domingo, 29 de octubre de 2017

Viaje a Yucatán y Campeche pt. 27. Nohpat

Gran estructura en Nohpat desde el camino
Nohpat es un sitio que quería visitar desde el 2015, en que pasé por la zona del puuc yucateco junto con mi amigo Luis Adrián; de hecho aquella vez hicimos un intento de llegar ahí pasando primero por el sitio de Mulchic, pero equivocamos el camino y caminamos por varias horas sin llegar a ninguno de los dos, al regresar pudimos encontrar Mulchic, aunque en un primer momento no lo vimos a pesar de encontrarse a escasos metros del camino por el que habíamos pasado. Más tarde en ese mismo viaje proyectábamos intentarlo de nuevo siguiendo otro camino más corto pero el tiempo no nos lo permitió.

Ésta vez con Wilbeth decidimos intentar llegar a Nohpat por el segundo camino, el cual debía llegar por una terracería que cruzaba campos de cultivo; hacia allá nos dirigimos y aunque la ansiedad hacía que por momentos pensara que íbamos por una brecha equivocada, de pronto llegamos a un claro cubierto de maleza y pudimos ver los grandes montículos de ésta importante ciudad prehispánica.
Primeros vestigios arquitectónicos

Seguimos en el auto por el camino y éste nos llevó justo hasta la base de una estructura muy dañada que no parecía ser de las mayores del lugar, sin embargo de pronto nos encontramos con una gran piedra que tenía las caras completamente planas, indicando que podría tratarse del dintel de la puerta de una habitación caida, más adelante pudimos ver restos de las paredes internas de un cuarto; así que dejamos ahí el vehículo y comenzamos a caminar para ver éstos vestigios. Un poco al costado del primer montículo pudimos ver que se encontraba una gran plataforma que sostenía uno de los edificios principales de Nohpat. Por un viejo video de Eduardo sabíamos que al menos había dos grandes construcciones con algunos restos visibles así que asumimos que éste era uno de ellos.
Pared en estructura

Wilberth comenzó a subir a lo más alto del edificio por la cara más alta, mientras que yo subí a la plataforma más baja entre las piedras sueltas que quedaban de su talud y lo primero que encontré fue que el gran montículo que la coronaba tenía un gran muro hecho de piedras de buen tamaño perfectamente distinguible y libre de vegetación, ascendí rodeando ésta pared y desde arriba pude tener una gran vista del valle donde Nohpat se encuentra, ahí llegó Wilberth, quien había tenido muchas dificultades en su ascenso por el lado contrario al mío, sin embargo la vista le hizo olvidar su esfuerzo y además había restos de las paredes del templo superior, encontrándonos en el centro de lo que debió ser una habitación muy estrecha. 
Restos en la cima de la primer estructura
  
Del lado por donde Wilberth subió la elevación era enorme, sobrepasando quizá los 25 metros y dejando ver más a la derecha la gran mole del otro edificio principal que esperábamos ver en el lugar; yo traté de fotografiar los restos arquitectónicos desde varios ángulos pero hubo algunos muy complicados pues la inclinación junto a las paredes era tremenda.

Bajamos por donde yo había subido, pues era el lado más seguro, encontrando que la plataforma de abajo tenía una gran superficie, siguiendo un sendero que rodeaba la construcción superior me encontré con una escultura que reconocí: se trataba de una estela con un personaje de frente y burdamente tallado, éste monumento fue dibujado por Frederick Catherwood a mediados del siglo XIX y aparece en el libro de John Lloyd Stephens "Incidentes de viaje en Yucatán".
Estela en la plataforma

Ésto no era todo, ya creíamos que sólo nos faltaba ir a observar la segunda gran estructura pero estábamos completamente equivocados, la curiosidad me hizo seguir por el camino que nos llevó a la estela mientras que Wilberth la fotografiaba y lo que encontré nos sorprendió gratamente. Un poco más adelante se podía distinguir la escalinata que llevaba al cima del edificio que habíamos subido y luego de bajar de la plataforma encontré restos de otras piedras con figuras labradas que representaban rostros cadavéricos, llamé a Wilberth y luego seguí sobre el sendero que parecía dirigirse a la segunda estructura pero antes de eso vi cerca de nosotros los restos de una habitación.

Fue una gran sorpresa pues estaba más completa que lo que habíamos visto hasta ese momento, subí al montículo de baja altura que la sostenía y todavía no llegaba junto a los muros cuando al otro lado pude apreciar que se extendía una plaza ¡y estaba rodeada de un palacio completo! aunque todos los techos estaban casi completamente destruidos, por todas partes se veían paredes en pie, en algunas incluso las entradas permanecían en su lugar con sus dinteles sobre ellas.
Habitación con entrada

Pasamos un buen rato recorriendo éstas primeras hileras de habitaciones, formaban un cuadrángulo y al llegar al lado contrario del que habíamos visto primero nos encontramos con un nuevo cuadrángulo detrás, por lo que una sorpresa llevaba a la otra; ya en aquél momento sabíamos que estábamos en un sitio extraordinario que debía sin duda colocarse entre los favoritos de todo el viaje.

Examinamos de nuevo éste segundo cuadrángulo e incluso en una de sus construcciones pudimos ver un muro que conservaba una sección decorada con columnillas típicas del estilo del Puuc. Ahí pudimos ver por qué Nohpat era un paso obligado por el camino que llevaba antiguamente desde Uxmal hasta Kabah, las dos ciudades más grandes de la región.
Habitación parcialmente enterrada

En uno de los costados del segundo cuadrángulo pudimos ver que incluso existía una construcción de tres o cuatro niveles cubiertos de cuartos, algunos de ellos parcialmente enterrados pero con su techo prácticamente completo. Éste gran palacio no lo habíamos encontrado en referencias ni en los videos de Eduardo, lo cual fue la mayor sorpresa que Nohpat nos había deparado; encontrábamos una habitación tras otra, muros completos, fragmentos de decoraciones, dinteles y entradas en su lugar, fragmentos de muros con su recubrimiento externo de piedras bien labradas y lisas, algunas paredes con gran altura se alzaban junto al talud de la gran construcción y nosotros no cabíamos de la emoción e íbamos de un rincón a otro examinando lo que encontrábamos.
Paredes en la parte superior del palacio

Finalmente nos encontramos con el edificio grande que habíamos visto en un principio y subimos hasta su cima, encontrándonos con un enorme muro que tenía una altura considerable, ahí arriba había restos de habitaciones que tenían bóvedas mayas también sumamente altas y delgadas, ésto si lo reconocí por los vídeos y subimos hasta lo que fue el techo del templo superior, desde donde no teníamos una vista muy amplia debido a la espesura de la selva sobre aquel lugar.

Estuvimos ahí un rato sin poder creer todo lo que habíamos visto en el sitio, ya no habíamos visto nada más en los alrededores así que decidimos regresar desde ahí siguiendo el mismo camino por el que habíamos llegado.
Gran Montículo

A la fecha en la que escribo éste diario de viaje, Nohpat es el último sitio maya nuevo que he visitado, y será difícil que alguno en el futuro lo supere en sorpresas, sin embargo jamás se sabe del todo lo que se encontrará en éste tipo de lugares que permanecen olvidados y enterrados entre la selva. 

Sin embargo éste no fué el último lugar que visitamos, todavía recorrimos algunos sitios ya conocidos por mí aquel día, y eso lo narraré en el capítulo final de éste relato la próxima semana.


lunes, 23 de octubre de 2017

Viaje a Yucatán y Campeche pt. 26. Tohcok y problemas en Yaxché-Xlabpak

Tohcok
El último día que estuve en territorio campechano con Wilberth comenzamos el recorrido muy temprano, recorriendo unos pocos kilómetros hacia las afueras de Hopelchén, donde justo junto a la carretera se encuentra el sitio maya de Tohcok, el cual fue partido al construir el camino y aunque el área visitable es bastante reducida, es un lugar mucho más grande pues en los alrededores hay varios montículos sin explorar que se encuentran en terrenos privados, por lo que no son visitables, además de estar rodeados de vallas de alambre de púas y muchos cactus espinosos.
Estructura 1 de Tohcok

La zona excavada y acondicionada para su visita incluye tan solo 2 edificios, uno es perpendicular a la carretera y tenía cuartos con pórtico de columnas redondas con capiteles, la escalinata era volada aunque la parte que quedaba sobre un arco maya está colapsada, al frente sobresalía una plataforma pequeña que llevaba al inicio de las escaleras que llevaban a la planta alta aunque igualmente se encuentra muy arruinada. Frente a ésta estructura se encuentra una plaza que quizá estuvo rodeada por construcciones en sus cuatro lados, aunque el que se encuentra frente al primero es un montículo sin excavar y el que estaba a su izquierda probablemente haya sido arrazado por la construcción de la carretera pues no queda rastro alguno de su presencia.
Estructura 2 de Tohcok

En el lado restante y frente a la carretera está la estructura 2, que al parecer era muy parecida a la primera; aunque sus habitaciones en su mayoría están mas destruidas conserva algunas secciones de techo en forma de arco maya. Pero éste es uno particular pues en lugar de terminar en una serie de piedras planas que truncan el pico superior como sucede comunmente, aquí los taludes de los lados se tocaban en lo más alto formando un triángulo agudo. La plataforma al frente de la escalinata en éste caso está mucho mejor conservada y tiene en su centro una piedra cilíndrica que sobresale, además en todos sus lados estaba ricamente decorada con figuras geométricas y mascarones de Chaac en sus esquinas, también se pueden observar decoraciones de éste tipo a los lados de la escalinata central.
Decoraciones en la estructura 2

Una vez que terminé de observar las dos estructuras, fui a la parte trasera de la segunda y pude ver un gran campo de cultivo que se extiende en aquella parte, al centro está una muestra de que el sitio contenía muchos más edificios, pues cubierto por una serie de árboles se puede alcanzar a ver al menos una habitación en pie y parte de los muros de otra construcción prehispánica, sin embargo me fue imposible pasar hacia allá por el alambre de púas y los muchos cactus con grandes espinas que rodean el terreno.

Salimos de Tohcok y tomamos el auto de nuevo, ésta vez intentaríamos llegar a un edificio que me fue imposible de alcanzar en un viaje anterior por su ubicación completamente llena de maleza.
Tohcok desde la carretera

Yaxché-Xlabpak está junto a otra carretera aunque se encuentra cerrado al público y tiene una buena cantidad de edificios en pie, sin embargo yo sólo he podido visitar uno de ellos y ver desde su base a otro, el principal se encuentra sobre un cerro mas o menos alto y tiene tanta maleza en la pendiente que antes me fue imposible escalar por ahí. 

Ésta vez confiabamos en que los machetes nos permitirían llegar, pero no contamos conque la época del año había hecho que el paisaje se viera distinto, así nos equivocamos de brecha para entrar con el auto y eso firmó nuestra derrota, pues a pesar de tener el cerro frente a nosotros fue imposible encontrar el sendero de subida.
Estructura de Tohcok en un campo privado

Empezamos caminando hasta un pequeño campo de cultivo y al darnos cuenta de que habíamos entrado un poco más al norte de donde debíamos, comenzamos a cortar camino en la maleza rumbo al sur y bordeando el cerro; avanzabamos lento pero constantemente, cruzamos algunas vallas de alambre de púas y creímos que nos acercábamos a un gran campo cultivado que estaba justo a los pies del sendero pero por más que avanzamos no vimos ni rastro de espacio abierto. Por último intentamos ascender al cerro desde ahí pero era sumamente difícil por lo que decidimos mejor regresar al auto, sin embargo nos encontramos en una situación complicada, lo más cerca que he estado de perderme pues al volver sobre nuestros pasos de pronto notamos que era imposible encontrar las huellas de nuestro paso y seguirlas.
Estructura 1 de Tohcok

Tenía que confiar entonces en la posición del sol, el cerro como referencia y mi brújula, si equivocabamos el rumbo por poco no encontraríamos el pequeño campo de cultivo y seguiríamos de largo, lo que sería un gran problema pues a pesar de no estar muy lejos de la carretera, conseguir llegar hasta ella sin un camino nos llevaría demasiado tiempo pues hacia aquel lado se encontraba lo peor de la maleza y todo estaba lleno de espinas. Cuando el nerviosismo comenzaba a crecer en mí finalmente vimos la reducida milpa aunque estuvimos a poco de alejarnos suficiente para no poder distinguirla entre la hierba. Ya no quisimos arriesgarnos de nuevo en aquel lugar, así que decidimos ir hasta territorio yucateco a un sitio que se me había escapado antes pero que tenía ubicado con toda certeza, no teníamos muchas expectativas sobre él pero resultó siendo uno de los más extraordinarios del viaje...

martes, 17 de octubre de 2017

Viaje a Yucatán y Campeche pt. 25. Tabasqueño y el intento de visitar Dzibiltún

Palacio de Tabasqueño
Después de visitar Hochob, por primera vez en todo el viaje paramos a comer durante el día, la lluvia se desató por algunos minutos y nos dirigimos hacia Dzibalchén, donde compramos un pollo rostizado que nos llevamos hasta nuestro siguiente destino que era Tabasqueño, sitio cuyo nombre le fue dado pues los terrenos donde se encuentra pertenecieron a un oriundo de aquél estado.

No tardamos mucho en llegar, aún algunas gotas caían cuando recorrimos los últimos metros de una terracería en terrible estado y estacionamos el auto en la entrada del sitio. Bajamos y utilizamos la cajuela como mesa mientras veíamos que las nubes se adelgazaban y poco a poco iba mejorando el clima. Yo ya estaba impaciente por subir a la pequeña loma que soporta el sitio pero fue bueno llevarme algo a la boca en una hora decente y no esperar hasta el anochecer para hacerlo.
Palacio de Tabasqueño

El sitio de Tabasqueño es muy pequeño y el área visitable lo es aún más, sin embargo es, al igual que Hochob, uno de los ejemplos más refinados de arquitectura de los chenes. Tanto así que aunque su edificio principal colapsó por el paso del huracán Gilberto en 1988, mediante los datos arqueológicos y fotografías existentes se restauró por completo a su estado anterior.

Para entrar al sitio subimos un corto trecho por la continuación de la terracería horrenda por donde llegamos y nos encontramos en una plaza grande que tenía montículos bajos en sus lados; la humedad era muy intensa pues la lluvia acababa de parar, ésto afectó mis fotografías pues se formó vapor dentro de mi lente angular, debido a ello en las imágenes parecería que había algo de niebla, pero al cambiar de lente la claridad aumentó significativamente.
Estructura superior del palacio

Al fondo de la plaza se veía un magnífico edificio que consta de una hilera de habitaciones en cuyo centro se alza un basamento con 4 o 5 metros de altura mostrando una ancha escalinata que llega hasta una habitación cuyo frente tiene un mascarón zoomorfo que conserva todos sus detalles, se pueden ver claramente sus fauces abiertas, su nariz puntiaguda, ojos en forma de espiral abriendo hacia afuera, dos grandes dientes de roedor sobre el dintel de la puerta, cascadas de mascarones del dios de la lluvia Chaac, dos serpientes de perfil que miran hacia el centro con las fauces igualmente abiertas y una serie de adornos geométricos que enmarcan todo el conjunto. Sobre el techo se ve parte de una alta crestería que aún se alza mostrando que era calada, dando un gran realce a todo el conjunto a pesar de estar incompleta.
Estructura 3 y torre

No subí de inmediato a la cima del palacio sino que le dí la vuelta para verlo por atrás, ahí hay otra escalinata para ascender pero no acceso a las habitaciones de la planta baja, así que seguí caminando alejándome un poco para llegar a la estructura 3, es un basamento piramidal con 4 cuerpos que muestra las paredes de su templo superior y su escalinata frontal, a su lado derecho hay una rampa que sube a una plataforma más baja y sobre ésta se ve una estructura muy particular pues solo se conocen 4 lugares mayas donde se encuentra una como ésta. Se le llama torre-emblema y además de en Tabasqueño, se pueden encontrar ejemplos en Chanchén, Nocuchich y Puerto Rico, todos en el estado de campeche y los primeros tres en territorio de los chenes, mientras que el último está ya en la zona de Río Bec.
Torre emblema

La de Tabasqueño es quizá la más sencilla de las cuatro y tiene poco más de 4 m de altura, forma cuadrangular y una especie de remate que sobresale un poco en cada lado que la corona en su parte superior, también se aprecian algunas piedras salientes que parecen bases para esculturas.

Entré a un sendero detrás de éstas estructuras y después de unos metros por la selva encontré más montículos que forman parte del grupo sur del sitio, que se encuentra sin excavar.

Regresé al grupo central y ahora sí subí al templo del palacio, de cerca el mascarón zoomorfo se veía aún más impresionante a pesar de ser más pequeño que la mayoría de los que había visto en otros lugares con el mismo tipo de ornamentación.
Lado trasero de la estructura 3

Una vez que terminamos en Tabasqueño, aún nos quedaba tiempo para intentar llegar a un sitio llamado Dzibiltún, el cual no está abierto al público. Salimos en el auto y cruzamos varias terracerías que parecían en buen estado siguiendo un croquis que yo tenía, sin embargo comencé a dudar de que nuestra dirección fuera correcta debido a la existencia de varios caminos paralelos que terminaban alejándose del sitio, cosa que se confirmó al ver en mi brújula que nos estábamos apartando. No pudimos regresar muy rápido por el lodo que la lluvia dejó pero tuvimos que comenzar de nuevo tomando otro camino paralelo; sin embargo tuvimos la mala fortuna de que luego de unos cuantos metros la terracería se ponía imposible, estuvimos a punto de atorar el auto y la distancia era muy grande para intentar caminarla a esas horas así que no nos quedó otra opción que desistir. Al final regresamos a Hopelchén un poco más temprano que lo previsto y así terminó el penúltimo día que viajé con Wilberth en Campeche, pero el último sería mucho más nutrido...

domingo, 8 de octubre de 2017

Viaje a Yucatán y Campeche pt. 24. Hochob

Estructura II
El siguiente sitio que visitamos luego de dejar el pueblo de Iturbide es quizá el más hermoso de los Chenes y tiene el edificio con portada zoomorfa más completo, grande e impresionante que permanece en pie: Hochob.

Tomamos la carretera hacia Dzibalchén primero y luego a Chenkoh, desde donde sale el camino que lleva al sitio cuyo nombre significa "lugar donde se guardan las mazorcas de maíz". Cuando íbamos hacia allá el cielo estaba sumamente azul y unas cuantas nubes blancas razgaban el horizonte, haciendo que el día fuera hermoso y perfecto para recorrer sitios, mejor que los anteriores que habían estado completamente soleados y por tanto fueron muy calurosos. Cruzamos un gran campo de cultivo y llegamos a la entrada, ahí ví que como es habitual en los sitios mayas, Hochob se encuentra en la parte alta de una loma natural.
Estructuras V, V sub y VI

Subimos por un camino habilitado por el inah para los visitantes, ahí hay una escalinata cuyos escalones son redondos y crean una antesala perfecta para el sitio, pareciendo una serie de discos que se van inclinando uno sobre el otro para permitir el ascenso por la pendiente no tan pronunciada. Al final de ésta escalera se encuentra una gran explanada donde ya se pueden ver restos de edificios y la parte trasera de un palacio con torres a los lados, éste es más pequeño que el de Dzibilnocac y desde éste lado es difícil apreciar sus detalles por estar muy destruido.
Estructura I

Se pasa junto a una de las torres del edificio y entonces se llega al centro del sitio, el cual es muy pequeño pero impresionante, aunque a la izquierda existen dos montículos totalmente destruidos, uno de ellos el mayor basamento piramidal del lugar; justo al frente del punto en el que entramos en la plaza central se encuentra la estructura II, la cual me recordó bastante al palacio principal de Chicanná, pues al igual que éste tiene 3 habitaciones con la central adornada con el gran mascarón del monstruo de la tierra, aunque en éste caso la habitación principal se encuentra un poco más adelante que las de los lados y también se encuentra en un ligero desnivel que lo sitúa en un punto más alto. En su techo se puede observar la parte baja de una crestería que se formaba por figuras humanas, aunque actualmente solo quedan los pies.
Costado de la estructura II

Se puede observar que incluso la parte superior de las habitaciones laterales estaba sumamente ornamentada, los detalles de éste edificio son exquisitos a pesar de que al ser que se representa al centro le falta la gran nariz. Hay varias serpientes bicéfalas que rodean la boca del monstruo y a su vez abren las fauces hacia los lados, grecas y mascarones del dios de la lluvia Chaac en las esquinas.

Muy cerca, del lado derecho de ésta estructura se encuentran los restos de otro edificio que seguramente fue muy parecido al II pero del cual solamente quedan los arranques de los muros que alcanzan a mostrar que en su habitación central también poseía un gran mascarón integral; ésta estructura tiene el número I.

Justo a unos metros de ahí y cerrando la plaza se encuentra el frente del palacio con torres que se ve al llegar al sitio, éste se forma por las estructuras V, V-sub y VI y se parece más a los palacios de tipo Río Bec que el de Dzibilnocac, en cada extremo hay una torre que sólo difiere de las del sur de Campeche en que su templo y escalinatas son reales y no simples imitaciones, en su centro existe una hilera de habitaciones.
Serpiente en la estructura II

Antes de dirigirme a examinar el palacio, salí por un costado y me encontré con un gran sendero que seguía por la parte alta de la loma que sostiene al sitio; lo seguí por aproximadamente 500 metros y me llevó a una plaza no excavada donde se apreciaban varios montículos bajos que no muestran nada de arquitectura en pie; lo más interesante en ésta plaza secundaria es la presencia de varios chultunes o pozos que sirvieron para recolectar agua o granos, tienen forma de botella y se aprecian a nivel del suelo como orificios perfectamente circulares con poco menos de 1 m de diámetro en su mayor parte. Luego de ver todo ésto me di cuenta que en la orilla de la plaza ya se encontraba el talud de la loma, por lo que ahí terminaba la parte aplanada en la cima. 
Estructura VI, torre del palacio

Regresé por el mismo camino para ver el palacio de Hochob, desde ahí lo primero que aprecié fue su torre más conservada que tiene una escalinata en su frente, los escalones están destruidos en su mayor parte; la estructura superior tiene dos cuartos con entradas al frente y detrás, además con puertas simuladas en los costados. Éstos aposentos en su conjunto forman un cuadrado muy sobrio que en la parte superior de la fachada muestran piedras salientes que pudieron haber sostenido una serie de esculturas que ya no se encuentran ahí; todo se remata por una alta crestería que tiene la forma de una red que deja pasar la luz por entre el tejido, una parte de ella está destruida y por eso ahora tiene forma triangular aunque originalmente fue un rectángulo que sobresalía por igual de todo el techo de la torre.

Las habitaciones en el centro del palacio ya sólo conservan parte de sus muros por lo que pocos detalles se pueden apreciar, al otro extremo se encuentra una torre ligeramente más alta que la anterior pero que no conserva completos sus aposentos superiores que al parecer eran iguales o muy parecidos a los de su contraparte.
Vista de la estructura II desde la estructura V (torre)

Cuando terminé de rodear el palacio, vi que Wilberth estaba sentado en la parte superior de la segunda torre, cuya escalinata se encuentra completa y tiene vista directa hacia la estructura II, así que subí para sentarme ahí junto a él. Desde ahí fuimos testigos de un bello fenómeno natural que por otro lado parecería sumamente común pero que pocas veces se puede apreciar tan claramente:
El viento comenzó a soplar fuertemente con dirección hacia nosotros y las nubes que se agrupaban en el horizonte se movieron rápidamente cubriendo una buena parte del cielo frente a nosotros, los grises que tomaban eran muy cambiantes y anunciaban un aguacero inminente. En poco tiempo la mitad del sitio se oscureció mientras que a nuestras espaldas el sol apareció iluminando la fachada del edificio II, dándonos la vista más hermosa del sitio que podíamos imaginar durante algunos instantes. Muy poco después bajamos del sitio caminando rápido pues la lluvia comenzaba.
Palacio de Hochob

martes, 3 de octubre de 2017

Viaje a Yucatán y Campeche pt. 23. Kancabchén, búsqueda de Chanchén y Dzibilnocac

Kancabchén y las cruces
Iniciamos un día más con la intención de visitar varios sitios en la región de los Chenes, el primero de ellos sería Kancabchén, el cual está a pie de carretera. Nuevamente subimos al auto esperando que no nos diera problemas como el día anterior pero al ver que ésta vez arrancó a la primera nos dimos cuenta de que las ocasiones que se descargó la batería había sido porque la palanca de los faros se nos atoró en las mangas y se quedaron prendidas sin habernos dado cuenta. No tardamos mucho en llegar a la desviación que debíamos tomar; éste sitio lo había visitado Eduardo antes y me había dicho que me fijara en la única entrada que queda del edificio aún en pie.

Encontrar la estructura fue sencillo, sólo tuvimos que pasar a baja velocidad revisando la orilla de la carretera hasta que vimos sobre una pequeña loma o montículo un arco maya con tres cruces frente a él en las que quizá se realice la representación del viacrucis del poblado cercano.
Frente de la estructura de Kancabchén

Orillamos el vehículo y sólo tuvimos que dar unos pocos pasos para estar frente al edificio, pudimos ver que solamente era una habitación cuyos muros delantero y trasero, además de uno de los laterales permanecían en pie mientras que el restante que miraba hacia la carretera había caido por completo y dejaba ver el gran arco interior que distinguimos desde el principio. Los muros hasta la altura de la única entrada en algunas partes mostraban las piedras lisas que los recubrían pero la parte superior estaba completamente dañada y sólo mostraba las piedras del relleno, burdamente colocadas y sin labrar. Desde el frente la estructura parecía más pequeña pues el escombro que cubría parcialmente el piso reducía su altura considerablemente.
La gran entrada al edificio de Kancabchén

Entonces me dirigí frente al único acceso que parecía tener el edificio tal como Eduardo me indicó y recordé que me había dicho unos días antes, cuando visitamos el sitio de Xcatzmil en las afueras de Mérida, que solamente había visto una entrada más profunda que la de aquel lugar precisamente en Kancabchén; ahora yo la tenía frente a mí: el acceso era estrecho y parecía muy bajo por el escombro acumulado en el piso pero desde su inicio hasta el fín tenía quizá más de 3 metros, por lo que necesitaba de tres grandes dinteles hechos con piedras gigantes prácticamente cuadradas, dos de ellas en perfecto estado y la última partida por la mitad, lo que pone en peligro la estabilidad de la fachada de por sí ya dañada del edificio.

Luego de terminar de revisar el sitio, nos dirigimos al cercano poblado de Chanchén, pues teníamos la esperanza de encontrar ahí algún guía para llegar a un sitio homónimo que contiene una torre muy particular. Estuvimos yendo y viniendo por las calles y por la carretera que lleva hacia allá pero aunque preguntamos varias veces, nadie parecía conocer la existencia de la torre; incluso preguntamos por otros lugares pero no obtuvimos ninguna información, por lo que tuvimos que regresar por donde habíamos venido sin resultados.
Montículo del fortín en Iturbide, hoy Vicente Guerrero

Ésta vez tomamos otra desviación hacia el poblado hoy llamado Vicente Guerrero, pero que desde su fundación a mediados del siglo XIX se llamó Iturbide y que sigue siendo conocido en la región por su nombre original.

Ésta población al igual que varios sitios que ya he mencionado en ésta narración fueron visitados por John Lloyd Stephens y aparece en su libro "Incidentes de viaje en Yucatán". En el centro del lugar ya se pueden apreciar montículos del sitio arqueológico de Dzibilnocac, que se ubica en las afueras, y éstos fueron aprovechados para construir un fortín y unas torres miniatura que sirvieron para vigilar el lugar durante la guerra de castas.
Estructura A-1 de Dzibilnocac

Tomamos una calle que sale de la esquina de la plaza central y nos llevó directamente a la entrada de la zona arqueológica ya mencionada, la cual está abierta al público. Llegamos a la caseta de servicios y justo en la parte trasera se podía ver un gran montículo con una altura de quizá 15 metros, sin embargo estaba fuera del terreno habilitado a la visita, quedando junto a una casa local y por tanto no ha sido explorado.

A penas tuvimos que caminar un poco para darnos cuenta que Dzibilnocac es un sitio bastante grande, compuesto de muchos montículos pero que no ha sido excavado más que en su estructura principal y actualmente en dos pequeñas plataformas.
Estructura A-1

Lo primero que hice fue subirme a un montículo no muy alto para ver de frente la estructura A-1, la cual es un palacio alargado con dos torres a cada lado, prácticamente como los edificios tipo Río Bec, pero a diferencia de éstos últimos, las escalinatas de las torres se pueden subir y los templos que las coronan son reales, es decir, tienen una habitación a la que se podía acceder y ésta estaba cubierta de portadas zoomorfas en sus cuatro muros exteriores, una de ellas casi está completamente destruida pero la otra permanece en pie. En el centro hay recintos que tenían pinturas en las tapas de las bóvedas y por el otro lado tiene una ancha escalinata que llevaba a otro recinto en la parte superior.
Mascarón zoomorfo en una de las torres

Se puede subir por ésta escalinata y desde la parte de arriba se admiran los mascarones de las torres, uno de los cuales es de los más impresionantes de la región.

Prácticamente el recorrido se reduce a rodear ésta gran estructura, así que al terminar sólo le dí un vistazo a una plataforma circular que parecía recién excavada y pude ver también que a diferencia de fotos más viejas que había visto, la estructura principal ya se encuentra totalmente liberada de escombro y de hierba, lo que se fue logrando paulatinamente con excavaciones que duraron varios años.