Lago Petexbatún |
El tercer día de viaje salimos temprano con rumbo a la frontera del Ceibo para cruzar hacia Guatemala, el puente que conducía a la carretera que va hacia allá estaba cerrado por lo que tuvimos que dar un rodeo que sin embargo me permitió ver que hay algunos atractivos naturales cercanos a Tenosique, como un balneario rústico del que jamás había oído hablar. En poco más de una hora llegamos al cruce y vimos que teníamos que esperar 15 minutos para que abrieran el paso; luego de ello Fernando bajó del autobús y junto con los conductores fueron a pedir informes para mover el camión lo más cercano a las oficinas (distantes 100 metros) y que se estacionara muy cerca de nuestro nuevo transporte que nos conduciría hasta Chetumal, no era posible cruzar con el autobús que nos había llevado hasta ahí. La espera se hacía larga y finalmente me desesperó tanta tardanza por 100 metros de caminar así que organicé a la gente para ir a sellar el pasaporte con las cosas, lo cual a final de cuentas había que hacer; eso ocasionó una primera fricción con Fernando por no esperar a que regresara. Quintín y otros dos pasajeros tuvieron que ir a tramitar un permiso para entrar a Guatemala pues tuvieron problemas con su pasaporte y no alcanzaron a tramitarlo a tiempo.
Palacio del nicho |
Aún con todo, el cruce fue bastante lento, todavía esperamos a que compraran comida para el resto del día y paramos en la ciudad de La Libertad para intentar sacar quetzales del cajero, lo que fue imposible y dejamos para después. Yo temía que no llegaríamos a Ceibal, el único sitio a visitar en el trayecto a Flores, capital del departamente de Petén, al norte del país centroamericano; aunado a que había que tomar lancha pues nos informaron que el camino estaba en muy mal estado por la reciente temporada de lluvias y cerraban a las 4. Nuestro chofer fue bastante rápido en llevarnos sin ningún percance a la orilla del río de la Pasión, donde llegamos a una humilde casa a buscar a un lanchero para negociar el translado al sitio; después de platicar un poco con él decidimos cambiar el rumbo a Aguateca, ahí no había restricción de horario, aunque era más lejos no había que pagar entrada, lo que lo hacía ligeramente más barato que Ceibal. El cambio me alegró mucho pues el nuevo sitio a visitar está en una ubicación muy impresionante, con defensas naturales formidables, pues se encuentra junto a una falla geológica que abre una gran garganta que permitía una mejor defensa del lugar; Ernesto no compartía mi alegría, se molestó bastante de no poder ir a Ceibal.
Grupo del palacio |
Salimos lo más pronto posible en una gran lancha de madera, recorrimos un corto trecho por el río de la Pasión, que más adelante se une al Salinas para formar el Usumacinta; luego entramos al arroyo Petexbatún, pasando por zonas cercanas a muchos sitios arqueológicos que nuestro lanchero conocía, así que al final conseguimos un buen contacto para futuros viajes. Poco después de una hora entramos a la laguna Petexbatún, donde el arroyo se ensanchaba bastante y finalmente entramos a un afluente muy delgado y serpenteante entre la vegetación que lo rodeaba, tanto que era difícil dar vuelta en las curvas y las ramas a veces pegaban dentro de la lancha, ocasionando que la gente se moviera y me hiciera temer la posibilidad de que saltaran demasiado bruscamente de su lugar, ocasionando que nuestra embarcación se volteara.
Grupo del palacio |
Veía que el sol iba bajando en el horizonte y me preocupaba que no hubiera tiempo de visitar el sitio completo, lo cual sucedió, llegamos al atardecer a la orilla del lago y había que subir a la cima de una elevación considerable; antes de llegar nos encontramos con la caseta del custodio y más allá los primeros edificios de Aguateca, todos pequeños y al parecer residenciales.
Me adelanté para tomar fotografías sin gente, afortunadamente traía mi tripié pues la luz era insuficiente y el cielo se pintaba ya de rojo, así pasé por el palacio del nicho y la sala del consejo. Finalmente visité el grupo del palacio y alcancé a tomar algunas pocas fotos aceptables antes de que todo se oscureciera por completo. La gente llegó y me convencí de que sería imposible ir a la falla geológica, los miradores ni el resto de los grupos del sitio, que aunque no eran muy grandes me hubiera gustado ver.
Plaza del palacio |
Aguateca fue un lugar donde la nobleza del cercano Dos Pilas se refugió cuando aquél sitio fue abandonado al final del clásico maya; aquí podían defenderse mucho mejor por la ubicación del lugar pero aún así terminó siendo destruida y hubo una gran masacre que acabó con los gobernantes. Aquí comenzó el efecto dominó que terminó por provocar el abandono de la mayoría de las grandes ciudades de la época como Copán, Tikal, Palenque, etc; ya que las rutas comerciales al caer ésta región tuvieron que modificarse, ocasionando grandes problemas económicos a los reinos lejanos a la costa; aún no se sabe a ciencia cierta el resto de factores que contribuyó a que terminara el periodo clásico, pero entre ellos pudo haber estado el cambio climático, sequías o enfermedades infecciosas.
Saliendo de noche hacia Sayaxché |
Ya a oscuras regresamos a la barca, yo iba hasta el final sin ninguna lámpara y me encontré con el lanchero, ahí escuchamos algo como un grito agudo parecido al que hacen los chicleros para ubicarse entre ellos cuando entran a la selva, nos pareció bastante extraño aunque no pudimos verificar de dónde provenía.
La luna comenzaba a asomar casi llena aunque las nubes cubrieron pronto el cielo, ocasionando incluso que lloviznara en algunos tramos del regreso, las luciérnagas encendían sus luces bioluminiscentes de cuando en cuando y el agua permanecía muy quieta; nuevamente estaba en una lancha navegando de noche, sin embargo la experiencia no fue nada parecida a cuando en el 2015 habíamos recorrido el Usumacinta con unos cuantos amigos; Ernesto y yo habíamos estado ahí y lo recordamos entonces, pero ésta vez tener un grupo de más de 20 personas, con muchas que no compartían nuestros intereses, no permitió que hubiera esa atmósfera mística que tanto nos fascinó cuando en completo silencio nos deslizábamos por el río fronterizo hasta el campamento de El Porvenir.
Llegamos a nuestro punto de partida alrededor de las 8 de la noche y de inmediato nos dirigimos a Flores, ahí nos instalamos en el hotel y comenzó un peregrinar por distintos cajeros automáticos pues descubrimos que quienes tenían tarjetas de banamex no podían sacar dinero en ninguno, incluyendo a Fernando; era nochebuena y yo estuve yendo y viniendo sin cenar casi nada y totalmente molesto y preocupado, siempre en las embajadas recomiendan no cambiar dinero en las fronteras; acatando esto, Fernando había planeado sacar dinero en los cajeros, cosa que me pareció prudente, pero éstos no permitían hacerlo a varios del grupo. Al día siguiente tocaba visitar Tikal, cosa que tuvimos que cambiar en el itinerario para permitir que se arreglara aquel inconveniente, yo estaba ya harto de aquellos problemas así que cuando Ernesto me propuso que nos fueramos a Yaxhá (mi sitio maya favorito) mientras que ellos solucionaran sus cuestiones, yo acepté sin dudarlo. Así terminamos de madrugada en la habitación del hotel, y nuestra celebración fue tomar unas cuantas cervezas con Adriana.
COMO SERIA? Seria genial poder viajar y disfrutar de todo lo que ofrece este país, seria un sueño hecho realidad poder ir con mi novio y festejar los meses que tenemos juntos. Guao las Imágenes se ven grandiosas, quiero más información acerca de este crucero en esa hermosas Isla. En ese lugar podemos liberarnos de todas las cargas que tenemos día a día, nos merecemos unos días relajándonos y divirtiéndonos.
ResponderEliminarFuente: galapagos cruise charter