Estructura en Halaltún |
Comenzamos el 2018 igual que como terminamos el 2017, saliendo temprano para buscar un taxi. Ésta vez Eduardo iba con nosotros y era quien conocía los lugares que visitaríamos. Al parecer los taxistas querían cobrar más ahora pero luego de negociar, nuestro amigo consiguió un precio igual al del día anterior. Salimos otra vez con rumbo norte aunque llegamos algo más lejos, el primer sitio a visitar era Halaltún, que se encuentra en el centro de un pequeño poblado a pie de carretera.
Llegando dejamos al taxista esperándonos en la primer calle que encontramos y subimos a una colina de suave pendiente, de inmediato vimos que en la parte alta había un terreno plano rodeado de montículos; al centro había gran cantidad de maleza, por lo que lamenté haber dejado el machete en el taxi pero Eduardo me dijo que no era necesario, pues las estructuras estaban libres.
Interior de una estructura de Halaltún |
Todos los edificios de Halaltún están hoy completamente destruidos y tan solo lucen como montículos de escombros, sin embargo luego de subir al primero y descender por el lado contrario al que llegamos, nos encontramos con una entrada que al parecer había sido expuesta en un intento de saqueo. Adentro había un pasaje que pasaba de lado a lado la estructura y que por el arco que tenía era sin duda prehispánico, junto a éste pasillo había un hueco rudamente excavado que llevaba a una cámara muy dañada, ahí probablemente fue donde los saqueadores habían accedido.
Luego de recorrer éstos estrechos pasadizos salimos de nuevo al exterior, Eduardo nos dijo que el lugar había sido descubierto por Teobert Maler, quien recorrió gran parte del mundo maya pero que en ésta región no llegó más al sur que aquél punto.
Pasaje en Halaltún |
Todas las estructuras rodeaban una plaza que era el espacio lleno de maleza, sin embargo en ningún otro montículo pudimos observar arquitectura expuesta, el lado poniente ya no existía pues la construcción de la carretera había abierto un tremendo boquete a través de la colina donde se encuentra el sitio, seguramente ahí era donde se encontraban las estructuras que cerraban el espacio y pudieron haber más, pues desde ahí podíamos ver el otro lado y se distinguían algunos montículos.
Estuvimos hablando sobre el significado del nombre maya y al parecer se forma de Halal-carrizo y tún-piedra, por lo que podría ser carrizo de piedra o carrizo en la piedra. Así terminamos el breve recorrido y volvimos al taxi para seguir aún más al norte unos pocos kilómetros.
Plaza principal de Dos Lagunas |
El siguiente punto era otro pequeño sitio llamado Dos Lagunas. Eduardo nos dijo que ahí había menos pero se podía ver más; lo que quería decir lo descubrimos en cuanto llegamos.
Entramos en un poblado también muy pequeño, pasamos por algunas de sus calles de tierra y piedras y pudimos observar varios montículos entre las casas, finalmente paramos junto a una estructura que al parecer había sido dañada al construir el camino y por ello mostraba parte de un muro aunque eran muy pocos los detalles que se podían distinguir.
Restos de muro en Dos Lagunas |
Subimos por un costado de éste montículo y pudimos ver que accedíamos a una plaza elevada que tenía una estructura en cada uno de sus cuatro lados, todas eran alargadas y bajas pero una en particular llamaba la atención pues en su cima tenía dos protuberancias gemelas, lo que daba lugar a muchas conjeturas pues podría ser un par de edificios mellizos o quizá si dejábamos volar la imaginación sería un palacio tipo Río Bec aunque más pequeño que todos los demás que habíamos visto hasta entonces.
Toda ésta plaza parecía bien cuidada por los lugareños pues la hierba estaba muy bien cortada y formaba un tapete verde que hacía que la vista fuera agradable y se distinguieran mucho mejor las formas de los montículos, a eso se refería Eduardo, pues había menos arquitectura expuesta, pero más detalles que ver que en Halaltún.
Estructuras gemelas de Dos Lagunas |
Nuevamente fue un breve recorrido, regresamos al taxi por el mismo camino por el que habíamos llegado y regresamos hacia Xpujil, aunque seguimos de largo hacia el sur.
Habíamos terminado con los sitios nuevos del día (para Ernesto y para mí, Eduardo ya conocía los dos), y terminaríamos el día en un lugar que ya todos conocíamos pero que bien valía la pena por ser sumamente bello.
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