jueves, 2 de mayo de 2019

Viaje al Puuc Pt. 19. Akil y Chacmultún, Yucatán; cena de año nuevo

Akil desde la calle
Llegamos a Akil un poco antes de la cita con Nelson, quien me mandó un mensaje para preguntarme dónde me encontraba y por poco me confundía con otra persona que estaba también sentada en la plaza central del lugar. Llegó junto con otra joven en su moto y nos preguntó si queríamos ir caminando al sitio cercano o iríamos por el auto, escogimos la primera opción y luego de un pequeño trecho nos mostró un enorme montículo que se veía detrás de unas casas.

Preguntamos a uno de los lugareños si había forma de que nos dejaran pasar a ver la estructura y nos respondió que aquel basamento estaba en el terreno de una casa del otro lado de la manzana por lo que fuimos a rodear la cuadra, conforme avanzábamos podíamos notar que nos encontrábamos ante un edificio sumamente grande que incluso en algunas partes colindaba directamente con la calle. Pudimos ver que era una gigantesca plataforma y divisamos otros montículos en su contorno, me sorprendió bastante la magnitud de los vestigios y no podía creer que se encontraran en el centro de Akil y no hubiera sabido nada de ellos antes.
Montículo sobre la plataforma

Llegamos a la entrada de una casa muy humilde que se encontraba al borde de la gran plataforma, algunas personas se encontraban a unos metros y de entre ellas pregunté a una señora si había forma de conseguir permiso para entrar; ella me dijo que la casita que veíamos pertenecía a su madre que era una persona de avanzada edad y carácter fuerte pero al no encontrarse ahí, mi interlocutora nos acompañó a ver la parte alta del edificio.

Nos encontramos con una tradicional casa maya y algunos corrales con animales, todo estaba sobre el montículo y nos pareció que dichas construcciones no habían afectado significativamente la estructura, al ver más allá de eso nos encontramos con una plaza de gran tamaño y en su contorno sobresalían 4 o 5 montículos que por ese lado no parecían muy altos pero que en sus lados que daban al nivel de la calle tenían 15 o más metros de elevación.
Plaza de Akil entre la maleza

Subimos a dos de estos basamentos y cada vez nos sorprendía más el tamaño de la enorme edificación sobre la que nos encontrábamos, la señora que nos acompañaba nos contó que su familia había vivido ahí por mucho tiempo, algo que ha pasado en muchos sitios mayas que han sido tragados por poblaciones actuales. Supimos también problemas con los habitantes del otro extremo de la construcción pues habían arrazado partes del edificio y luego de bajar a la calle pudimos comprobarlo nosotros mismos: vimos incluso una casa donde habían destruido completamente la mitad de un gran montículo y las piedras blanquecinas nos indicaban que aquello había sucedido muy recientemente. 

En los patios de algunas casas vimos piezas de decoración que debieron encontrarse en los edificios prehispánicos y más tarde supimos de la existencia de una pared con adornos aún en pie pero que no visitamos.
Chacmultún

Nos despedimos de Nelson deseándole un feliz año nuevo y se me ocurrió terminar el año en un último sitio, nos dirigimos rápidamente a Chacmultún y llegamos justo a tiempo para que Adriana recorriera el grupo central.

Como el horario de visita ya había terminado decidí quedarme en la entrada que estaba desierta para pedir permiso de recorrer el lugar si pasaba el custodio, eso no sucedió pero si llegó una familia que vive un poco más adelante sobre el camino, les pregunté si estaba bien que observáramos el último atardecer desde el grupo más elevado del lugar y me dijeron que no habría ningún problema.

Subí a la plataforma del grupo central para alcanzar a Adriana y estuvimos ahí solamente unos minutos pues el horizonte comenzaba a tornarse rojizo, regresamos al carro y lo llevamos hasta la base de la colina que sostiene el grupo Xethpol, elegí ese lugar porque mira directamente al poniente y tiene una buena altura sobre el nivel del valle.
Grupo Xethpol

Mientras ascendíamos pude ver que los últimos rayos de sol iluminaban con tonos rojizos el edificio principal del lugar, noté que pronto se vería el último destello así que tuve que subir corriendo, Adriana se quedó un poco atrás por lo que al llegar estuve solo por un momento suficientemente largo para preparar mi cámara y acomodarme para observar. Cuando estuvimos ya los dos arriba el sol estaba comenzando a ocultarse así que llegamos justo a tiempo. 

Estuve tomando fotos y video hasta que el atardecer del último día del 2018 terminó, con unos minutos de luz todavía fuimos a recorrer brevemente los otros edificios del grupo Xethpol y luego regresamos al auto para hacer otro largo recorrido pues nos habíamos puesto de acuerdo con nuestros amigos Nubia y Balta para vernos en el poblado de Santa Elena con Julio y Eduardo, quienes ese día debían llegar hasta ahí luego de un largo recorrido que comenzaron varios días antes que nosotros.
El atardecer en Chacmultún

Yo pensaba ir hacia Xul para luego llegar a la ruta Puuc por el poblado de Cooperativa pero en algún momento me equivoqué y terminamos saliendo hacia Tekax así que de ahí pasamos a Akil y luego a Cooperativa, seguimos toda la ruta Puuc y llegamos a nuestro destino. 

Julio, Eduardo y su novia Mónica ya nos esperaban para cenar, al llegar nos llevamos una sorpresa desagradable pues Eduardo se había lastimado la rodilla severamente y ni siquiera podía levantarse de la silla pues doblar la pierna era imposible por la inflamación. Todos sus planes se habían alterado por ello y decidimos que al día siguiente mientras él iba al médico, Julio nos acompañaría en nuestro primer recorrido del año y seguiría con nosotros hasta volvernos a encontrar en Mérida dos días más tarde.

Poco después llegaron Balta y Nubia y estuvimos ahí varias horas platicando y cenando, fue la tercera vez consecutiva que recibía el año en la zona maya con amigos y a pesar de que aún no era media noche estuvo bastante bien. Nos despedimos pues Balta y Nubia regresarían a Mérida mientras Adriana y yo todavía teníamos una noche reservada en Oxkutzcab, Julio ya tenía habitación en Santa Elena así que acordamos pasar por él temprano. Eran mas de las 11 de la noche y manejé por las estrechas carreteras de la zona para regresar, justo antes de las 12 llegamos al hotel y nos dijeron que de haber tardado un poco más hubiera sido imposible pasar pues se acostumbra quemar unos muñecos que representan el año nuevo y que están llenos de cuetes, para ello se cierran las calles. Habíamos visto todo ese día a esos muñecos colocados como sentados afuera de las casas, nos estuvimos preguntando la razón por la que estaban ahí y recién entonces lo supimos. Así comenzaba el 2019 y aún había bastantes sitios qué recorrer antes del final del viaje.

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