miércoles, 24 de mayo de 2017

Viaje a Yucatán y Campeche pt. 4. Chelem, San Simón, Elewitz y Yiba

Chelem de San Simón
Cuando regresamos de Xkipché al camino a San Simón, Stephan, con su espléndida memoria, nos llevó a un sitio que él mismo reportó; incluso Julio traía consigo aquel documento sobre un lugar cercano llamado Chelem, que es el nombre de una planta parecida a la sábila.

Avanzamos algunos kilómetros hasta que a señal de Stephan nos detuvimos y entramos en un camino junto a una milpa pero luego de algunos metros no le pareció el lugar correcto así que volvimos al auto para seguir un poco más y volver a intentarlo. Ésta vez le pareció familiar la zona y nuevamente rodeamos un cultivo de maíz para después entrar en un pastizal y subir a una pequeña colina llena de maleza. Era tal la espesura vegetal que nos costó demasiado trabajo aún con los machetes de nuestro guía y de Eduardo abrir una pequeña brecha hasta encontrar vestigios de edificios mayas, se trataba solo de un montón de piedras que en algunas partes tenía señales de muros tan destruidos que no se podía observar su forma, los rodeamos por casi todos los lados que la maleza nos permitió sin encontrar mucho mas de lo que ya habíamos visto. Buscábamos un pedazo de arco que se mantenía en pie milagrosamente y Stephan comenzaba a lamentar que parecía haberse colapsado pero ya cuando íbamos a bajar de la loma rodeamos un poco más el borde del montón de rocas y ahí pudimos ver la arquitectura prácticamente en las mismas condiciones en las que fue encontrada años antes. Había restos de muros de dos habitaciones, una de ellas con un hueco que al principio confundimos con el arco, pero el real se encontraba detrás; éste era el techo de otra habitación casi totalmente colapsada pero la fracción en pie seguía balanceándose sobre a penas tres piedras muy delgadas.

Jambas sobre un montículo en San Simón
Luego de regresar al auto, llegamos hasta San Simón a la casa donde un guía de Stephan solía vivir, pero falleció hace años por lo que preguntamos por su hermano y después de algunos minutos apareció en la puerta intrigado por los desconocidos que hablaban del finado. Preguntamos por un dintel (parte superior de una entrada) que tenía glifos que se encontraba en las cercanías pero él no sabía de su existencia, aún así le pedimos que nos llevara a algunos vestigios cercanos.
Nos internamos en la selva cercana y poco después empezamos a encontrar montículos que estaban completamente destruídos, algunos incluso con fosas de saqueo; teníamos que fijarnos bien donde caminábamos porque comenzamos a encontrar chultunes (pozos en forma de botellón excavados en la tierra); buscamos en todo alrededor pero no pudimos encontrar el dintel que Stephan había visto alguna vez que visitó aquel sitio. Lo único en pie que encontramos eran dos jambas, las piedras de cada lado de una entrada a una habitación completamente destruida que permanecían de pie como único vestigio de lo que alguna vez se levantó sobre un montículo.

Muro en Elewitz
Preguntamos al hermano del guía fallecido si conocía algun otro monumento maya o vestigio y nos dijo que había una piedra con dibujos tirada en un campo cercano, caminamos hasta un área de cultivo y buscamos pero nuevamente no pudimos dar con ella por lo crecido de la maleza; por último nos dijo que había algunos muros sobre un cerro y hacia allá nos dirigimos, sobre una empinada ladera pudimos ver aquel edificio en ruinas y supimos que su nombre era Elewitz "cerro quemado". Teníamos la duda de si estábamos lo suficientemente lejos de San Simón como para considerar que era un sitio diferente pero más tarde Stephan nos lo confirmó. En aquella cima vimos los muros de un edificio que ya había caido pero aún tenían la forma de las habitaciones e incluso mostraban claramente el lugar donde se encontraban las entradas. Alrededor de la estructura había varios chultunes, la mayoría derrumbados pero uno de ellos tenía dos bocas que se abrían en el piso, algo que yo nunca había visto antes pues todos los que conocía tenían sólo una abertura.

Edificio en Yiba
De regreso en San Simón nos despedimos de nuestro nuevo guía y él muy contento nos dijo que investigaría en los alrededores para conocer los lugares donde su hermano había estado y mostrárnolos cuando volviéramos por aquel rumbo, como aún no anochecía ya cuando íbamos de regreso nos detuvimos a la orilla de la carretera en un sitio donde se veía una gran plataforma y luego de subirla pudimos ver que la coronaba otro edificio parcialmente en pie. Éste lugar lleva por nombre Yiba, yo conocía de su existencia pero no sabía lo que se encontraba ahí. La mayoría del edificio había caido dejando solo el muro intermedio entre dos habitaciones y una pequeña sección del muro trasero que muestra decoraciones en forma de herradura. Cuando estábamos fotografiando el lugar ya el sol bañaba las piedras con tonos rojos y entonces nos dimos un poco de prisa para ir a dejar a nuestro guía de Xkipché a su casa en Muná.
Detalle de decoraciones de Yiba

Eduardo y Stephan quisieron ir a Santa Elena a cenar en el restaurante Chac Mool, donde han pasado muchas veces y cuyos dueños los conocen, así que nos desviamos de la ruta hacia Mérida para llegar hasta ahí. Había algo de gente por lo que en lo que nos servían me aparté a la carretera para intentar tomar fotografías del cielo nocturno pero ninguna me pareció buena al final.

Después de algo de plática y de comer ávidamente luego de un día largo salimos ya completamente a oscuras de regreso a Mérida y llegamos ahí algo tarde. Dejamos a Stephan pensando que habría otro día en que nos acompañaría aunque ésto finalmente no sucedió y regresamos al hotel para decidir la ruta del día siguiente, el primer sitio que visitáramos sería el número 400 para Eduardo, pero eso quedará para la próxima entrada en el blog...

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