Acrópolis de Bonampak |
El segundo día de viaje salimos temprano con rumbo a la selva lacandona, parando primero en el restaurante camino verde. Ahí visité a la señora Trinidad Celís y conversamos un poco mientras el grupo desayunaba y observaba el pequeño museo que hay en un rincón del lugar; ella me dijo que el turismo había bajado bastente últimamente y más tarde pude ver la razón.
Una vez que terminamos el desayuno, volvimos al autobús y continuamos hacia Bonampak, cada vez que paso por aquella ruta me parece que aparecen más topes que hacen lento el trayecto, por lo que la distancia de 120 km desde Palenque pareció eterna. Una vez que llegamos al crucero San Javier, a 15 km de nuestro destino, apareció la primera sorpresa desagradable: ahora cobran 30 pesos por persona para pasar hacia la zona arqueológica o al poblado de Lacanhá, así que nos obligaron a parar para recolectar el peaje.
Estela 1 de Bonampak |
Ya sabíamos que debíamos dejar el autobús más adelante y tomar el transporte que los lacandones tienen rumbo a Bonampak, sin embargo la última vez que estuve ahí en 2015 el costo redondo no pasaba de 50 pesos. Ésta vez nos cobraron $100 por persona y al parecernos que era un precio excesivo por 6 o 7 km de recorrido se alzaron de hombros diciendo "es lo que hay que pagar". Igualmente al negociar una lancha para ir a Yaxchilán más tarde, cuando antes habíamos pagado 150 por persona, ahora querían 300, aunque pudimos rebajar al precio anterior después de negociar, pero todavía nos esperaban más sorpresas desagradables.
En Bonampak a parte de lo que ya habíamos pagado, todavía había que dar la entrada del inah, lo cual ya eleva a alrededor de $200 pesos la visita, por mucho fuera del alcance de la mayoría de la población mexicana.
Nos dieron a penas una hora para recorrer y salir hacia Yaxchilán, lo cual logramos dando un paseo por la plaza, viendo las 3 estelas que se encuentran ahí y que muestran diversos hechos realizados por el gobernante Chan Muwan, quien era vasallo del rey Pájaro Jaguar IV de Yaxchilán. Finalmente entramos a los 3 cuartos con pinturas que se encuentran en el edificio I, en la parte baja de la acrópolis.
Cuarto 2 |
Éstos 3 murales van contando la historia de una batalla, el cuarto 1 a la izquierda es el primero y muestra una ceremonia en las gradas de la acrópolis. Se puede ver a los nobles y al gobernante con bellos atavíos y en la parte baja una serie de personajes en procesión, así como músicos que tocan trompetas y actores disfrazados de animales acuáticos como un cangrejo de río. Todo el cuadro parece festivo y conserva bellos colores que aunque ya se estaban perdiendo por el paso del tiempo, fueron restaurados recientemente, por lo que han recuperado algo del gran esplendor que mostraron cuando fueron pintados al final del periodo clásico, ya cerca del año 800 dC.
Presentación de cautivos |
El segundo cuarto es quizá el más impresionante de todos, muestra una batalla en la selva en la cual se enfrentaron Bonampak y Yaxchilán contra el reino de Sak' T'zí, probablemente el sitio de Plan de Ayutla, cerca de Nueva Palestina, más al norte de donde nos encontrábamos.
Se pueden ver guerreros heridos y vencidos por los capitanes del bando contrario; del otro lado del cuarto, sobre la puerta, se encuentran los cautivos vencidos, algunos moribundos y otros rogando por su vida y mirando sus manos sangrantes con una visible desesperación mientras que los vencedores se posan sobre ellos con postura triunfante.
Cuarto 3 |
El tercer cuarto es el mejor conservado, presenta la celebración después de la victoria y muestra nuevamente a los nobles con bellos atavíos, otros personajes están sentados aunque sus rostros fueron mutilados y se observa el estuco blanco bajo la pintura que fue arrancada, al lado izquierdo se ve un grupo de mujeres en actitud de conversar, sentadas sobre una banca colorida.
Éstos murales son algunos de los mejor conservados del clásico maya, cambiaron la forma de ver ésta cultura que anteriormente a su descubrimiento era vista como un pueblo pacífico que se dedicaba a la observación de los astros y son un tesoro invaluable que por desgracia como ya dije está ahora fuera del alcance del visitante mexicano promedio por los cobros abusivos que se han añadido para su visita, que si bien los poblados lacandones podrían necesitar, es excesivo cobrar $200 pesos por persona cuando en otras zonas arqueológicas no se paga jamás ni la mitad de eso, con mucha razón ya no pude ver los camiones llenos de gente que visitaban el lugar anteriormente ni las personas que por su cuenta llegaban en auto.
Estela 1 de Dos Caobas en el museo de Frontera |
Salimos de ahí y nos dirigimos a Frontera Corozal para tomar la lancha a Yaxchilán, ya sabíamos que en éste poblado cobraban peaje para entrar también, además que los pobladores expulsaron al inah y ahora cobran la entrada al sitio ellos mismos. No nos sorprendieron los $30 pesos de inicio, pero nos llevamos una nueva sorpresa desagradable al saber que además de pagar la lancha, habría que dar $70 pesos de entrada al sitio ¡por 15 minutos de recorrido! en un lugar que mínimo debería de visitarse en 3 horas... yo me negué rotundamente a subir siquiera a la lancha, así como mis compañeros Adriana y Ernesto, además de una pareja del grupo. Los demás tampoco quisieron pagar la entrada al sitio para tan poco tiempo, aunque los convencieron de hacer el recorrido en lancha para ver animales en el camino; quizá a ellos les pareciera bueno ver un cocodrilo pero a mí se me hizo muy poca cosa, así que me quedé en el poblado y preferí ver el pequeño museo que ahí se encuentra y que nunca había estado abierto en mis 3 visitas anteriores, pero que ésta vez para mi sorpresa si lo estaba. Ahí pudimos ver dos estelas del cercano sitio de Dos Caobas, una serie de piezas menores de piedra y cerámica y una colección de fauna conservada en formol.
Finalmente nos sentamos a comer, cuando los demás volvieron hicieron lo mismo y salimos de ahí ya casi a las 8 de la noche, lo que hizo que el recorrido de regreso y hacia el poblado de Tenosique fuera ya de noche y bajo una lluvia tremenda que complicó al conductor el llevarnos de forma segura a destino; a casi media noche estábamos instalándonos en el hotel en el centro de la ciudad fronteriza de Tabasco...
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