita me costó mucho trabajo de ubicar. Se trata de un pequeño edificio muy interesante que tiene algunos restos de estuco en lo poco que queda de su templo.

Una vez que terminamos el recorrido por este sitio de pequeña extensión pero impresionante arquitectura, volvimos a subir al auto y yo continué manejando de regreso a la carretera principal y después a Melchor de Mencos, llegando al hotel en el que nos quedaríamos dos noches. Ahí nos encontramos con Marcia, de Argentina, quien ya había llegado. Después nos enteramos que los Partida de Chiapas, que habíamos visto en la frontera, no llegarían esa noche. Fuimos a bañarnos y a descansar un poco y luego fuimos a cenar. Ahí nos reunimos nuevamente con Marcia y llegó Marvin, de Guatemala, además de Will y William, quienes llegaron de Mérida y luego pasaron a Palenque a recoger a Juan, de Laredo, luego de que tuvo un trayecto accidentado en avión. Nos pusimos de acuerdo para el día siguiente: los Williams, Juan, Julio y yo iríamos a Naranjo; Ernesto, Marvin y Valeria cruzarían a Belice y Eduardo se quedaría a descansar en Melchor de Mencos, Marcia se uniría a nuestro grupo al día siguiente.



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