Primera estructura de Xpambehaltún |
El siguiente sitio que visitamos aquel día fue sumamente problemático; lo primero que hicimos fue buscar el camino de acceso en el borde de Cumpich, yo no estaba seguro de nuestra posición luego de habernos desviado al cementerio y eso complicó todo de inicio. Una serie de hechos extraños casi nos imposibilita realizar cualquier visita a algún sitio por el resto del día.
Hice dos intentos por ubicarnos y al segundo tomamos el camino más sureño que conducía a las inmediaciones de Xcucsuc, un sitio poco conocido que había podido ver en los vídeos inéditos de mi amigo Eduardo; solo unos metros adelante vimos que la brecha era terrible, comenzaba a ascender para pasar por el costado de una colina y estaba totalmente cubierta de piedras irregulares, algo imposible de pasar con el auto. Tomamos rumbo al norte para buscar un segundo camino alternativo pero de pronto vi que mi brújula indicaba que estábamos en una dirección equivocada, ahí me di cuenta de que en los anteriores intentos por ubicarnos había pasado lo mismo y por eso estaba teniendo problemas.
Primera estructura |
A partir de ahí supimos que algo extraño sucedía, Julio y yo reconocíamos aquella carretera porque habíamos pasado por ella tiempo atrás cuando visitamos el sitio de Haltunchón, según el mapa era imposible girar tanto como para no dirigirse casi directamente al norte y sin embargo la brújula decía otra cosa. Decidí ignorar mi instrumento y dimos vuelta al poniente directamente hacia el sitio ¡mi sorpresa fue mayúscula al ver que la brújula ahora indicaba que nos dirigíamos al norte! el misterio fue creciendo, me imaginé que estábamos de alguna manera cerca de algún yacimiento de hierro o de una antena que generaba un fuerte magnetismo pero es prácticamente imposible encontrar hierro en la piedra caliza de la península de Yucatán y no se veía por ninguna parte algún indicio de instalaciones de transmisión o algo parecido, pedí a mis compañeros que revisaran la dirección en sus celulares y ambos indicaban erróneamente el norte, igual que la mía.
Restos de habitación |
Le pedí el mapa a Adriana y lo coloqué sobre el volante, iba muy despacio revisando cada rasgo de la carretera contra la fotografía de satélite con la que contaba; no había duda, íbamos hacia el oeste por el camino correcto y las brújulas seguían apuntando en dirección del oeste en lugar del norte. Aún más sorprendente fue mirar claramente como al rodear un cerro la aguja de mi instrumento dio un giro de más de 360° para detenerse finalmente apuntando al verdadero norte.
Un poco más adelante llegamos a la entrada de un rancho, tuve dudas sobre la ubicación de Xcucsuc pero sabía que estábamos muy cerca. Mis compañeros se quedaron en el auto y yo caminé por los terrenos cercanos para buscar estructuras en pie. Encontré numerosos montículos y algunos pocos restos de muro pero ningún edificio medianamente conservado, incluso pasé por toda la parte trasera del rancho sin encontrar nada.
La decoración inusual del segundo edificio |
Regresé al auto y decidimos avanzar un poco más para seguir buscando, un local que pasaba sumamente acalorado nos indicó que había unas ruinas más adelante aunque sus instrucciones fueron bastante vagas para ser de mucha ayuda; llegamos hasta un lugar donde el camino comenzaba a serpentear al pie de varios cerros y decidimos no seguir más allá, ya de regreso vi un llano con milpas y unos montículos bastante sugerentes, estábamos a punto de pasarnos pero decidí parar y echar un vistazo.
Así bajé nuevamente dejando a mis compañeros en el auto, ya llevaba cerca de hora y media caminando bajo un sol inclemente y me encontraba sumamente cansado pero no quería marcharme sin encontrar nada. Crucé un campo y llegué a la base totalmente enmontada de la colina más grande, la cual tendría 6 o 7 metros de altura; con dificultad subí a su parte alta y ahí me encontré con un gran chultún, justo en la cima había indicios de que alguna vez hubo una construcción pero nada más.
Bóveda en el segundo edificio. |
Ya casi me rendía pero al mirar en dirección a donde el carro se encontraba, vi en una pequeña colina cercana un muro que se dibujaba a penas entre la maleza, hice señas a mis compañeros y me dirigí hacia ahí; luego de un rato nos reunimos todos en ese punto y pudimos ver un edificio bastante dañado pero que conservaba parte de las bóvedas de dos habitaciones, una detrás de otra y su acceso en el centro de la fachada frontal. Julio se puso a limpiar la maleza pero el machete ya estaba perdiendo filo, por ello fue algo tardado y difícil.
Luego de revisar el edificio, concluí que no se trataba del que había visto en el vídeo de Eduardo así que me dispuse a buscar en la parte trasera, ahí parecía haber un pequeño patio y del otro lado otro montículo. Fue difícil acercarme hasta ahí pero bien valió la pena pues esa segunda estructura estaba mejor conservada que la primera.
Polluelos de zopilote |
Lo primero que pude ver fue un muro parcialmente expuesto bajo un montón de escombro, se trataba de un friso con una decoración bastante extraña de líneas verticales, no lo supe entonces pero en una de ellas existe incluso un glifo pintado. Al rodear el edificio vi un fragmento de bóveda aún en pie que tenía un hueco en su parte baja, me acerqué y noté un olor desagradable que provenía del interior, aún así entré para encontrarme con una habitación prácticamente completa; mis ojos se estaban acostumbrando a la oscuridad que ahí reinaba cuando empecé a escuchar un sonido extraño como de gruñido, temí encontrarme con algún animal agresivo pero no podía moverme demasiado, un momento después pude ver dos pequeños polluelos cubiertos de plumilla blanca y con la cabeza casi desnuda y negra, se trataba de crías de zopilote. Decidí no molestarlas y salí por el mismo hueco, afuera vi que su madre estaba posada en un árbol y por momentos graznaba y volaba de un lugar a otro amenazante.
Xpambehaltún entre la maleza |
Julio y Adriana llegaron hasta ahí un rato después y luego de tomar fotografías decidimos regresar al auto, pasamos por un tercer montículo que no parecía tener arquitectura en pie pero que si tenía tres oquedades extrañas casi cuadradas en su parte alta, no pude saber la razón de su existencia porque estaban casi completamente cubiertas de escombro.
Ninguna de las dos estructuras era alguna de las que había visto así que concluimos que estábamos en otro grupo arquitectónico y que Xcucsuc era bastante extenso y disperso. Me intrigaba que Julio afirmaba muy seguro de ello que la decoración en líneas verticales la había visto en una publicación de Eduardo pero yo no vi nada parecido en el vídeo. Varios meses después pude saber la realidad del sitio en el que estuvimos: en realidad se llamaba Xpambehaltún y no formaba parte de Xcucsuc.
Ahí terminaron nuestros recorridos del día, habíamos tardado demasiado, quería pasar a Bécal a comprar un sombrero para mi amigo Carlos, cosa que hice y acabé comprando otro para mí; debíamos llegar a Mérida a encontrarnos con Eduardo y Mónica; una vez ahí vimos que nuestro amigo estaba un poco mejor y ahora tenía unas muletas para ayudarse a caminar, más tarde nos reunimos con Balta y Nubia para cenar y terminamos todos en lugares diferentes: Julio se hospedó con su familia, Eduardo ya se encontraba en otro hospedaje, Adriana consiguió cuarto en un tercer hotel y yo ya tenía reservado un lugar en el hostal del primer día.
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