viernes, 12 de abril de 2019

Viaje al Puuc Pt. 14. Loltún, Yucatán

Disco de piedra
Nuestra salida de Yaxhom a Labná para pasar al baño y visitar el sitio fue inútil, a pesar de que eran ya más de las 9 de la mañana nos encontramos con el camino cerrado pues aún no estaban ahí los custodios. Nos detuvimos solo un minuto y decidí mejor ir a Loltún y aprovechar para intentar hacer el recorrido guiado de las 9:30. Nuevamente quedó pendiente Labná pues ni siquiera tengo un vídeo de la única ocasión en que estuve ahí en el 2012.

Llegamos hasta ahí 5 minutos antes de que comenzara la visita guiada (pues no se puede entrar solos), pasamos rápidamente al baño y compramos los boletos. Mientras esperaba a Adriana me puse a observar los monumentos de Yaxhom que se encuentran ahí, se trata de dos jambas o estelas con una fila de glifos cada una, además de ello hay un enorme falo de piedra y un disco con una cara de perfil que según sé proceden directamente de Loltún o de sus alrededores. 

Adriana llegó corriendo para entrar, yo tenía guardados los boletos y justo entonces no pude encontrarlos en mis múltiples bolsas, estuve corriendo buscándolos por el suelo; la gente ya había entrado e incluso cerraron la reja cuando me acerqué al guardia y le dije lo que pasaba, por suerte nos permitió pasar... los boletos estaban pegados a la pantalla de mi celular.
Petrograbado de la entrada

Alcanzamos al grupo cuando terminaba la explicación del petrograbado de la entrada y a penas nos dio tiempo de verlo un momento y fotografiarlo a detalle. Se trata de una figura humana de gran tamaño que parece ser un guerrero ataviado para la batalla, está mirando hacia la izquierda y parece tener la rodilla del lado derecho doblada sobre el suelo. Yo había visitado el lugar en el 2000 pero no tenía ninguna buena fotografía, así que no recordaba prácticamente nada; sé que la ocupación es antiquísima pues hubo personas habitando la gruta desde la prehistoria. El petrograbado de la entrada es un elemento antiguo pues data del preclásico.

Tuvimos que apresurarnos para volver a alcanzar a los demás en la entrada de la cueva, ahí nos indicaron que no debíamos retrasarnos puesto que la iluminación se iba apagando conforme se avanzaba, yo traía una gran linterna de tipo minero pero al no conocer el camino preferí no arriesgarme.

La gruta me pareció más pequeña que lo que recordaba, sin embargo las salas que la forman son impresionantes, llenas de estalactitas y estalagmitas que en algunos puntos incluso se unen formando columnas, dos de ellas son peculiares pues al golpearlas resuenan de una manera que recuerda el nombre de Lol-tún. 

Yo no recordaba que hubiera luces de colores pero en algunos puntos vimos que a momentos la iluminación cambiaba de tono, lo cual siempre da un aspecto hermoso a las formaciones rocosas, eso es algo que ya había visto alguna vez en los cenotes de Dzitnup, cerca de Valladolid.
Pasaje en la gruta

Todo el tiempo estuve adelantándome y atrasándome para colocar mi cámara sobre las rocas e intentar tomar fotos con larga exposición para que se pudiera apreciar algo, ya 19 años antes había intentado tomar capturas con mi vieja cámara de rollo y el resultado había sido un desastre, ésta vez fue diferente.

Pasamos por zonas que ya no estaban en mi memoria:
Una cámara donde había una vasija de barro en forma de cabeza sobre una gran roca, otra donde se habían encontrado entierros, entre ellos el de un niño y finalmente una donde había impresiones de manos rojas en la pared, algo que sí recordaba aún.

Después de ello llegamos a una gran sala con orificios que dejaban entrar la luz del exterior y las raíces de la vegetación de la superficie, es el punto que más me gusta de Loltún y me apresuré a fotografiarlo. Fue una tremenda sorpresa que luego de voltear a una pared me encontré conque tenía petrograbados. 
Petrograbados en la gruta

Estos últimos tenían formas abstractas y por más que buscamos no encontramos qué era lo que representaban, estaban bastante claros, justo atrás de una gran roca que aproveché para colocar mi cámara.

Nuevamente nos quedamos atrás del grupo pero ya no fue muy difícil alcanzarlo pues estábamos llegando a la parte final del recorrido. Ahí vimos una serie de terrazas artificiales que fueron construidas en la época de la guerra de castas, los indígenas sublevados usaron Loltún como un refugio y construyeron trincheras en una sección profunda que da a una pared muy empinada que finalmente da a la salida.

Ascendimos por ese lado y al poco tiempo estábamos afuera, aún teníamos mucho tiempo para recorrer más sitios pero las vueltas extra que dimos habían reducido nuestra carga de gasolina y no queríamos quedar varados en una terracería; regresamos hasta Oxkutzcab a la gasolinera más cercana y luego emprendimos el retorno para seguir adelante.

No hay comentarios:

Publicar un comentario