Portaestandarte en el museo |
Después de dejar Santo Nombre, llegamos hasta Tehuacán y de ahí nos dirigimos a otro sitio recientemente abierto al público y con un camino complicado de encontrar: Tehuacán viejo; sin embargo nuevamente no tuvimos problemas para llegar y desde una loma pudimos ver el sitio en lo alto, lo que nos ayudó a no perder el camino.
Lo primero que queríamos ver era el extraordinario museo de sitio; éste lugar, a diferencia de Teteles de Santo Nombre, fue abierto ya cuando se encontraba en una buena condición para recibir visitantes y contiene algunas de las piezas talladas en piedra más impresionantes que se pueden apreciar: un par de portaestandartes con figuras descarnadas, una escultura de una diosa cadavérica y una espléndida cabeza de serpiente, entre otras. El nivel de detalle que pudimos apreciar en ellas era impresionante e incluso tenían en algunas partes restos de color; se dice que Tehuacán tenía filiación popoloca, pero sin embargo nosotros vimos en todos los razgos que observamos la influencia de México-Tenochtitlán, ciudad que conquistó la región a finales del periodo posclásico, justo antes de la llegada de los conquistadores españoles. Después de recorrer el pequeño pero bello museo nos dirigimos al sitio arqueológico, el cual se encuentra en terrazas de una gran elevación que domina el valle de Tehuacán.
Museo de sitio |
Subimos por una ladera no muy inclinada y luego de algunos metros pudimos ver los edificios del conjunto I, ahí se encuentran restos de varios complejos residenciales y una gran plaza que tiene su edificio principal en uno de los lados, el cual mide alrededor de 8 metros de altura; el sitio fue restaurado con un material de la región de color amarillento, dando una apariencia que contrasta con otros lugares, aunque a nosotros no nos gustó particularmente. El cielo que cubría el lugar era uno de los más hermosos que me haya tocado presenciar en cualquier sitio que hubiera visitado: las nubes blancas y grises razgaban un profundo azul, contrastando con ese color amarillento de los edificios y el del suelo formaban un cuadro pintoresco y magnífico que no podía dejar de captar con mi cámara y de mirar embobado.
Estructura principal del conjunto I |
Estuvimos recorriendo un rato los edificios del primer conjunto y luego volvimos a seguir el camino que subía a una terraza más alta, en el fondo se dibujaba un gran acantilado que rodeaba la parte más alta de la montaña, sin embargo la parte más impresionante del sitio no está sobre aquella parte sino en un punto intermedio. Justo cuando pudimos ver el templo mayor de Tehuacán viejo quedamos boquiabiertos por la impresionante belleza que el cuadro de entorno, sitio y cielo nos mostraba; pero todavía no nos dirigimos hacia ahí pues nos encontramos en una camioneta al encargado del lugar, Neftalí lo conocía así que nos quedamos un momento en ése punto del camino para que pudieran conversar un poco, las ansias de seguir las sentía en las piernas pero pude contenerme.
Grupo principal |
Cuando llegamos a la base de la plataforma que sostiene el grupo principal la imagen era perfecta, por lo que nuevamente estuvimos ahí otro rato detenidos mientras tomábamos fotografías. Despues de ello subimos y comenzamos a recorrer la zona. El edificio principal estaba dedicado al dios de la muerte, algo muy poco común, y contenía adornos en forma de calaveras pero actualmente están cubiertos para su conservación y no es posible apreciarlos. La forma en que fue restaurado me recordó al sitio de Zaculeu en Guatemala aunque me pareció que éste fue un poco mejor logrado aunque en ninguno de los dos me gustó mucho que digamos.
Grupo principal |
Alrededor del edificio se encuentra una serie de plataformas bajas y detrás de él hay una zona alargada más elevada que también tiene estructuras, hacia la parte baja se pueden apreciar varios montículos sin excavar y hacia arriba hay una escalinata que se dirige a un área que no está abierta al público, pero que indica que aún hay una parte de la antigua ciudad que está en una zona más alta que el templo mayor.
Nuevamente tardamos bastante tomando fotografías en el grupo principal, pero después de eso el regreso fue rápido, ya era un poco tarde y el museo había cerrado así que decidimos ir a dejar nuestras cosas a un hotel en Tehuacán para luego salir a cenar.
Iglesia de Tehuacán |
Terminamos sentados en un restaurant en el centro de la actual ciudad de Tehuacán, fue un día con un clima perfecto y un cielo precioso así que estábamos sumamente satisfechos, aún nos faltaba un buen recorrido al día siguiente así que debíamos descansar bien...
No hay comentarios:
Publicar un comentario