Qoricancha de noche |
Cuando salimos de Laqo estaba completamente oscuro pero no tardamos mucho en subirnos a un camión de regreso a Cusco, ahí nos pasamos del centro y nos pasamos un poco así que decidimos caminar de vuelta para ver que nos encontrábamos en el camino, tan solo habíamos visto un poco de la ciudad cuando llegamos y bajamos del avión y por la mañana antes de subir a Sacsaywamán; al día siguiente regresaríamos a Lima así que era nuestra única oportunidad de recorrer la ciudad imperial. Lo primero que hicimos fue comer anticucho: unas brochetas de carne muy suave que se venden en las calles y después de no comer mas que maíz en Chinchero nos supieron a gloria.
El primer punto que visitamos fue uno que ya habíamos visto: la zona arqueológica de Qoricancha, así como la iglesia que se encuentra actualmente sobre las ruinas incas, como todas las que vimos en la zona no permitían que tomaran fotos en su interior así que tuvimos que conformarnos con imágenes del exterior. Desde ahí caminamos por las estrechas calles que forman el centro de Cusco, por todos lados veíamos que las bases de los muros estaban construidas con las piedras perfectamente labradas del estilo imperial inca, casi todos los edificios fueron construcciones prehispánicas sobre las que se levantaron edificios coloniales, incluso algunos de ellos conservaban las puertas trapezoidales mas antiguas.
Restos incas en Cusco |
En cierta parte, luego de pasar por un estrecho callejón vimos a nuestra izquierda una serie de puertas incas que tenían cristales que impedían pasar pero permitían mirar al interior del predio y nos percatamos que ahí existió un palacio inca del que aún quedaban vestigios, pero por la hora no pudimos visitarlos.
Una vez que divisamos la plaza de armas unas cuadras a la izquierda de nuestra ubicación, nos dedicamos a buscar la famosa piedra de los 12 ángulos, ejemplo de la talla y ensamble perfectos de las rocas de las construcciones incas; recorrimos algunas calles y finalmente dimos con ella, a mí no me parecía demasiado interesante así que quise probar el mito de que entre las uniones de las piedras no se puede introducir ni una hoja de papel, lo cual no es verdad pero me valió un regaño y de todos modos las uniones no podrían ser más perfectas.
Iglesia de la compañía de Jesús |
Caminamos muy poco para llegar a la plaza de armas, me gustaron mucho la iglesia de la compañía de Jesús y la catedral que se ubican en dos de sus lados y nos sentamos un momento a contemplar la vista.
El hambre nos estaba ya haciendo sufrir un poco así que regresamos al hotel para después salir a cenar, por la hora nos fue difícil encontrar un lugar pues no estábamos en el primer cuadro de la ciudad y acabamos en una pizzería que no era mi ideal para un platillo en un país extranjero pero al menos no era un domino's y las pizzas no estaban preparadas igual que en México, tenían un toque peruano que disfrutamos bastante no sólo ahí sino en todas las comidas que disfrutamos en el viaje.
Catedral de Cusco |
Aquel día dormimos bastante cansados, pero al siguiente nuevamente sería pesadísimo el recorrido, nos levantamos temprano pues a las 7 salía nuestro vuelo de regreso a Lima. Éste recorrido fue mucho menos espectacular que el inverso, me senté del lado contrario del avión pero lo más interesante fue que al despegar pasamos por lugares que ya habíamos recorrido como Tipón y Piquillacta, después en aquél lado se veía una gran meseta cortada en algunos puntos por barrancas, pero ninguna montaña espectacular y nevada como del lado contrario que estuve contemplando anteriormente. Al final de nuevo estábamos junto al mar y llegamos a Lima directo al primer hospedaje que encontramos y comenzamos un día de récord pues si no era suficiente recorrer 9 sitios de Cusco en un día, ésta vez recorreríamos 10 sitios limeños en el mismo lapso.
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