domingo, 24 de septiembre de 2017

Viaje a Yucatán y Campeche pt. 22. Xculoc e Itzimté de Bolonchén

Xculoc
Llegamos al poblado de Xculoc en muy poco tiempo y tomamos una terracería por algunos metros. Wilberth había estado ya en el lugar y me contó que aquél era el único sitio en el que había tenído la oportunidad de estar en compañía de su abuelo, quien era originario de la región.

Lo primero que vimos fueron los restos de una escultura de la que se dice que representa una mujer embarazada, sin embargo lo que se puede observar es que en realidad era parte de un cuerpo cadavérico; Wilberth me comentó que cuando estuvo ahí por primera vez la cabeza aún estaba en su sitio; hoy en día sólo existe el cuerpo seccionado en dos partes.
Escultura en Xculoc

Unos pasos más allá vimos un enorme muro construido con piedras megalíticas, nunca había visto una pared de ese tipo en el área puuc por lo que me pareció que podría ser de una etapa temprana, antes de que se desarrollara la construcción con acabados mucho más finos que se puede ver en edificios posteriores.

Una vez que rodeamos éste muro y subimos a una plataforma pudimos ver el único edificio en pie de Xculoc; éste tenía 3 habitaciones de las cuales quedan dos en pie y la del extremo derecho ya colapsó. No le quedan restos de decoraciones y no ha sido tan trabajado como Xcochkax aunque se puede notar que le han dado algunos retoques en algunos detalles.

Permanecimos ahí poco tiempo pues pensábamos ir a Itzimté de Bolonchén (hay otro Itzimté en Guatemala) y entonces bajamos de la plataforma por donde habíamos llegado; regresamos al auto y nos encontramos con la desagradable sorpresa de que otra vez la batería se había descargado aunque ésta vez no estaba completamente muerta como pasó en el km 8.5, así que pudimos arrancarlo a empujones y a pesar de que nunca había hecho una maniobra de esas, pude arrancarlo al primer intento. 
Palacio de Itzimté

En no mucho tiempo llegamos a Itzimté pero comenzaba a bajar el sol en el horizonte. Éste sitio es enorme, quizá el mayor de la zona y se extiende sobre una gran planicie cubierta de cultivos. Pensábamos visitar sólo algunos de los edificios principales y pasamos rodeándolos con el auto por terracerías que cruzan el campo, todo parecía bastante complicado pues estaba cubierto de pastizal altísimo, con más de 2 metros sobre el suelo.

Wilberth sugirió ir a una estructura al norte de las principales, la cual mostraba restos de su templo superior; nos acercamos lo más que pudimos en el auto y cruzamos una milpa pero al llegar a la base fue imposible pasar incluso con los machetes por lo cerrado que estaba el pasto gigantesco que crecía sobre todo el edificio.
Restos sobre el palacio de Itzimté

Al fracasar para subir a aquel edificio decidimos ir al palacio principal de Itzimté, que habíamos visto en un lado del camino, también estaba bastante cubierto de ese pasto gigante pero había pequeñas brechas que facilitaban el subir.

Varias veces estuvimos a punto de caer pero llegamos hasta la estructura que tiene 3 niveles y en ellos pudimos observar hileras de habitaciones a las que les quedaban las paredes traseras y los muros divisorios en pie, en todas había caido la fachada. La parte superior estaba coronada con un templo igualmente con algunos muros y parte de su bóveda en pie. Desde ahí pudimos ver el sol meterse justo detrás de otro gran edificio que estaba frente a nosotros y el cielo se tornó rojizo, dando una vista hermosísima a la planicie.
La última luz del día desde el palacio de Itzimté

Yo quería ver el edificio grande de enfrente y casi corriendo me dirigí a él para llegar con la última luz del día, crucé nuevamente un campo de maíz y me topé con un muro de pasto aún peor que el de la primera estructura que vimos, estuve luchando con ésta vegetación usando el machete pero parecía que no cortaba nada a pesar de ver volar lo que cedía al filo; me convencí de que era demasiado trabajo entrar por ahí y me puse a rodear esa pared verde buscando alguna brecha que me permitiera pasar pero no encontré ninguna.

Nuevamente tuve que aceptar la derrota y ya estaba oscuro cuando subimos nuevamente al auto y regresamos hasta Hopelchén a la casa de los tíos de Wilberth, ahí estuvimos platicando un buen rato hasta que el cansancio nos hizo colocar las hamacas nuevamente para pasar la noche...
Parte superior del palacio de Itzimté

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