Edificio de la boca de serpiente |
Al siguiente día por fín habría de llegar a la única región maya de México que me faltaba recorrer: los Chenes. Ésta zona cuyo nombre significa "pozos" está justo en medio del puuc al norte y Río Bec al sur, por lo que comparte características de ambos. Su característica más notable son los edificios con fachadas zoomorfas, que representan grandes monstruos cuya boca constituye la entrada central de la estructura y está rodeada de grandes colmillos, con lo que se representa que al entrar uno es tragado y pasa al inframundo. La mayoría de los sitios son pequeños pero me tocó en suerte comenzar con el mayor y que es considerado la capital regional: Santa Rosa Xtampak. Está abierto al público y está aproximadamente 60 km al este de Hopelchén, anteriormente era difícil llegar debido a que había que recorrer una terracería muy mala pero ahora existe una carretera asfaltada que facilita mucho las cosas.
Ciempiés en el edificio de la serpiente |
Wilberth conoce al custodio de la zona pues es guía de turistas y suele visitar éstos lugares bastante frecuentemente, por lo que quiso dedicarse a fotografiar aves mientras yo recorría Santa Rosa Xtampak; podía escucharlo imitando una lechuza para hacerlos salir de entre el follaje que cubría todo el lugar, que al ser bastante remoto es excelente para su actividad.
Subimos a lo alto de una colina natural y pude ver la parte trasera de algunos edificios y al fondo el costado de la estructura más famosa, el palacio, pero no quise inspeccionarlo de inmediato así que me dirigí al frente de los edificios que estaban más próximos y me encontré con uno que posee fachada zoomorfa y es llamado "edificio de la cabeza de serpiente", fue el primero en su tipo que encontré en la región y luego de darle la vuelta en su parte trasera ví que tenía una escalinata que en el centro tenía la representación de un enorme ciempiés que bajaba y cuya cabeza tocaba el suelo y mostraba la boca abierta con colmillos como de víbora, a los lados del cuerpo alargado se ven muchas patas extendidas, lo que no deja duda de que en efecto es un ciempiés.
Frente del palacio |
Luego de ello me dirigí al palacio y observé su costado y su frente, es una estructura facinante y compleja que tiene 3 niveles de cuartos así como varias escalinatas para ascender, algunas de ellas incluso son decorativas pues su inclinación no permite subir, el recinto más alto y central tiene una fachada zoomorfa y tiene escalinatas internas en algunas habitaciones, algo poco usual en la arqueología maya.
Por desgracia para mí el edificio está restringido y no se puede recorrer por dentro pero ya desde el exterior se puede tener una idea de la belleza y la complejidad de ésta estructura.
Costado derecho del cuartel |
Me dirigí hacia otro grupo del sitio y lo primero que pude ver fue una sobria construcción muy alargada, al llegar a su costado ví que es muy esbelta pues sólo tiene una línea de habitaciones a pesar de su gran longitud. Se llama "El cuartel" y es un edificio extraordinario pues tiene 6 habitaciones con un templo bajo y su escalinata al centro. Los dos grupos de 3 habitaciones a cada lado tienen fachadas zoomorfas muy sencillas y en uno de sus lados se une a otra serie de cuartos formando una "L". El conjunto se completa con edificios cerrando todo el cuadrángulo, pero los restantes están mucho más dañados.
Estuve recorriendo la zona sur del asentamiento, donde solo hay dos pequeños grupos restaurados, pero antes de llegar a ellos pude ver el edificio principal de Santa Rosa, una enorme mole alargada que en su parte superior tenía al parecer tres templos pues su escalinata de acceso está excavada y se puede subir.
Detalle de decoración del cuartel |
Finalmente regresé al palacio para ver su parte trasera, ahí encontré una serie de pequeñas estructuras que daban una buena vista a la principal desde su parte alta, en mi mapa aparecía un basamento piramidal cercano al que se llegaba mediante un sacbé (camino blanco), lo busqué un poco y pude ver claramente la elevación de dicho camino aunque totalmente destruido y con las rocas totalmente desalineadas y amontonadas. Al final llegué a la base de una gran estructura pero no pude ver ningún razgo arquitectónico visible, pues sólo quedaba un montículo cubierto de vegetación.
Regresé a la zona central del sitio y me encontré nuevamente con Wilberth. En el camino habíamos pasado por una zona de montículos en un campo abierto cubierto de maleza, creíamos que era un sitio conocido pero más tarde supimos que ninguno de nuestros conocídos sabía su nombre. De inmediato quisimos visitarlo al pasar nuevamente de regreso así que subimos al auto y nos dirigimos hacia ahí en el km 8.5 de la ruta.
Cuando llegamos nos encontramos con un pastizal con cerca de 2 metros de altura, sumamente difícil de atravezar, por lo que tuvimos que rodearlo lo más que pudimos.
Montículos en el km 8.5 |
Avanzamos muy lentamente abriendonos paso entre la seca vegetación, cortando con los machetes aunque parecía que no lográbamos nada con ellos. Logramos llegar a un montículo totalmente destruido pero vimos entre los restos del escombro algunas piedras lisas que pudieron ser jambas o dinteles de los accesos a alguna habitación. Desde ahí vimos que en otra estructura había restos de muro y tuvimos que pasar por el centro del área del pastizal con gran trabajo. En un momento Wilberth, que venía detrás mío me hizo notar que acababa de pasar por encima de un pozo o chultún que tenía probablemente 2 metros de profundidad aunque su interior estaba relleno de escombro, mis pies se apoyaron en los bordes de la boca de éste pozo y milagrosamente no caí dentro, lo que hubiera sido en el mejor de los casos un golpe muy doloroso.
Restos de muro |
Nos costó una infinidad de razguños con el borde del pasto pero llegamos hasta el montículo que fijamos como destino, no sin habernos desviado pues no se podía ver nada entre el pastizal. Descubrimos que solamente se podía ver la forma de una habitación y una sección de pared exterior, pero teníamos algo del sitio.
Éste lugar sigue siendo un misterio pues a pesar de que Eduardo lo visitó meses más tarde junto con Stephan, ellos tampoco han conseguido saber el nombre del lugar, pues nos parece que no es posible que estando tan visible no tenga denominación propia.
Saliendo de ahí tuvimos una dificultad mayúscula pues sin darnos cuenta los faros del carro quedaron encendidos... la palanca se atoraba con el brazo al quitar la llave y la batería se descargó por completo y fue imposible arrancarlo a empujones. Creímos que ahí se había terminado el día de recorridos pero por suerte ya teníamos señal de celular y Wilberth pudo hablarle a su tío para que fuera por nosotros y nos pasara corriente. Así pudimos proseguir.
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