miércoles, 26 de abril de 2017

Viaje a Perú, pt. 20 y final. Lima y Pachacámac

Catedral de Lima
Aún no oscurecía cuando llegamos a la plaza de armas de Lima, la cual tiene una plancha central con jardines, bancas y rodeada de palmeras. La catedral es el edificio que más me llamó la atención pues sus torres parecen contrastar con el resto del edificio, lo cual me hizo pensar que eran reconstrucciones y las originales habían caído en algún terremoto, lo cual es parcialmente cierto pues toda la edificación es una reconstrucción, pero por mucho tiempo dichas torres nunca fueron terminadas, lo que hace que tengan un estilo diferente a la fachada. Otra característica que nos llamó la atención fue que los edificios alrededor tenían en los balcones algunas estructuras de madera tallada que daban a las fachadas una vista más imponente que el simple muro.

Edificio en la plaza de armas

El hambre ya nos estaba torturando así que buscamos un restaurante más lujoso que todos los que habíamos visitado en días anteriores pues era nuestra última cena en Perú, así llegamos a uno bonito y no tan grande una cuadra más allá del centro; por supuesto pedimos el platillo más famoso de Lima: un buen ceviche que sin duda es el mejor que hayamos probado acompañado de un agua de chicha a la que ya parecíamos adictos. 

Ceviche de Lima
Al terminar preguntamos donde podíamos tomar el transporte público de regreso al hotel y nos dieron indicaciones erróneas que luego corregimos preguntando de nuevo. Pasamos un gran puente sobre el río Rímac y desde ahí divisamos otro de tipo colgante que en los cables que lo sostenían tenía una gran cantidad de focos que prendían en secuencia recordándonos un gran árbol de navidad, ahora que escribo me he enterado que las fuertes lluvias derribaron dicha estructura recientemente.

Ya en el hotel ocurrió algo curioso, yo tenía una habitación al fondo del edificio y Ernesto se quedó casi en la entrada; durante la noche descubrimos el verdadero giro del lugar aunque yo me dí cuenta ya por la mañana... al despertar escuché un concierto de gritos y gemidos femeninos y poco después Ernesto tocaba a mi puerta y me dijo que durante toda la velada no lo habían dejado dormir pues en la habitación de junto estuvieron entrando y saliendo, haciendo demasiado ruido, así que nos dimos cuenta que si volvíamos a Perú alguna vez, había que quedarse en los establecimientos que dijeran "hotel" y no en los que dijeran "hospedaje".
Pirámide 1 en Pachacámac

Nuestro último día cruzamos toda Lima de norte a sur, primero tomando un camión que nos llevó cerca de donde pasa el metro, sin embargo tuvimos que caminar muchas cuadras por una zona nada bonita, aunque cruzamos un mercado que se veía bastante tradicional, lo cual fue interesante. Finalmente llegamos a la estación "Caja de agua" y compramos unas tarjetas para entrar, el sentido de los trenes era el contrario al que hay en la ciudad de México, o sea que en la estación el tren recorre de derecha a izquierda viendo desde el andén a las vías. Ahí vimos que al igual que el mexicano iba atiborrado, también nos enteramos por los contínuos anuncios en el altoparlante que algunas estaciones serían cerradas pronto por alguna visita internacional.
Templo del sol en Pachacámac

Llegamos hasta la terminal sur de la línea en la estación de "Villa el Salvador" y de ahí tomamos un taxi hasta la entrada a la zona arqueológica. Ésta se encuentra en el extremo sur de un enorme terreno donde se encuentran las ruinas de algunas antiguas murallas y que está completamente desértico y cubierto de arena. El recorrido comienza en el museo de sitio que tiene una interesante colección de textiles antiguos y donde se puede contemplar el llamado "ídolo de Pachacámac", una especie de gran bastón de madera tallada con un personaje o deidad en la parte superior, justo debajo de éste se encuentra un jaguar que más tarde usé como logo de mi página y de mis videos. Saliendo de éste recinto se encuentra el sendero entre los edificios prehispánicos. Una cosa que vimos y que no nos agradó fue que se puede recorrer el sitio en auto.

El mar desde el templo del sol

El circuito es algo largo y comienza pasando por las antiguas calles que recorrían el lugar perpendicularmente, algunas estructuras piramidales se encuentran a la derecha del sendero y más adelante hay grandes estructuras muy enterradas y dañadas. En el extremo oriental hay un conjunto habitacional y luego se regresa formando una "C", pasando por los mayores edificios de Pachacámac que son el Templo Viejo, El templo Pintado y El Templo del Sol. Los primeros dos no tienen acceso público y datan de épocas antiguas pues Pachacámac fue poblado desde antes de nuestra era por la "cultura Lima", la misma que construyó las huacas que visitamos el día anterior; más tarde fue parte del imperio Wari y finalmente del Tahuantinsuyo inca. En la zona occidental del sitio se encuentran los edificios que dejó la ocupación imperial.

Acllawasi o Mamacona
El gran templo del Sol es una estructura piramidal mandada a construir por los incas para que sobresaliera entre todos los demás edificios del lugar, un lado ha sido liberado casi por completo de la arena que lo cubría y da una idea de la majestuosidad del lugar, que por un lado domina todo el sitio y por el otro tiene una bellísima vista al mar. Luego de rodear el edificio comenzamos a bajar hacia la entrada nuevamente y antes de salir nos encontramos con el Acllawasi o Mamacona, un edificio totalmente restaurado con 3 pisos de habitaciones que albergaba a las llamadas "vírgenes del sol", mujeres que se dedicaban a tejer las hermosas telas de vicuña que usaban los gobernantes incas.

Nuestro plan aquel día era visitar algunas huacas más pero después de Pachacámac estábamos satisfechos habiendo recorrido 36 sitios arqueológicos en los 9 días que estuvimos ahí, decidimos que era el mejor lugar para cerrar nuestro recorrido y nos fuimos con mucha calma cruzando todo el gran terreno donde observamos las murallas de cerca y más tarde tomamos el camión de regreso.

Dos horas más tarde y ya en el hotel, optamos por ir al aeropuerto a comer y esperar el vuelo de regreso; no encontramos ningún restaurante local, así que con algo de disgusto tuvimos que consumir comida rápida. Gastamos los soles que nos quedaban comprando libros y ésto nos tomó tanto tiempo que tuvimos que llegar corriendo a abordar nuestro vuelo, lo cual ya estaba en proceso cuando arribamos a la sala designada. El regreso fue bastante menos vistoso que la ida pues ya todo estaba oscuro, solo ví algunas ciudades iluminadas a lo lejos.

Ya en la ciudad de México, llegamos a las 11 y media de la noche y corrimos con suerte en la aduana pues no nos pararon a ninguna revisión exhaustiva, pero cuando ya íbamos a salir y nos reíamos de ello dos policías nos marcaron el alto y nos hicieron abrir nuestro equipaje, lo cual nos hizo perder el último tren del metro y tuvimos que regresar a nuestras casas por taxi. Así terminamos nuestro viaje a Perú, muy satisfechos con nuestro recorrido y tremendamente cansados; pero unos días después fui a otro viaje en Chiapas y un mes mas tarde a un extenso recorrido por Yucatán, el cual será lo siguiente que relate en éste blog.

Gracias por leer éste diario de viaje que termino aquí con gran gusto.

martes, 18 de abril de 2017

Viaje a Perú pt. 19. Huacas de Lima

Huaca Pucllana
Una vez que salimos del hospedaje de Lima nos dirigimos de vuelta al aeropuerto a buscar transporte hacia la zona central de la ciudad; tuvimos un poco de problemas para encontrar la ruta correcta que pasara cerca de la Huaca Pucllana, que elegimos como inicio por ser la más lejana y poco a poco ir acercándonos al centro histórico. El autobús que tomamos era uno de los más modernos que vimos pero eso no evitó que diera infinidad de rodeos que me desconcertaban al ir siguiendo nuestra posición con el gps del celular pues de pronto estábamos en medio de calles muy transitadas y de pronto pasábamos junto a la playa volviendo a dar vuelta en zig zag.

Huaca Huallamarca
Después de casi dos horas en éste interminable ir y venir por fin bajamos y caminamos unas pocas cuadras, ya era medio día y creímos que eso nos impediría recorrer tantos sitios pero proseguimos. Vimos la huaca Pucllana sobresaliendo entre las casas lujosas de los alrededores, dimos pronto con la entrada y ahí supimos que teníamos que recorrer el sitio con guía obligatoriamente; el mismo cuento que en todos los sitios de la zona que ya habíamos visitado días atrás, pero nos resignamos nuevamente a pesar de que el recorrido fue sumamente lento considerando que ahí solo hay una gran estructura, una zona habitacional y un pequeño huerto con minizoológico con llamas, cuyos y otros animales locales. Lo que más nos impresionó aquí fue el sistema constructivo con ladrillos de barro intercalados en forma de "librero", con huecos entre ellos que absorben la energía de los sismos frecuentes de la zona; al haber perdido el recubrimiento que probablemente tenían éstos ladrillos se forma un efecto de luz y sombra que hace ver más imponente la gran huaca, éste como todos los demás sitios de Lima tienen gran antigüedad, aunque en éste caso existen tumbas de la época Wari e incluso actuales que fueron colocadas en la estructura principal.

Huaca Huantille
Una vez que salimos de ahí decidimos caminar cerca de 1 km hasta la Huaca Huallamarca, pasando por el área más lujosa de Lima, llena de casas lujosas y verdes jardines en los que incluso llegamos a ver fotógrafos que tomaban imágenes de bonitas modelos. Cuando vimos la parte trasera de la huaca que buscábamos nos sorprendió por el terrible trabajo de restauración que se llevó a cabo ahí, pues a pesar de que la huaca se veía lisa y bien terminada, reconocimos formas que más parecían una pirámide en Teotihuacán que cualquiera de las otras estructuras que vimos en Perú, además de que una parte no había sido reconstruida y no tenía nada que ver con la zona trabajada, incluso al frente vimos una gran rampa que hacía ver ésta seccion como un zigurat mezopotámico. No pudimos subir pues había trabajos de remodelación pero nos bastó verla desde abajo para saber que aquello era uno de los peores trabajos arqueológicos que habíamos visto.

Camino Inca en Huaca Tres Palos

Desde ahí cruzamos una gran avenida y tomamos nuevamente un autobús del transporte público para acercarnos a nuestra siguiente parada; luego de bajar vimos una gran iglesia que tenía formas que recordaban al kremlin ruso, una cosa muy extraña en latinoamérica, así que nos desviamos un poco para pasar por ahí y darnos cuenta que la construcción era bastante reciente. Unas cuadras más allá encontramos la huaca Huantille, que creíamos estaba abierta para su visita pero a juzgar por las apariencias llevaba tiempo cerrada pues podíamos ver las cédulas de información decoloradas por el sol, pero todos éstos sitios están a pie de calle así que de todas maneras se puede dar una buena idea de la construcción y la estructura de las mismas. Huantille estaba mucho más dañada que las dos anteriores y sólo pudimos ver que tenía el mismo sistema constructivo y que estaba convertida en un montículo de regular tamaño comparada con las otras.

Huaca Potosí
Nuevamente caminamos por cerca de 3 km para ir a huaca Tres Palos, la cual se encuentra dentro de un parque, el cual por la hora ya no permitía la entrada, sin embargo nuevamente desde la calle teníamos una buena vista del montículo principal y de una parte de un camino inca que pasaba por ahí y que se encuentra dentro de los terrenos de una universidad. 

Caminamos hacia el siguiente sitio cuando nos encontramos de repente frente a otro gran montículo que no estaba en nuestro mapa y cuyo nombre nunca habíamos escuchado: Huaca Potosí, nos detuvimos para fotografiarlo, a ambos lados de la avenida había construcciones pero tan sólo estaban reducidas a montículos sin forma.

Huaca San Marcos
No muy lejos de ahí llegamos a huaca San Marcos, que si estaba en nuestro itinerario, ahí vimos un enorme montículo que rivalizaba en tamaño con el mayor que habíamos visto el primer día que llegamos en huaca Garagay, pudimos ver que estaba construido igual que Pucllana pero los ladrillos estaban sumamente pulverizados dejando solo una superficie terregoza. En frente y del otro lado de la calle vimos otro montículo muy dañado y lleno de casas en sus laderas, claramente se notaba que era un asentamiento irregular y la gente que habitaba ahí se veía tan intimidante que preferimos no detenernos a observar la estructura y continuar con nuestro recorrido.

Huaca Culebras
Cruzamos una enorme avenida y pasamos por varias calles pequeñas para rodear una manzana de casas y llegar de frente a la Huaca Culebras, aunque nuevamente nos encontramos conque estaba cerrado el acceso, aunque la pequeña estructura se podía ver al igual que todas las demás sin ningún problema desde la calle. Ésta vez la escala del sitio era mucho más reducido, a penas tendría 5 x 5m el edificio que teníamos frente a nosotros.

A partir de ahí comenzamos a caminar por calles pequeñas entre casas de un nivel económico medio-bajo y unidades habitacionales.

Huaca Corpus
En una cuchilla entre casas nos encontramos con la Huaca Corpus, nuevamente de reducidas dimensiones, pero en éste caso eran dos o tres estructuras probablemente habitacionales que conservaban un poco de la base de sus muros, como las anteriores la observamos desde la calle, pues parecía que aunque casi todos los sitios tienen algún corto sendero de visita a nadie le importa recorrerlos y los mantienen cerrados.

Proseguimos el camino apretando un poco el paso a pesar de haber recorrido ya más de 7 km entre trayectos, y llegarían a cerca de 10 pues faltaban aún dos sitios aunque la tarde comenzaba a caer.

Huaca Palomino

Finalmente llegamos a un sitio que tenía el sendero de visita abierto, se llama huaca Palomino y al igual que Corpus consta de unas pocas estructuras habitacionales que conservan la base de sus muros, aunque en éste caso también pudimos apreciar algunas pequeñas escaleras y finalmente pudimos ver como eran los muros internos, quizá cubiertos de estuco.

Ya el cielo enrojecía pero seguimos caminando, las piernas nos dolían y habíamos vuelto a llegar al récord de recorrer 9 sitios en un día, pero queríamos uno más y nuestro esfuerzo fue bien recompenzado.

Mateo Salado
El último sitio lo vimos luego de equivocar el camino yéndonos por una calle equivocada, en un parque entre casas vimos un montículo que en la parte superior tenía unos bloques enormes de adobe, éste lugar era diferente de los demás, pues el tamaño enorme de sus ladrillos no tenía rival entre las huacas de Lima.

El sitio se llama Mateo Salado y está abierto al público como Pucllana, sin embargo por la hora nuevamente lo vimos rodeando las estructuras por la calle; una cuadra más allá del parque nos encontramos con una serie de estucturas enormes, del tamaño de las más grandes que habíamos visto y todas con sus grandes ladrillos que con el sol cayendo hacían más impresionante la vista.

Así terminamos nuestro recorrido por 10 huacas de Lima, cabe mencionar que la palabra Huaca no tiene una traducción exacta pero significa un lugar sagrado. Ya estábamos caminando para la avenida principal con la intención de tomar un taxi al centro de la ciudad cuando vimos un letrero que indicaba que había otra huaca desconocida a un kilómetro de distancia, pero ya nuestras piernas no daban para más y comenzaba a oscurecer así que dimos por terminadas nuestras visitas del día, todas por sitios construidos por la llamada "cultura Lima", que tuvo muchos más asentamientos que hoy han sido devorados por la capital peruana.


jueves, 13 de abril de 2017

Viaje a Perú pt. 18. Cusco de noche y regreso a Lima

Qoricancha de noche
Cuando salimos de Laqo estaba completamente oscuro pero no tardamos mucho en subirnos a un camión de regreso a Cusco, ahí nos pasamos del centro y nos pasamos un poco así que decidimos caminar de vuelta para ver que nos encontrábamos en el camino, tan solo habíamos visto un poco de la ciudad cuando llegamos y bajamos del avión y por la mañana antes de subir a Sacsaywamán; al día siguiente regresaríamos a Lima así que era nuestra única oportunidad de recorrer la ciudad imperial. Lo primero que hicimos fue comer anticucho: unas brochetas de carne muy suave que se venden en las calles y después de no comer mas que maíz en Chinchero nos supieron a gloria.

El primer punto que visitamos fue uno que ya habíamos visto: la zona arqueológica de Qoricancha, así como la iglesia que se encuentra actualmente sobre las ruinas incas, como todas las que vimos en la zona no permitían que tomaran fotos en su interior así que tuvimos que conformarnos con imágenes del exterior. Desde ahí caminamos por las estrechas calles que forman el centro de Cusco, por todos lados veíamos que las bases de los muros estaban construidas con las piedras perfectamente labradas del estilo imperial inca, casi todos los edificios fueron construcciones prehispánicas sobre las que se levantaron edificios coloniales, incluso algunos de ellos conservaban las puertas trapezoidales mas antiguas.
Restos incas en Cusco

En cierta parte, luego de pasar por un estrecho callejón vimos a nuestra izquierda una serie de puertas incas que tenían cristales que impedían pasar pero permitían mirar al interior del predio y nos percatamos que ahí existió un palacio inca del que aún quedaban vestigios, pero por la hora no pudimos visitarlos.

Una vez que divisamos la plaza de armas unas cuadras a la izquierda de nuestra ubicación, nos dedicamos a buscar la famosa piedra de los 12 ángulos, ejemplo de la talla y ensamble perfectos de las rocas de las construcciones incas; recorrimos algunas calles y finalmente dimos con ella, a mí no me parecía demasiado interesante así que quise probar el mito de que entre las uniones de las piedras no se puede introducir ni una hoja de papel, lo cual no es verdad pero me valió un regaño y de todos modos las uniones no podrían ser más perfectas.
Iglesia de la compañía de Jesús

Caminamos muy poco para llegar a la plaza de armas, me gustaron mucho la iglesia de la compañía de Jesús y la catedral que se ubican en dos de sus lados y nos sentamos un momento a contemplar la vista.

El hambre nos estaba ya haciendo sufrir un poco así que regresamos al hotel para después salir a cenar, por la hora nos fue difícil encontrar un lugar pues no estábamos en el primer cuadro de la ciudad y acabamos en una pizzería que no era mi ideal para un platillo en un país extranjero pero al menos no era un domino's y las pizzas no estaban preparadas igual que en México, tenían un toque peruano que disfrutamos bastante no sólo ahí sino en todas las comidas que disfrutamos en el viaje.

Catedral de Cusco
Aquel día dormimos bastante cansados, pero al siguiente nuevamente sería pesadísimo el recorrido, nos levantamos temprano pues a las 7 salía nuestro vuelo de regreso a Lima. Éste recorrido fue mucho menos espectacular que el inverso, me senté del lado contrario del avión pero lo más interesante fue que al despegar pasamos por lugares que ya habíamos recorrido como Tipón y Piquillacta, después en aquél lado se veía una gran meseta cortada en algunos puntos por barrancas, pero ninguna montaña espectacular y nevada como del lado contrario que estuve contemplando anteriormente. Al final de nuevo estábamos junto al mar y llegamos a Lima directo al primer hospedaje que encontramos y comenzamos un día de récord pues si no era suficiente recorrer 9 sitios de Cusco en un día, ésta vez recorreríamos 10 sitios limeños en el mismo lapso.

jueves, 6 de abril de 2017

Viaje a Perú pt. 17. Sacsaywaman, Qenqo, Tambomachay, Puca Pucara, Chukimarca y Laqo

Restos de torre en Sacasywaman
El día que llegamos a Cusco vimos la entrada de Sacsaywaman cuando fuimos ahí para comprar el boleto turístico para entrar a la mayoría de los sitios de la zona, ahora por fín tocaba el turno de entrar a la gran fortaleza inca. Unos minutos antes observamos en el museo del Qoricancha los estilos arquitectónicos de éstos sitios y pudimos observar lo que nos esperaba aquí, en ningún otro lugar vimos rocas tan enormes como las que conforman la base del mayor edificio de Sacsaywaman, con toda propiedad el estilo de la construcción se llama ciclópeo, con rocas de más de 300 toneladas perfectamente talladas, una proeza que en pocos lugares del mundo se puede apreciar. En la parte superior de éste edificio se puede observar una serie de bases de muro con formas que hacen difícil imaginarse el conjunto, aunque al centro hay un recinto circular y parece corresponder a una torre.
Edificio principal de Sacsaywaman

La vista de Cusco desde la cima del edificio es también deslumbrante, la ciudad se extiende al fondo del valle con sus edificios con techos rojos, una buena parte de lo que se puede ver es colonial y poco queda ya que pueda dar cuenta de como era en la época prehispánica cuando fungía como capital del Tahuantinsuyo o imperio inca.

Hay algunos edificios menos impresionantes y una gran plaza de forma circular rodeada por un muro que parece tener lugares para sentarse cada pocos metros, el parque arqueológico de Sacsaywaman abarca una gran extensión al norte de Cusco y también abarca otros yacimientos arqueológicos, algunos de los cuales visitamos el resto del día.

Qenqo
Caminamos hacia el oriente por mas o menos media hora y dimos con la entrada al sector bajo de Qenqo, éste sitio también tiene una zona alta y lo que lo caracteriza es que hay una gran cantidad de esculturas talladas en la roca madre, en la parte baja hay una plataforma cuya base tiene enormes rocas talladas y en la parte alta una plaza semicircular con espacios para sentarse como en Sacsaywaman, también hay una pequeña cueva en un gran segmento de roca madre, las tallas como en todos los sitios incas que visitamos son impresionantes. Del otro lado de la carretera que pasa junto al sitio y llega hasta Písac se encuentran algunas terrazas y restos de recintos.

Tambomachay

En dicha carretera esperamos unos pocos minutos y abordamos un camión del transporte público que es frecuente por ahí, recorriendo algunos cuantos kilómetros hacia el norte y en una gran curva descendimos para llegar a la entrada del sitio arqueológico de Tambomachay, se dice que aquí existía un balneario para el inca; nos encontramos con un acueducto que bajaba desde el sitio y más adelante algunas construcciones con una fuente ceremonial parecida a las que habíamos visto en Tipón, Ollantaytambo y Machu Picchu, el sendero seguía más allá entre pequeñas lomas pero no encontramos ningún otro resto de construcción así que regresamos a la entrada para llegar caminando al siguiente punto del recorrido.

Puca Pucara

Comenzaba a bajar el sol cuando vimos al borde de una elevación natural el sitio de Puca Pucara, su nombre significa "Fortaleza Roja" y se encontraba junto al camino al Antisuyo, al norte de Cusco. Es un sitio pequeño pero conserva una gran plataforma y varios recintos, uno de ellos con una entrada que aún mantiene el dintel en su lugar. Fue un recorrido muy corto y después de haber llegado ese día a 7 sitios arqueológicos yo me dí por servido, pero Ernesto aún quería visitar más; yo me encontraba bastante molido por todas las caminatas y ascensos tremendos que habíamos hecho en días anteriores, la altura hacía un poco de mella pues estábamos casi a 4000 msnm, de modo que si hablábamos mucho mientras caminábamos perdíamos el aliento. Yo ya tiraba la toalla cuando Ernesto platicó con el custodio de Puca Pucara y éste le indicó la ubicación de otro sitio llamado Chukimarca, además habíamos visto un letrero de otro punto llamado Laqo en el camino así que hicimos el último esfuerzo por llegar a ellos antes del anochecer.


Chukimarca
Otra vez tomamos el transporte público y bajamos a mitad de camino entre Puca Pucara y Qenqo, desde ahí caminamos por el campo y nos encontramos primero con una especie de trono tallado en una roca. Más adelante se encontraba un promontorio rocoso llamado "Templo de la Luna" y en su base pudimos observar los restos de varios recintos cuyos muros estaban reducidos a penas a las bases, arriba volvimos a encontrar gran cantidad de esculturas talladas en la roca madre. Estábamos en el templo de la Luna, y el dicho astro se enseñoreaba ya sobre nosotros anunciando la noche próxima con un brillo tremendo y casi total, unos días más tarde ocurriría la llamada "superluna" más grande del año y fuimos muy afortunados de observarle desde nuestra ubicación en un cielo prístino que no presentaba ninguna nube.
Laqo

Finalmente caminamos a todo lo que daban nuestras piernas cansadas hasta el sitio de Laqo, pero llegamos ya entre tinieblas y sólo pudimos observar algunas terrazas agrícolas que nos costó mucho trabajo fotografiar. Éste sitio parecía estar en investigación y es poco lo que se ha descubierto, sin embargo seguramente bajo la maleza existen otros vestigios que no pudimos ver. Así terminamos el recorrido récord de 9 sitios arqueológicos incas en un sólo día, pero aún faltaba conocer Cusco de noche.