domingo, 29 de octubre de 2017

Viaje a Yucatán y Campeche pt. 27. Nohpat

Gran estructura en Nohpat desde el camino
Nohpat es un sitio que quería visitar desde el 2015, en que pasé por la zona del puuc yucateco junto con mi amigo Luis Adrián; de hecho aquella vez hicimos un intento de llegar ahí pasando primero por el sitio de Mulchic, pero equivocamos el camino y caminamos por varias horas sin llegar a ninguno de los dos, al regresar pudimos encontrar Mulchic, aunque en un primer momento no lo vimos a pesar de encontrarse a escasos metros del camino por el que habíamos pasado. Más tarde en ese mismo viaje proyectábamos intentarlo de nuevo siguiendo otro camino más corto pero el tiempo no nos lo permitió.

Ésta vez con Wilbeth decidimos intentar llegar a Nohpat por el segundo camino, el cual debía llegar por una terracería que cruzaba campos de cultivo; hacia allá nos dirigimos y aunque la ansiedad hacía que por momentos pensara que íbamos por una brecha equivocada, de pronto llegamos a un claro cubierto de maleza y pudimos ver los grandes montículos de ésta importante ciudad prehispánica.
Primeros vestigios arquitectónicos

Seguimos en el auto por el camino y éste nos llevó justo hasta la base de una estructura muy dañada que no parecía ser de las mayores del lugar, sin embargo de pronto nos encontramos con una gran piedra que tenía las caras completamente planas, indicando que podría tratarse del dintel de la puerta de una habitación caida, más adelante pudimos ver restos de las paredes internas de un cuarto; así que dejamos ahí el vehículo y comenzamos a caminar para ver éstos vestigios. Un poco al costado del primer montículo pudimos ver que se encontraba una gran plataforma que sostenía uno de los edificios principales de Nohpat. Por un viejo video de Eduardo sabíamos que al menos había dos grandes construcciones con algunos restos visibles así que asumimos que éste era uno de ellos.
Pared en estructura

Wilberth comenzó a subir a lo más alto del edificio por la cara más alta, mientras que yo subí a la plataforma más baja entre las piedras sueltas que quedaban de su talud y lo primero que encontré fue que el gran montículo que la coronaba tenía un gran muro hecho de piedras de buen tamaño perfectamente distinguible y libre de vegetación, ascendí rodeando ésta pared y desde arriba pude tener una gran vista del valle donde Nohpat se encuentra, ahí llegó Wilberth, quien había tenido muchas dificultades en su ascenso por el lado contrario al mío, sin embargo la vista le hizo olvidar su esfuerzo y además había restos de las paredes del templo superior, encontrándonos en el centro de lo que debió ser una habitación muy estrecha. 
Restos en la cima de la primer estructura
  
Del lado por donde Wilberth subió la elevación era enorme, sobrepasando quizá los 25 metros y dejando ver más a la derecha la gran mole del otro edificio principal que esperábamos ver en el lugar; yo traté de fotografiar los restos arquitectónicos desde varios ángulos pero hubo algunos muy complicados pues la inclinación junto a las paredes era tremenda.

Bajamos por donde yo había subido, pues era el lado más seguro, encontrando que la plataforma de abajo tenía una gran superficie, siguiendo un sendero que rodeaba la construcción superior me encontré con una escultura que reconocí: se trataba de una estela con un personaje de frente y burdamente tallado, éste monumento fue dibujado por Frederick Catherwood a mediados del siglo XIX y aparece en el libro de John Lloyd Stephens "Incidentes de viaje en Yucatán".
Estela en la plataforma

Ésto no era todo, ya creíamos que sólo nos faltaba ir a observar la segunda gran estructura pero estábamos completamente equivocados, la curiosidad me hizo seguir por el camino que nos llevó a la estela mientras que Wilberth la fotografiaba y lo que encontré nos sorprendió gratamente. Un poco más adelante se podía distinguir la escalinata que llevaba al cima del edificio que habíamos subido y luego de bajar de la plataforma encontré restos de otras piedras con figuras labradas que representaban rostros cadavéricos, llamé a Wilberth y luego seguí sobre el sendero que parecía dirigirse a la segunda estructura pero antes de eso vi cerca de nosotros los restos de una habitación.

Fue una gran sorpresa pues estaba más completa que lo que habíamos visto hasta ese momento, subí al montículo de baja altura que la sostenía y todavía no llegaba junto a los muros cuando al otro lado pude apreciar que se extendía una plaza ¡y estaba rodeada de un palacio completo! aunque todos los techos estaban casi completamente destruidos, por todas partes se veían paredes en pie, en algunas incluso las entradas permanecían en su lugar con sus dinteles sobre ellas.
Habitación con entrada

Pasamos un buen rato recorriendo éstas primeras hileras de habitaciones, formaban un cuadrángulo y al llegar al lado contrario del que habíamos visto primero nos encontramos con un nuevo cuadrángulo detrás, por lo que una sorpresa llevaba a la otra; ya en aquél momento sabíamos que estábamos en un sitio extraordinario que debía sin duda colocarse entre los favoritos de todo el viaje.

Examinamos de nuevo éste segundo cuadrángulo e incluso en una de sus construcciones pudimos ver un muro que conservaba una sección decorada con columnillas típicas del estilo del Puuc. Ahí pudimos ver por qué Nohpat era un paso obligado por el camino que llevaba antiguamente desde Uxmal hasta Kabah, las dos ciudades más grandes de la región.
Habitación parcialmente enterrada

En uno de los costados del segundo cuadrángulo pudimos ver que incluso existía una construcción de tres o cuatro niveles cubiertos de cuartos, algunos de ellos parcialmente enterrados pero con su techo prácticamente completo. Éste gran palacio no lo habíamos encontrado en referencias ni en los videos de Eduardo, lo cual fue la mayor sorpresa que Nohpat nos había deparado; encontrábamos una habitación tras otra, muros completos, fragmentos de decoraciones, dinteles y entradas en su lugar, fragmentos de muros con su recubrimiento externo de piedras bien labradas y lisas, algunas paredes con gran altura se alzaban junto al talud de la gran construcción y nosotros no cabíamos de la emoción e íbamos de un rincón a otro examinando lo que encontrábamos.
Paredes en la parte superior del palacio

Finalmente nos encontramos con el edificio grande que habíamos visto en un principio y subimos hasta su cima, encontrándonos con un enorme muro que tenía una altura considerable, ahí arriba había restos de habitaciones que tenían bóvedas mayas también sumamente altas y delgadas, ésto si lo reconocí por los vídeos y subimos hasta lo que fue el techo del templo superior, desde donde no teníamos una vista muy amplia debido a la espesura de la selva sobre aquel lugar.

Estuvimos ahí un rato sin poder creer todo lo que habíamos visto en el sitio, ya no habíamos visto nada más en los alrededores así que decidimos regresar desde ahí siguiendo el mismo camino por el que habíamos llegado.
Gran Montículo

A la fecha en la que escribo éste diario de viaje, Nohpat es el último sitio maya nuevo que he visitado, y será difícil que alguno en el futuro lo supere en sorpresas, sin embargo jamás se sabe del todo lo que se encontrará en éste tipo de lugares que permanecen olvidados y enterrados entre la selva. 

Sin embargo éste no fué el último lugar que visitamos, todavía recorrimos algunos sitios ya conocidos por mí aquel día, y eso lo narraré en el capítulo final de éste relato la próxima semana.


No hay comentarios:

Publicar un comentario