domingo, 23 de julio de 2017

Viaje a Yucatán y Campeche pt. 12. Yaxcopoil, la casa de la oscuridad

Hacienda de Yaxcopoil
No tuvimos mucha suerte en el viaje con los sitios arqueológicos que se ubican dentro de haciendas; el 2 de enero comenzamos nuestro recorrido dirigiéndonos a una que se sumó a Poxilá como un fracaso para nosotros, ésta vez en Hotzuc, donde existe un altar circular con glifos y muchas piezas sueltas mayas empotradas en muros del edificio colonial; Eduardo ya había estado ahí pues un habitante del poblado lo había acompañado pero al buscarlo en su casa no se encontraba y debido a que había varios trabajadores ocupados dentro de la hacienda nos fue imposible conseguir permiso para pasar aunque preguntamos varias veces y estuvimos esperando un rato para ver si aparecía alguien que nos pudiera acompañar.

Elemento arquitectónico en el pequeño museo de Yaxcopoil
La siguiente parada era un viejo conocido para nosotros, Yaxcopoil es un sitio que está también en terrenos que pertenecían a la hacienda del mismo nombre que al igual que Hotzuc se dedicaron a producir fibra de henequén en el siglo XIX, aunque la carretera que va a Muná pasa por en medio de los restos arqueológicos y ya muchos de mis amigos y yo habíamos parado a ver los dos edificios pequeños que están en los acotamientos del camino y que forman parte del grupo Tanmul del gran sitio arqueológico que se extiende por ambos lados y que contiene estructuras mucho mas grandes. Había entre nosotros cierto debate sobre si era válido considerar en nuestra cuenta Yaxcopoil habiendo conocido únicamente esas dos estructuras pero nuestra intención era finalmente terminar con eso visitando el grupo central, el cual hasta entonces solamente nuestro amigo Luis Adrián de Monterrey había podido ver, ni siquiera Eduardo había estado ahí.

Una de las estructuras junto a la carretera
Lo primero que hicimos fue entrar a la hacienda, la cual actualmente está abierta a su visita pública, aunque nosotros únicamente queríamos ver una habitación habilitada como museo que contiene varias piezas arqueológicas de la antigua ciudad maya de Yaxcopoil ("lugar de los álamos verdes"), la mayoría de ellas se encontraban en un edificio llamado Aka'na "casa de la oscuridad". Entre las piezas que vimos se encontraban columnas con figuras de gobernantes, dos planchas de estuco que tenían tres rostros sencillos en el canto de su parte frontal, fragmentos de estelas y decoraciones de edificios, además de algunas piezas completas de cerámica; en una pared en un cuarto contiguo había también una piedra con un diseño geométrico que estaba empotrada directamente en el muro de la hacienda.

Escalinata volada en edificio de Yaxcopoil
Verdaderamente encontrar el Aka'na fue un capítulo oscuro del viaje, nos costó muchas horas perdidas e incluso estuvimos a punto de abandonar la búsqueda. En la hacienda preguntamos si había alguien que pudiera servirnos como guía y la respuesta fue que el único que conocía la zona estaba fuera y probablemente le encontraríamos limpiando la hierba a los lados de un camino en el actual poblado; salimos con el carro y dimos varias vueltas por todas las calles que estaban hacia la zona donde nos indicaron que buscáramos pero nunca dimos con la persona indicada. Por viejas fotografías sabíamos aproximadamente en que área de la selva se encontraba el grupo central de Yaxcopoil, así que decidimos dirigirnos ahí y ver si encontrábamos alguien que nos ayudara pero en el camino no había ni un alma. En una terracería dejamos a Julio con el auto esperando por si algún lugareño pasaba mientras Eduardo y yo caminábamos para ver si hallábamos el Aka'na, y aunque vimos algunos montículos de piedras nada indicaba que el edificio estuviera por ahí.

Aka'na
Regresamos a la carretera y visitamos los edificios que ahí se encuentran, buscamos caminos que entraran a la selva detrás de ellos pero no vimos nada de interés, ahí encontramos a un señor que nos dijo que en una tienda cercana quizá sabrían del resto de edificios arqueológicos pero ahí nos dijeron que no había ninguna zona arqueológica en el poblado ¡a pesar de que los edificios de la carretera estaban a menos de 100 metros adelante!

Finalmente estábamos en la disyuntiva de si seguir adelante a otro sitio o hacer un último intento regresando a la hacienda, pero creíamos que perderíamos demasiado tiempo en vano, así que contactamos a nuestro amigo el arqueólogo Miguel Covarrubias, quien nos dijo que sería difícil que encontraramos el edificio solos; también llamamos a Luis Adrián, el nos dió una descripción del camino que lleva al Aka'na, y reconocí que lo que nos describía era la misma terracería que habíamos recorrido pero en el sentido contrario, del otro lado de la carretera donde nos detuvimos; decidimos ir allá y justo cuando nos deteníamos para buscar el grupo central, un lugareño en bicicleta pasó y nos confirmó que por ahí se entraba, incluso se ofreció a llevarnos, cosa que aceptamos con gusto.

El interior muy dañado del Aka'na
Caminamos por un trecho no muy largo y finalmente reconocimos una serie de grandes montículos a los que ascendía el sendero, llegamos a una plataforma amplia después de bajar del más grande y pocos metros a la izquierda encontramos los restos de un arco maya que sobresalía de un montón de escombros, ahí abajo había un pasillo alargado en buenas condiciones y una vez que rodeamos el montículo vimos que ese corredor terminaba igualmente saliendo por el lado contrario del edificio, una especie de rampa se veía encima así que pudimos verificar que se trataba de una "escalinata volada", es decir que la escalera que iba a la cima de éste edificio pasaba sobre el corredor que la atravezaba por debajo, por lo cual su base no era sólida sino que se apoyaba en el arco que observamos.

Decoraciones en la subestructura del Aka'na
Desde el montículo de la escalinata volada pude ver la silueta de un edificio en pie, finalmente ahí estaba la casa de la oscuridad Aka'na. Una vez que llegué frente a él me di cuenta que quizá lo que parecía la entrada era la parte trasera, aunque el edificio está tan dañado que es difícil decir donde estaban los accesos a sus tres o cuatro habitaciones que forman una "T". La parte más conservada es una sola habitación que está pegada a una línea de dos o tres que están casi completamente caídas. Hay un gran hueco al centro de la pared de ésta única habitación del inicio, probablemente era una puerta aunque ya no tiene forma; adentro también hay grandes agujeros en los muros que podrían haberse formado todos de la misma forma al caer los dinteles y las jambas de cada entrada y dejando únicamente grandes huecos de forma semicircular. El nombre de éste edificio seguramente le fue dado porque antes de que se cayeran gran parte de los muros, en las habitaciones centrales debió reinar una casi completa penumbra.

Restos de pintura roja en la subestructura del Aka'na
La mayor sorpresa que encontramos en éste edificio fue que al llegar a la pared del fondo de la primera habitación pude ver que ésta fue un añadido tardío pues se encontraba unida a la fachada de las habitaciones casi derrumbadas, el muro que cubrió antes de que fuera construida era la entrada al edificio y estaba decorado con bellos colores entre los cuales pude distinguir rojo y azul maya; aún se podían ver adornos geométricos hechos en estuco muy bien conservados en el espacio que quedaba entre ésta fachada antigua y el muro que la cubrió después, que en esa parte está dañado y deja ver lo que hay detrás.

Me dispuse a rodear el edificio y lo que ví fueron restos de muros y grandes pedazos de bóveda caidos hacia el centro de las habitaciones, por lo que en gran parte el paso a las demás en su mayoría estaba bloqueado.

Aka'na de Yaxcopoil
Una vez que regresé frente a la primera habitación que ví, estuve un rato contemplando el edificio que está en los últimos años de su existencia pues poco a poco se va cayendo a pedazos y quedando poco que lo sostenga, además hay un gran árbol creciendo en su costado y cuyas raíces se han colado en los poros abiertos del muro, creando una escena pintoresca y melancólica que hace que la estructura cobre un poco de vida en sus últimos años, pues cuando el árbol se seque y muera se llevará con él gran parte del Aka'na, al que ha unido a su destino con sus raíces tan profundamente incrustadas en la roca.

Detrás de éste edificio continúan los montículos formando plazas, que en algunas partes aún conservan restos visibles, pero de los cuales no ví gran cosa cuando me separé de mis compañeros y me puse a cruzar las áreas enselvadas para poder ver lo más que podía del sitio arqueológico de Yaxcopoil.

Regresamos al auto y era algo tarde para seguir así que sólo nos quedaba visitar un sitio más, nuevamente fue bastante difícil, pero eso quedará para el siguiente capítulo.


No hay comentarios:

Publicar un comentario