miércoles, 14 de marzo de 2018

Viaje a México y Guatemala pt. 16. Xpuhil

Estructura excavada en el grupo Kitam
Cuando llegamos a Xpujil, aprovechamos que el colectivo entró por una calle a dejar a un par de turistas frente a su hotel para bajarnos ahí y caminar hacia dos grupos del sitio de Xpuhil, el cual es muy disperso al igual que otros de la zona, el conjunto I está abierto al público y tiene un famoso edificio con tres torres de tipo Río Bec, pero ésta vez no lo visitamos; el grupo III estaba a unas cuadras de nuestro hotel pero todo su contorno había sido cercado pues notamos que estaba en medio de un proyecto de excavación que ha durado varios años pero que se ha intensificado, pues de ser únicamente montículos en 2012 cuando lo ví por primera vez y tener un solo edificio excavado en 2014 que pasé nuevamente por ahí, ahora prácticamente todos los edificios estaban total o parcialmente visibles aunque algunos aún se notaba que estaban en proceso.
Estructura con cámara interna

El primer conjunto que recorrimos lleva por nombre "El Kitam" y está en la cima de una colina rodeada de casas, una de sus estructuras está excavada pero no pudimos acercarnos pues cuando caminamos hacia ella un grupo de perros corrió hacia nosotros agresivamente y preferimos evitarlos aunque yo ya había estado en aquella estructura en el 2014 y sabía que tiene algunas decoraciones en páneles junto a las puertas de sus habitaciones que ya no conservan los techos. 

Algo que no había visto y que mi amigo Luis Adrián de Monterrey me había dicho es que en uno de los montículos de ese grupo había una cámara interna completa con su techo de arco falso; nos dedicamos a observar las estructuras hasta que finalmente dimos con lo que buscábamos: era a penas un orificio donde podíamos meter la cabeza pero en el interior estaba un cuarto completo con su acceso al lado izquierdo.
Cámara interna en el grupo Kitam

Bajamos por el sur de la colina y nuevamente caminamos entre las calles del poblado actual, llegando hasta su borde para ir al grupo II, el cual había visitado en 2014 y que Ernesto también había podido ver un año más tarde aunque con gran dificultad para encontrarlo. 

Me pareció que todo había cambiado bastante pues había construcciones nuevas y senderos que no recordaba, sin embargo no tuvimos mayor problema para internarnos en la selva y dar de frente con el gran palacio que se encuentra ahí y que tiene grandes secciones de crestería calada sobre su techo, la cual le da nombre al edificio.

Ahí había bastante humedad así que tuvimos los mismos problemas que cuando estuvimos en Puerto Rico el día anterior: los filtros en los lentes de nuestras cámaras se empañaban y tuvimos que quitarlos para tomar bien las fotos.
Palacio de Xpuhil II entre la selva

A pesar de que había mucha maleza, estaba menos crecida que la vez anterior que estuve ahí, además entonces estaba oscuro y ahora por fín podía apreciar éste bello edificio con mucha luz diurna.

El palacio de la crestería es una construcción alargada con dos hileras de habitaciones, de la frontal quedan pocos vestigios a parte de algunos muros divisorios pero la trasera aún conserva varios cuartos, incluso algunos casi completos, la crestería superior al parecer formaba triángulos o semicírculos sobre los accesos del edificio y aún se pueden apreciar varios puntos en los que sobresale aunque también amplias secciones del techo están desplomadas.
Palacio de la crestería

Recorrimos el edificio y lo rodeamos para apreciar lo más posible, también en su parte central despejé un poco con el machete para tener mejor vista. Luego de ello volvimos hacia el poblado de Xpujil y dimos por terminados los recorridos de todo el año de 2017.

Nos fuimos a descansar a la cabaña por un rato hasta que recibimos mensaje de Eduardo, quien había llegado y se había hospedado en un lugar cercano. Ya era de noche y aún nuestro amigo iría a bañarse después del largo trayecto que había recorrido y que le tomó todo el día completo. 

Finalmente cuando ya desfallecíamos por el hambre, nos juntamos los 3 en el restaurante de nuestro hotel, ahí pasamos largo rato conversando sobre nuestros recorridos, también Eduardo había tenido éxito con varios sitios en el área cercana a Yaxhá. 
Cuarto colapsado con restos de crestería a los lados

Terminamos el año temprano, pues a eso de las 9 de la noche ya estábamos cenando espléndidamente en comparación con los días anteriores y la plática se extendió hasta las 11, cuando ya vencidos por el sueño y el cansancio nos fuimos a dormir sin esperar a que entrara el año nuevo, otra vez hicimos sufrir a los encargados del hotel con montones de monedas que usamos para pagar. Había terminado un año tumultuoso que en exploraciones había sido bastante bueno, pero que se llevó consigo a un buen amigo, eso no lo pudimos olvidar... sin embargo a nosotros todavía nos esperaban tres días de viaje (y unos cuantos más en el caso de Eduardo).

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