La Joya |
Llegamos hasta Medellín de Bravo, ya muy cerca de Boca del Río, tuvimos que pasar por varias calles y una terracería y finalmente frente a nosotros se encontraba el último sitio arqueológico que visitamos ese día: La Joya.
La Joya pertenece, al igual que El Zapotal, a las culturas remojadas del centro de Veracruz; estaba construido completamente en tierra apisonada y por desgracia por algún tiempo su grupo principal fue usado para obtener materia prima para hacer ladrillos; aún se encuentra la ladrillera en uno de sus costados aunque se rescató lo que quedaba de la estructura principal, la cual es un basamento piramidal que aún muestra parte de la escalinata que daba acceso a su parte superior y secciones de los cuerpos que le daban forma. El resto fue completamente arrasado y quedan muros que fueron reforsados para evitar que se desplomaran ante la falta de una gran parte del volumen constructivo.
Costado de la estructura principal de La Joya |
La visita fue muy rápida puesto que el resto de estructuras del lugar son unos pocos montículos bajos que están entre las casas de la zona. Pudimos ver que la superficie del basamento se encuentra muy reseca y agrietada por lo que tememos que próximamente desaparezca pulverizada, leí en un reporte que se había recubierto con textiles pero no parece que eso haya sido suficiente para evitar el deterioro de este lugar.
Volvimos a subir al auto y nos dirigimos al puerto de Veracruz. Ni Ernesto ni yo habíamos estado ahí y Jorge nos dijo que había sido su lugar de nacimiento; pasamos por el malecón y nos pareció un lugar más bonito que lo que esperábamos, ya que le comenté a mis compañeros que esperaba que fuera una ciudad parecida a Coatzacoalcos, la cual no es nada atractiva para mi gusto.
Playa de Villarica |
Fuimos a comer en el famoso restaurant "La Parroquia", estuvimos ahí un rato y luego salimos otra vez a carretera para llegar hasta el pequeño pueblo costero de Villarica, nuestra intención era pernoctar ahí y tomar fotos del atardecer, la salida de la luna y el amanecer, así como de la bellísima zona arqueológica de Quiahuiztlán, que está sobre un cerro que domina la vista del mar.
Cuando llegamos a la playa el sol ya estaba bajando en el horizonte, sin embargo pudimos subir a tiempo a una saliente de tierra elevada que se adentra en el mar y estuvimos ahí tomando fotografías del horizonte por un buen rato, al bajar comenzaba a ponerse oscuro y pudimos ver una buena cantidad de luciérnagas que destellaban a nuestro paso.
Atardecer en Villarica |
Fuimos a buscar alojamiento y no tardamos mucho pues a nuestra llegada habíamos visto un hotel que parecía recientemente construido, ahí me fue útil haber llevado mi colchón inflable pues solamente había una cama, así que nos ahorramos pagar otra habitación y aún así dormí cómodo.
Un poco antes de media noche volvimos a ir a la playa para ver la salida de la luna, Jorge traía su celular con una aplicación para saber el punto exacto y ahí apuntó su cámara montada en un tripié. Logró tomar una secuencia que parecía la salida del sol y que permitía ver como las nubes al moverse cambiaban la dirección de los rayos de luz, haciendo que las fotografias se vieran realmente bellas, aunque a simple vista nosotros no pudiéramos observar casi nada de eso.
Así terminamos un intenso primer día de viaje, nos fuimos a dormir pues el siguiente sería igual de cargado en destinos.
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