lunes, 31 de julio de 2017

Viaje a Yucatán y Campeche pt. 13. Sacbé, un sitio muy elusivo

Estructura principal de Sacbé
Luego de haber encontrado el Aka'na de Yaxcopoil, no había mucho tiempo para ir a algún sitio difícil de encontrar o más lejano que el poblado de Santa Elena; por ello Eduardo nos propuso a Julio y a mí llevarnos al sitio de Sacbé, él ya lo había visitado dos veces así que supuso que sería fácil llegar.

Llegamos a Santa Elena y entramos en una terracería buscando las referencias que Eduardo recordaba para llegar, al principio no estábamos seguros del lugar donde debíamos tomar otra brecha para dirigirnos a Sacbé pero luego de encontrarnos con una pequeña milpa y un apicultivo ya no hubo duda; dejamos el carro en un pequeño claro y caminamos siguiendo el sendero que a partir de ahí se internaba en la selva, aunque sólo unos metros adelante parecía perderse, sin embargo ésto sólamente era porque un árbol caído bloqueaba el paso, pero luego de rodearlo la senda seguía en línea recta.

Estructura destruida
Caminamos algunos metros buscando un árbol marcado desde el cuál se podía subir una loma hasta el sitio, sin embargo no encontrábamos nada sino algunos razguños en un tronco; Eduardo decidió que subiéramos a una loma desde ahí pero llegamos hasta la cima sin encontrar nada. Como ya he mencionado, Lalo ya había estado en Sacbé dos veces, aunque la primera de ellas había equivocado el camino, se separó de él y aún teniendo un gps en su reloj no pudo regresar por donde había entrado y se perdió durante 5 horas en la selva, una experiencia terrible que es una de las peores situaciones que pueden pasarle a alguien que va en búsqueda de sitios arqueológicos mayas como nosotros. Yo también me atreví a salir del camino para ver si encontraba el elusivo Sacbé sin hallar nada más que algunas plataformas y alineaciones de piedras, sin embargo mi apoyo para orientarme probó ser más confiable que un pequeño gps: el sol, usando el mismo método que los cazadores de la región pude volver sin mayor problema al sitio donde Eduardo y Julio se sentaron para esperarme, y se arrepintieron después de no haberme acompañado pues al estar inmóviles sin darse cuenta fueron presa de una gran cantidad de pulgas cuyas picaduras les provocaron una tremenda comezón más tarde aquél mismo día.

Restos de edificio
Volvimos a salir al camino nuevamente siguiendo al sol, no sabíamos como podríamos encontrar solos el sitio así que decidimos no perder tiempo y regresar a Santa Elena para buscar a uno de los guías que ahí viven, pero llegando a su casa nos dijeron que se encontraba en Mérida; entonces Eduardo sugirió buscar a otro guía llamado Narciso, a quién el encontró en el campo y que finalmente lo llevó a Sacbé días después de haberse perdido. Por el nombre nadie nos pudo dar razón de donde encontrarlo, por lo que en el carro fuimos a estacionarnos afuera del restaurante Chac Mool, donde habíamos cenado días antes para conectarnos a su red wifi, de la cual teníamos guardada la contraseña. Vimos el vídeo que Lalo grabó y ahí supimos el apellido de Narciso; con éste dato fue fácil que nos dieran su dirección, unos minutos después lo encontramos afuera de su casa y le pedimos que nos ayudara a dar con Sacbé, cosa que aceptó de buena gana luego de haber reconocido a Eduardo.

Restos de otro edificio
Nuevamente llegamos hasta el punto donde subimos a la loma, pero Narciso siguió de largo y a menos de 100 m más adelante dió vuelta en un camino que iba hacia el lado contrario al que nosotros entramos antes... así nos dimos cuenta que Eduardo nos había llevado justo por donde se había perdido algunos años antes.

El camino subía otra loma y justo al llegar a la parte más alta nos encontramos con los restos de un edificio que conservaba parte de sus muros pero cuyos techos estaban completamente derrumbados, mientras examinaba las habitaciones pude ver entre la maleza la bella estructura que aún está en pie en Sacbé pero antes de dirigirme ahí caminé hasta otro montículo que en su cima también tenía varios restos de muros y habitaciones.

Sacbé fue visitado en el siglo XIX por John Lloyd Stephens y Frederick Catherwood, por lo que aparece en el libro "Incidentes de viaje en Yucatán" y posee una litografía del edificio principal, el cual sigue casi igual que como se encontraba entonces, excepto porque una buena parte de su decoración en mosaico de piedra ha caído ya de su fachada; Sacbé también estuvo desubicado muchos años en los que se llegó a creer que había colapsado todo lo que había en pie, pero fue redescubierto hace pocas décadas.

Detalle de la decoración de la estructura principal
Después de ver los dos edificios casi totalmente destruidos finalmente estuve frente a la estructura 1; éste edificio probablemente tuvo tres habitaciones, de las cuales dos siguen en pie y la del lado derecho ha colapsado dejando en su lugar un montón de piedras. En el cuarto de la izquierda tiene una gran grieta que anuncia que será la siguiente en caer a menos que sea rescatada, sin embargo prácticamente no hay trabajo arqueológico en éste sitio.

La parte superior de la fachada está decorada con mosaico de piedra y es uno de los diseños más sobrios y armoniosos que me ha tocado ver, contiene formas de grecas sobre una línea de tamborcillos y alternando los diseños geométricos hay filas de dos mascarones del dios chaac con su nariz curva que sobresale.

Estructura 1 de Sacbé
Cuando terminamos de fotografiar y de admirar el edificio principal ya la luz del sol se tornaba rojiza, así que regresamos al auto y llevamos a Narciso a su casa para luego pasar a cenar nuevamente en el restaurante Chac Mool. Ahí fue cuando primero Eduardo y poco después Julio comenzaron a quejarse de la intensa comezón que los piquetes de las pulgas les producían y tuvieron que aguantar hasta que regresamos al hotel en Mérida para salir a comprar una pomada que les alivió el malestar que por momentos parecía que se tornaba insoportable; yo me salvé de ésto por no haberme detenido en ningún momento mientras estábamos en la selva.


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