sábado, 27 de enero de 2018

Viaje a México y Guatemala pt. 4. De vuelta a Yaxhá

Conjunto astronómico menor
En navidad, me desperté a las 5 y media de la mañana, habiendo dormido solamente 2 horas, me temía que Ernesto no se levantara pero luego de un rato también estaba listo para salir. Nos arrepentimos de haber madrugado pues las calles estaban desiertas, con dificultad conseguimos un mototaxi que nos llevara a la terminal del transporte público y ahí subimos al colectivo que iba para Melchor de Mencos, sin embargo tardó casi una hora inmóvil y después fue a pararse nuevamente en el mercado de Santa Elena otro rato muy largo. Éste lugar lo ví varias veces en el 2014, cuando estuve algunos días en Flores y recorrí varios sitios en los alrededores; entonces estaba atiborrado de personas y vendedores ambulantes ofrecían agua embotellada, comida e incluso medicina que llevaban en canastas y las ofrecían a todo el que pasaba, ésta vez ningún puesto estaba abierto y poca gente caminaba, casi todos esperando transporte y unos cuantos eran los mismos conductores de los distintos colectivos.
Estructura 216

Nos desesperó llevar esperando más de dos horas pero al ver que no había tampoco ningún taxi que pasara, nos resignamos y estuvimos platicando más a fondo que otras veces, he de mencionar que he visitado ya bastantes sitios junto con Ernesto; entre todo ésto recordamos a nuestro difunto amigo Neftalí y pensamos en cuánto nos hubiera gustado que en aquél momento nos acompañara a Yaxhá, pues seguramente hubiera ido con nosotros. Así dieron las 8 y media y a penas íbamos saliendo rumbo a Yaxhá. 

El camino fue bastante tranquilo, incluso nos quedamos dormidos por un rato y poco menos de una hora después bajamos en el entronque que lleva a la reserva natural, ahí nuevamente nos encontramos con un panorama desierto de autos, así que en la imposibilidad de buscar un taxi o pedir aventón decidimos caminar los 11 km hasta el sitio.
Juego de pelota y acrópolis sur

Ernesto se veía bastante novato en la caminata, había salido días antes que yo y por ello llevaba una maleta con ruedas para la ropa extra, cosa que no favorecía caminar en la terracería; por otro lado llevábamos todo nuestro equipaje pues habríamos de acampar dos noches en la orilla del lago Yaxhá, lo cual era algo que me entusiasmó bastante desde el momento en que junto con Neftalí había planeado la ruta del recorrido. 

Mientras que andamos algo así como 2 km, pasaron 3 camionetas con turistas que se dirigían al sitio, las primeras dos no nos hicieron caso cuando les hicimos señas; pero la tercera, a la cual ya no tomamos en cuenta, se detuvo unos metros adelante, bajando un hombre joven bastante alto, moreno y de cabello chino, quien amablemente nos dijo que su nombre era Estuardo, era guía y llevaba un grupo de visitantes estadounidenses e indús quienes habían aceptado llevarnos al sitio con ellos. Pude conversar un poco en inglés con nuestros anfitriones y me dí cuenta que eran bastante cultos y agradables, escuché de ellos algunos datos que incluso Ernesto y yo, que estudiamos los sitios que visitamos antes de ir, no hubiéramos recordado.
Estructura 142

Una vez que llegamos a la entrada fuimos a preguntar por un guía que nos llevara a Nakúm, un gran sitio cercano, sin embargo nos dijeron que teníamos que quedarnos a acampar ahí y nosotros debíamos esperar en Yaxhá al grupo, así que nos fue imposible; antes de irme le había indicado a Fernando que usaran el día para nadar en el lago Petén Itzá en Flores mismo, le dije que no fueran a la aldea del Remate pues eso estaba perfecto para descansar después de visitar Tikal al día siguiente; en cambio podían arreglar los asuntos monetarios (lo cual hicieron yendo a un cajero en una gasolinera que si les permitió sacar dinero) y después alcanzarnos por la tarde en Yaxhá para ver el mejor atardecer de la zona maya, para entonces nosotros tendríamos listo el espacio para el campamento. Llegando preguntamos por ello y dejamos nuestras cosas en la caseta de los custodios para recorrer con calma el lugar libremente.
Estructura 144

Yaxhá es el sitio maya que más me gusta de todos los que he tenido la oportunidad de visitar, incluso por encima de Tikal, así que tener todo el día para visitarlo no me desagradó para nada aún cuando no pudimos ir a Nakúm, que sería nuevo para mí.

Comenzamos en el conjunto arqueológico menor, que consta de un edificio con escalinatas en sus cuatro lados y una plataforma alargada con 3 templos en su cima que servían para observar la salida del sol desde la primer estructura usando como referencia la triada frente a él para determinar los equinoccios y los solsticios; más adelante nos encontramos con la acrópolis del suroeste, donde se encuentra el edificio principal: la estructura 216, que domina la vista de los lagos Yaxhá y Sacnab, que se encuentran al sur del lugar y a poca distancia; subimos un rato para observar y luego seguimos con el paseo.
Estructura 137

Un poco más allá llegamos al conjunto de pirámides gemelas, éste tipo de grupos tienen una pirámide en dos de sus lados y en los otros dos una plataforma que sostiene un palacio con 9 puertas y un recito con una estela en su interior; son típicos de Tikal y solamente se han encontrado ahí, en Ixlú y en Yaxhá, lo cual es una muestra de que éste sitio estaba bajo el control de su poderosa vecina.

El camino avanza llevando al área central del sitio, ahí hay una cantidad grande de montículos que fueron estructuras monumentales de importante tamaño, recorrimos todo lo que pudimos y llegamos al juego de pelota de la acrópolis sur, ésta última tiene unos pocos cuartos excavados que se pueden observar, los cuales visitamos también.
Estructura 1

Así llegamos a la acrópolis norte, mi conjunto favorito, tiene en uno de sus lados una serie de palacios y del otro se encuentran las estructuras 137, 142 y 144, las cuales son basamentos piramidales de gran tamaño a los que, exceptuando la primera, se puede subir y permiten ver una gran extensión de la selva y la cima del templo 216 en la distancia. Ahí nos pasamos un buen rato subiendo, bajando y sentados contemplando el lugar.

La siguiente parada fue el grupo Maler, en honor al descubridor del sitio, ahí hay 3 estructuras piramidales menores a las demás que habíamos visto, sin embargo después me sorprendí al leer que una de ellas es la estructura 1 del sitio, cuando normalmente se nombra así a la principal; aquí hay una gran calzada que se puede observar perfectamente entre la selva, lo cual es una muestra de la ingeniería que desarrollaron los antiguos mayas.

Vista desde la estructura 216
El grupo Maler es el más alejado, para seguir el recorrido hay que volver sobre nuestros pasos y luego tomar otro camino, llegando a un conjunto habitacional menor donde se encuentran algunas estructuras pequeñas que han sido excavadas y casi frente a él está el conjunto astronómico mayor, con una pirámide de más de 30 metros de altura, ahí se puede subir por unas escaleras de madera que parecen interminables. Como el primer conjunto que vimos, éste también tiene una plataforma alargada con tres templos; desde la cima se observa la acrópolis norte y parte del lago, bien vale la pena subir aunque no se pueda apreciar nada de la arquitectura pues el edificio está convertido en un montículo gigante.

Acrópolis norte
Desde ahí comienza el camino de regreso, únicamente nos faltó recorrer la calzada que baja al lago, pero decidimos no ir hacia allá para evitar la pesada subida de regreso. Nos fuimos a la caseta de custodios a descansar y a ver si el grupo había llegado, cosa que no sucedió. Habían pasado tantas horas desde que nos fuimos que por un lado temía que no hubieran podido sacar dinero y por otro que hubieran cambiado de planes, por lo que incluso habíamos pensado que si eso sucedía nos quedaba la opción de quedarnos en Yaxhá a esperar la llegada de nuestro amigo Eduardo, quien pasaría la noche siguiente con nosotros en el lugar y luego haría un recorrido diferente, así que podíamos ir con él.

Grupo Maler
Comimos algunas galletas, vimos un pequeño zorro rojo que husmeaba cerca de nosotros y cuando ya estábamos desesperándonos y pensando en bajar al lago para poner las tiendas de campaña, vimos llegar la camioneta del grupo pero fue una gran sorpresa que tan sólo iba el chofer y 8 personas junto con Adriana, con ellos estaba Quintín, pero ni rastro de Fernando. Me dió bastante coraje cuando me dijeron que no haciendo caso a mis indicaciones se habían ido a el Remate a meterse al lago, medio grupo no quería moverse de ahí y los que habían llegado exigieron ir a Yaxhá e incluso tuvieron que pagar la gasolina para que los llevaran, Quintín regresó con ellos dejándolos a mi cargo para que les diera el recorrido guiado por el lugar. Aún no podía disimular mi enojo pero me dio gusto que algunas personas tuvieran interés en visitar el que para mí era el mejor sitio de todo el viaje en grupo.

El atardecer desde la estructura 216
Así, a pesar de estar cansado, se me quitó la sensación de pesadez y nuevamente fui a visitar Yaxhá aunque Ernesto prefirió quedarse a descansar. Otra vez visitamos todos los grupos aunque a una velocidad mayor y no tratando de entrar a cada recoveco del sitio. La gente terminó encantada con el lugar y llegamos al templo 216 justo minutos antes de la puesta del sol, que desde ahí es la más espectacular del mundo maya, pues el lago Yaxhá se ilumina y justo detrás de él ocurre el crepúsculo, todo enmarcado de la exuberante selva que envuelve al sitio. Ernesto ya nos esperaba ahí. El cielo estaba cubierto de nubes sumamente hermosas; había bastante gente pero me escabullí a un rincón en el centro con muy buena vista y me quedé quieto observando como el cielo se encendía en llamas que cambiaban de forma mientras pasaban los minutos; desde que comencé mis viajes quería estar ahí en un atardecer y me encontraba sumamente complacido; todos guardaban un silencio reverencial y ésto daba un aire aún más magnífico al cuadro; así estuve abstraído del mundo hasta que el último rayo de sol se ocultó tras el horizonte. Me pasaron por la mente rostros queridos y me sentí sumamente feliz, al final mi último pensamiento fue para mi amigo Neftalí, quien hubiera estado ahí...

Tuvimos que bajar las cosas hasta el campamento por unas escaleras que parecían interminables y ya en la oscuridad, finalmente llegamos a unas palapas y ahí colocamos las tiendas; bastante más tarde  escuchamos el ruido de una camioneta que llegaba por otro camino que llega hasta el lago pero que inicia varios km antes de la entrada de Yaxhá, por lo que no lo pudimos usar nosotros; el grupo llegó sin tener idea de lo que se habían perdido, al otro día iríamos a Tikal y regresaríamos a acampar ahí mismo, ¡la mitad de todos ellos acamparon dos noches en éste lugar tan hermoso y no conocieron absolutamente nada de él!


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