miércoles, 31 de mayo de 2017

Viaje a Yucatán y Campeche pt. 5. Xtohil e Ikil

Estructura en Xtohil
Empezamos el cuarto día de nuestro viaje salimos de Mérida con el equipaje en la cajuela del carro pues no había cupo en el hotel donde estábamos y pensábamos hospedarnos en otra parte del estado aquella noche. 

Ya que en los días anteriores fracasó el plan de que Xkipché fuera el sitio número 400 de Eduardo, tocó en suerte que éste número lo alcanzara en un sitio que no prometía prácticamente nada. Íbamos rumbo a Yaxcabá y de pronto pasamos junto a algunos montículos de buen tamaño, pero Julio que ya había estado ahí sabía que había una estructura excavada cerca aunque no pudimos verla entre la maleza a pesar de hallarse a pocos metros de la carretera, tuvimos que regresar por el camino cuando nos convencimos de habernos pasado y luego de regresar de nuevo en el sentido original al fín alcanzamos a ver las piedras entre la vegetación. Aunque nos pareció que el centro del sitio de Xtohil estaba unos metros atrás, ahí vimos una estructura pequeña que tenía en pie a penas algunos muros muy dañados y podía verse el espacio que ocupaba un cuarto mientras que la parte trasera seguía en ruinas convertida en montículo.
Montículos de Xtohil

Julio se esmeró en limpiar ésta pequeña estructura con el machete y luego de ello felicitamos a Eduardo por sus cuatro centenas de sitios mayas visitados pero como lo que había que ver ahí era poco, unos momentos después regresábamos por la carretera para observar los grandes montículos. En un campo despejado de árboles habían tres o más de ellos con alturas que rondaban los 5 metros, y frente a éste espacio abierto, entre un manchón de selva se veían grandes plataformas y restos de edificios más grandes. En uno de ellos encontramos pocos vestigios de paredes y nada mas, toda la arquitectura del sitio había caído en completa ruina a excepción de la habitación que vimos primero.

Escalinata volada sobre bóveda maya en Ikil
Volvimos a subir al auto para ir hasta Yaxuná, un sitio arqueológico que alguna vez estuvo abierto al público, yo sabía que íbamos a pasar muy cerca de otro lugar llamado Ikil, el cual Julio y Eduardo ya conocían, así que les pedí que nos detuviéramos ahí un rato. Su respuesta fue que no recordaban bien donde había que entrar pero que lo podíamos intentar, sin embargo les dí la sorpresa de que yo sabía exactamente su ubicación, así que sin ningún problema dimos con la terracería que conduce hasta ahí.

Dejamos el carro y avanzamos caminando los últimos metros, mis compañeros me decían que me preparara para ver un sitio increíble y sus palabras se quedaron cortas ante lo que vimos ahí: luego de una curva en el sendero dimos de lleno con una mole enorme que roza los 40 m de alto, era la estructura no abierta al público más grande que hubiera visto en todos mis viajes y aunque yo me imaginé que tendría una pendiente similar al castillo de Kukulcán en Chichén Itzá, ésta era mucho más pronunciada, tanto que me recordaba a la del templo I de Tikal. 
Entrada al templo superior de Ikil

La inclinación era tal que la subida es muy peligrosa, no crecen tantos árboles sobre los que pudiéramos sostenernos, la tierra que cubre el montículo es resbalosa y cualquier piedra que rueda llega sin problema hasta la base alcanzando gran velocidad, con lo que un golpe podría ocasionar serias lesiones y ¡qué decir de la caída si llegáramos a rodar cuesta abajo!.

A penas habíamos subido un poco cuando me mostraron un falso arco maya que pasaba por debajo de una rampa que reconocí como una escalinata, en otro de los costados había una más y más arriba otras; ya cerca de la cima ví la esquina de un templo o de un cuerpo del basamento construida con grandes piedras redondeadas.
Restos del templo superior del Ikil

Ya arriba pude darme una idea más real de cómo era el edificio: vimos restos de una pared que rodeaba el templo superior y una mole central que parecía ser maciza, al rodearla pude ver que tenía entradas en dos de sus lados; la pared externa por uno de sus costados conservaba una entrada diferente a todas las que había visto en la zona maya pues sus piedras eran enormes y tenía forma trapezoidal, algo que me recordó a las construcciones incas que había visto en Perú un mes antes; en dos de los otros lados pude apreciar que existieron entradas similares aunque ya derrumbadas y en el restante un pórtico con tres accesos que a penas se mantenían tambaleantes al borde del tremendo talud. Una vez visto todo ésto llegué a la conclusión de que el templo superior debió ser muy parecido al de Chichén Itzá, pues su planta era casi idéntica con sus entradas a los cuatro puntos cardinales y un pórtico en la principal; además de un pasillo que rodea a la habitación central cuadrada. Otra cosa que ví desde ahí es que frente a cada acceso existía una escalinata igual a las demás, con dos o tres arcos que las atravezaban por debajo en cada una. 
Pórtico del templo superior de Ikil

Éste enorme templo es superior en altura a aquél de Chichén Itzá y me pareció bastante particular por sus características únicas que parecían mezclar al famoso sitio Yucateco con los del Petén de Guatemala, además de sus extrañas escalinatas; todo lo anterior me hizo lamentar que no se haya estudiado hasta ahora gran cosa del sitio de Ikil pues debió ser muy importante teniendo una estructura de ese tamaño. 

La bajada fue aún más difícil que el ascenso pero logramos llegar sanos y salvos al piso; una vez ahí perdimos por unos instantes la orientación para llegar al sendero y tuvimos que atravezar un pequeño espacio de selva bastante complicado de pasar pero finalmente regresamos al auto y seguimos con el rumbo original con la esperanza de visitar algunos sitios desconocidos para los tres...


miércoles, 24 de mayo de 2017

Viaje a Yucatán y Campeche pt. 4. Chelem, San Simón, Elewitz y Yiba

Chelem de San Simón
Cuando regresamos de Xkipché al camino a San Simón, Stephan, con su espléndida memoria, nos llevó a un sitio que él mismo reportó; incluso Julio traía consigo aquel documento sobre un lugar cercano llamado Chelem, que es el nombre de una planta parecida a la sábila.

Avanzamos algunos kilómetros hasta que a señal de Stephan nos detuvimos y entramos en un camino junto a una milpa pero luego de algunos metros no le pareció el lugar correcto así que volvimos al auto para seguir un poco más y volver a intentarlo. Ésta vez le pareció familiar la zona y nuevamente rodeamos un cultivo de maíz para después entrar en un pastizal y subir a una pequeña colina llena de maleza. Era tal la espesura vegetal que nos costó demasiado trabajo aún con los machetes de nuestro guía y de Eduardo abrir una pequeña brecha hasta encontrar vestigios de edificios mayas, se trataba solo de un montón de piedras que en algunas partes tenía señales de muros tan destruidos que no se podía observar su forma, los rodeamos por casi todos los lados que la maleza nos permitió sin encontrar mucho mas de lo que ya habíamos visto. Buscábamos un pedazo de arco que se mantenía en pie milagrosamente y Stephan comenzaba a lamentar que parecía haberse colapsado pero ya cuando íbamos a bajar de la loma rodeamos un poco más el borde del montón de rocas y ahí pudimos ver la arquitectura prácticamente en las mismas condiciones en las que fue encontrada años antes. Había restos de muros de dos habitaciones, una de ellas con un hueco que al principio confundimos con el arco, pero el real se encontraba detrás; éste era el techo de otra habitación casi totalmente colapsada pero la fracción en pie seguía balanceándose sobre a penas tres piedras muy delgadas.

Jambas sobre un montículo en San Simón
Luego de regresar al auto, llegamos hasta San Simón a la casa donde un guía de Stephan solía vivir, pero falleció hace años por lo que preguntamos por su hermano y después de algunos minutos apareció en la puerta intrigado por los desconocidos que hablaban del finado. Preguntamos por un dintel (parte superior de una entrada) que tenía glifos que se encontraba en las cercanías pero él no sabía de su existencia, aún así le pedimos que nos llevara a algunos vestigios cercanos.
Nos internamos en la selva cercana y poco después empezamos a encontrar montículos que estaban completamente destruídos, algunos incluso con fosas de saqueo; teníamos que fijarnos bien donde caminábamos porque comenzamos a encontrar chultunes (pozos en forma de botellón excavados en la tierra); buscamos en todo alrededor pero no pudimos encontrar el dintel que Stephan había visto alguna vez que visitó aquel sitio. Lo único en pie que encontramos eran dos jambas, las piedras de cada lado de una entrada a una habitación completamente destruida que permanecían de pie como único vestigio de lo que alguna vez se levantó sobre un montículo.

Muro en Elewitz
Preguntamos al hermano del guía fallecido si conocía algun otro monumento maya o vestigio y nos dijo que había una piedra con dibujos tirada en un campo cercano, caminamos hasta un área de cultivo y buscamos pero nuevamente no pudimos dar con ella por lo crecido de la maleza; por último nos dijo que había algunos muros sobre un cerro y hacia allá nos dirigimos, sobre una empinada ladera pudimos ver aquel edificio en ruinas y supimos que su nombre era Elewitz "cerro quemado". Teníamos la duda de si estábamos lo suficientemente lejos de San Simón como para considerar que era un sitio diferente pero más tarde Stephan nos lo confirmó. En aquella cima vimos los muros de un edificio que ya había caido pero aún tenían la forma de las habitaciones e incluso mostraban claramente el lugar donde se encontraban las entradas. Alrededor de la estructura había varios chultunes, la mayoría derrumbados pero uno de ellos tenía dos bocas que se abrían en el piso, algo que yo nunca había visto antes pues todos los que conocía tenían sólo una abertura.

Edificio en Yiba
De regreso en San Simón nos despedimos de nuestro nuevo guía y él muy contento nos dijo que investigaría en los alrededores para conocer los lugares donde su hermano había estado y mostrárnolos cuando volviéramos por aquel rumbo, como aún no anochecía ya cuando íbamos de regreso nos detuvimos a la orilla de la carretera en un sitio donde se veía una gran plataforma y luego de subirla pudimos ver que la coronaba otro edificio parcialmente en pie. Éste lugar lleva por nombre Yiba, yo conocía de su existencia pero no sabía lo que se encontraba ahí. La mayoría del edificio había caido dejando solo el muro intermedio entre dos habitaciones y una pequeña sección del muro trasero que muestra decoraciones en forma de herradura. Cuando estábamos fotografiando el lugar ya el sol bañaba las piedras con tonos rojos y entonces nos dimos un poco de prisa para ir a dejar a nuestro guía de Xkipché a su casa en Muná.
Detalle de decoraciones de Yiba

Eduardo y Stephan quisieron ir a Santa Elena a cenar en el restaurante Chac Mool, donde han pasado muchas veces y cuyos dueños los conocen, así que nos desviamos de la ruta hacia Mérida para llegar hasta ahí. Había algo de gente por lo que en lo que nos servían me aparté a la carretera para intentar tomar fotografías del cielo nocturno pero ninguna me pareció buena al final.

Después de algo de plática y de comer ávidamente luego de un día largo salimos ya completamente a oscuras de regreso a Mérida y llegamos ahí algo tarde. Dejamos a Stephan pensando que habría otro día en que nos acompañaría aunque ésto finalmente no sucedió y regresamos al hotel para decidir la ruta del día siguiente, el primer sitio que visitáramos sería el número 400 para Eduardo, pero eso quedará para la próxima entrada en el blog...

miércoles, 17 de mayo de 2017

Viaje a Yucatán y Campeche pt. 3. Anya y Xkipché

Edificio principal de Anya
El tercer día de viaje por fin salimos de los alrededores de Mérida y comenzamos por ir a recoger a Stephan Merk para que nos acompañara, él conoce casi 600 sitios mayas diferentes y es descubridor de varios de ellos, además de haber escrito numerosos reportes y artículos, por lo que fue un invitado de lujo para nuestra exploración. Salimos con rumbo sur hasta el poblado de Muna, donde nuevamente nos detuvimos para recoger a nuestro guía del día, a quien Julio había contactado el día anterior expresamente para que nos llevara al gran sitio de Xkipché, seguimos adelante pasando Uxmal y nos dirigimos al poblado de San Simón. Stephan, Eduardo y Julio ya conocían aquel camino y se sorprendieron al ver que lo habían repavimentado, mejorando el tiempo de traslado notablemente. 

Detalle del edificio de Anya
Justo en la entrada del camino que tomamos hacia Xkipché se encuentra otro sitio llamado Anya en honor a su descubridora, quien fue alumna del arqueólogo Hans Prem y se encontró con el bello edificio que se conserva parcialmente en pie en el lugar. Le pedimos a Stephan y a nuestro guía que nos llevaran a verlo y caminamos algunos metros en la selva hasta dar de frente con el recinto que tiene decoración en mosaico de piedra y numerosas columnillas; a diferencia de otras estructuras del puuc tenía decorada toda la fachada y no solo la parte superior de la misma; conteniendo grecas escalonadas en los intermedios de los dos accesos que se conservan, del lado izquierdo hay un gran montón de escombros y algunos restos de muros que indican que había una o dos habitaciones más que colapsaron.

A cada lado y frente al edificio hay montículos que indican que hubo una plaza rodeada de estructuras ahí y un poco más lejos nos encontramos con una pared en pie de una estructura mas, sin embargo está demasiado dañada y no se aprecian detalles de su fachada ni de muros externos.

Luego de fotografiar y de observar todos los detalles que pudimos nos retiramos de ahí para seguir nuestro camino, sin duda era el primer sitio con arquitectura bien conservada que encontrábamos en el viaje y nos pareció un excelente inicio para el día.

Palacio de Xkipché
El camino hacia Xkipché exigió bastante a nuestro tzuru rentado, pues era terracería, pero lo recorrimos sin mayor problema. Pasamos por áreas abiertas, cubiertas de selva y ranchos ganaderos donde encontramos gran cantidad de vacas que nos miraban desde cada lado. Para llegar necesitábamos la llave de una propiedad privada y nuestro guía la llevaba consigo, pues precisamente para eso lo habíamos contactado. Nuestro amigo Luis Adrián de Monterrey nos lo recomendó pues había estado en Xkipché meses antes.

Finalmente llegamos a un área donde dejamos el auto y había que proseguir a pie, justamente nos encontrábamos en la mensura que divide los estados de Yucatán y Campeche. En lo que Julio y Eduardo se preparaban Stephan y yo estábamos impacientes por seguir y él me dijo que nos adelantáramos pero el guía nos hizo regresar puesto que el camino que tomamos, a pesar de llevar al sitio, se complicaría por lo cerrado de la vegetación.

Cuarto del palacio de Xkipché
Nuevamente comenzamos a caminar y no muy lejos entramos a la selva en una zona donde se elevaba el terreno, tuvimos que cruzar una alambrada hacia el lado Yucateco del sitio, ahí me tropecé y caí pero tuve suerte de no lastimarme con las púas; lo primero que vimos fueron los dos pisos del enorme palacio del lugar, uno de los más grandes de la zona puuc, es una zona arqueológica excavada y restaurada por un equipo alemán en varias temporadas, donde incluso Stephan Merk había trabajado, por lo que lo conocía bien; por desgracia actualmente el abandono de Xkipché es absoluto y está envuelto en una espesa vegetación que reclama los edificios como antes de los trabajos arqueológicos. 

Pasamos largo rato recorriendo una gran cantidad de habitaciones, subiendo y bajando de escalinatas que llevaban al piso superior donde también había recintos, algunos de ellos incompletos pues el palacio nunca se terminó de construir porque el sitio fue abandonado antes de eso. Nos sorprendieron los enormes accesos frontales de algunos de los cuartos, muy anchos y mayores que la mayoría de los que habíamos visto en otros lugares.

El palacio entre la selva
Subí a la planta alta de toda la serie de habitaciones que forman una "L", y ahí pude ver los arranques de muchos muros que probablemente eran los que nunca terminaron; nuevamente a nivel de piso el guía me mostró que otras dos estructuras bajas cerraban la plaza por los lados restantes y también habían sido restaurados, por lo que a pesar de la dificultad por las plantas que crecían por todas partes, recorrí todo el frente y la parte trasera de dichos edificios.

Finalmente me llamaron para que alcanzara a los demás pues era tiempo de ir a la zona campechana del sitio, donde existen otras estructuras; así que bajamos de la plataforma del palacio y cruzamos el camino que nos había llevado ahí para entrar en un pastizal tremendamente crecido que llegaba a más de 2m de altura, a los pocos metros nos encontramos con un edificio que tiene una parte de su fachada en pie, en la parte superior tenía columnillas y en la base de las mismas una serie de decoraciones en forma de herradura.
Edificio con decoración de columnillas

Proseguimos nuestro camino por el pastizal; quizá éste tipo de terreno sea mucho más difícil y peligroso de cruzar que la selva, puesto que el pasto alto es difícil de cortar con el machete, hay tanto que parece que aunque caiga no disminuye, oculta el suelo por completo cubriendo pozos, piedras y posibles animales como víboras y por si fuera poco sus bordes llegan a ser afilados y cortan con ligeros roces; a pesar de ello no nos detuvimos y fuimos encontrando plataformas, una gran pirámide que se alzaba en un costado aunque sin rastros de arquitectura visible y otro pequeño edificio cuya entrada estaba muy dañada pues su dintel había caido y con él las jambas, dejando un gran agujero en lugar de puerta.

Habitación semicolapsada en el segundo palacio.
Para terminar con nuestro recorrido en Xkipché llegamos a una gran plataforma que tenía muchos restos de mosaicos de piedra de edificios completamente destruidos y luego de darle vuelta nos encontramos con el segundo palacio, mucho más pequeño que el primero y más dañado. Solo en su parte trasera pudimos ver las piedras que recubrían los muros y algunas columnillas, mientras que en el delantero casi todo había caído excepto el relleno de techos y muros, dejando en pie una serie de habitaciones semienterradas.

En la parte frontal encontramos una especie de altar metido en una parte de la base de la estructura que no pudimos comprender; hasta ahí vimos que la arquitectura de Xkipché era un poco extraña, tal vez por falta de planeación o premura en la construcción. Quedamos sumamente satisfechos con la exploración de éste sitio que Eduardo llevaba años queriendo visitar y que no pudo ser su sitio maya 400 pero sin duda fue uno de los mejores de todo el viaje, sin embargo aún quedaban horas del día para seguir y regresamos al auto para continuar nuestro camino...

martes, 9 de mayo de 2017

Viaje por Yucatán y Campeche pt. 2. Fracaso en Komchén y visita a Ch'el y Caucel

Estructura en Ch'el
El segundo día de viaje estábamos bastante desvelados así que no nos levantamos nada temprano y a penas a las 12 íbamos con rumbo a nuestro primer sitio, el día no comenzó de la mejor manera y así seguiría por un rato. 

Nuevamente el plan era recorrer las cercanías de Mérida empezando por Komchén, un sitio muy antiguo y que estaba conectado con Dzibilchaltún; Julio tenía las coordenadas de una posible ubicación de algunas estructuras que sabíamos que habían sido trabajadas por arqueólogos aunque yo tenía mis dudas sobre si las encontraríamos pues por mucho tiempo había buscado esos edificios sin encontrar rastro alguno en imágenes satelitales y en documentos. Llegamos a un rancho con la intención de preguntar a los dueños y si era posible conseguir un guía pero estaba desierto; luego de revisar nuestros datos decidimos rodear la propiedad por la selva usando el machete de Eduardo e intentar llegar a la ubicación. Un poco antes de comenzar un auto apareció y pensamos que la suerte regresaba, pero se trataba de una mujer que quería informes sobre algunos terrenos cercanos, le dimos algunas sugerencias y volvió por donde había venido.

Los primeros metros fueron prometedores pues encontramos montículos muy destruidos que indicaban la presencia de edificios mayas pero poco a poco se iba cerrando la vegetación haciendo difícil avanzar, cuando estabamos a punto de desistir encontré junto al muro periférico del rancho un espacio abierto con apicultivos y un poco más allá un camino muy ancho que nos animó a seguirlo hasta quedar muy cerca de las coordenadas deseadas pero a partir de ahí todo fue cuesta abajo. Nos separamos para abarcar mas espacio y siguiendo los senderos que entraban en la dirección deseada encontrando montículos mas grandes pero nada de arquitectura visible. Julio y Eduardo ya no quisieron seguir pero yo tomé el machete e hice un último intento; entré mas lejos encontrando incluso lo que parecía un camino o sakbé, pero ni rastro de muros o algo parecido, lo único que obtuve fue llenarme de razguños y de espinas a penas en el segundo día de viaje...
Estructura en Ch'el

Perder tanto tiempo sin encontrar komchén fue un tanto frustrante pues queríamos recorrer 4 sitios para al siguiente día llegar a uno muy grande y que fuera el número 400 en la cuenta de Eduardo, como se hacía tarde decidimos dirigirnos a Ch'el, pues es un sitio que está dentro de un parque ecoturístico llamado Ruinas Sihunchén y temíamos que lo cerraran; salimos de Mérida por la carretera que va rumbo a Celestún y luego pasamos por carreteras secundarias y una vez ahí nos recibió el dueño. Luego de una breve plática sobre el sitio y las pretenciones del propietario del terreno, quien desea restaurar el sitio arqueológico, comenzamos a caminar unos cientos de metros hasta que encontramos un gran montículo muy destruido que tenía restos de las escaleras más bajas, sin dudarlo subimos y nos encontramos con que en su cima habían unos pocos restos del templo superior, como el dintel del acceso a éste. Más adelante llegamos al grupo central, el cual es un conjunto tipo "E", muy raro en la zona de Yucatán pero común en Guatemala y el sur de Campeche. Éste tipo de construcciones son compuestas por un basamento piramidal de base cuadrada que tiene cuatro escalinatas, una en cada una de sus caras y una plataforma alargada al oriente que generalmente tiene 3 templos en la parte superior colocados de tal manera que marcan salidas de astros o del sol mismo en fechas como los equinoccios y los solsticios. Éste conjunto en Ch'el tiene otros edificios alrededor, todos con alturas de 5 o más metros, pero tan destruidos que no se alcanza a distinguir sus formas, solo las piedras del relleno que han rodado por las laderas, aunque a diferencia de muchos que habíamos visto antes, éstos edificios estaban casi completamente limpios de maleza.
Montículos de Ch'el

Regresamos a la entrada rodeando por otro camino encontrando algunos montículos más pequeños y por la hora la única opción para intentar visitar 2 o 3 sitios más en el día era ir a Caucel a buscar vestigios escondidos, nos dirigimos ahí lo más rápido posible y buscamos un sitio llamado "Las torres" en una glorieta, sin embargo lo que vimos ahí fue tan insatisfactorio que no quisimos agregarlo a nuestra cuenta: tan sólo había un montón de piedras alineadas en lo que parecía una plataforma con 15 cm de altura.

El último chasco puso fin al ímpetu de nuestro recorrido y a penas llegamos al centro de Caucel a ver un gran basamento piramidal que está justo detrás de la iglesia, así que se convirtió en el segundo y último sitio visitado del día.
Montículo en Caucel

Ésta estructura tiene aproximadamente 5m de altura y en la parte de atrás parece haber sido partida por la construcción de una calle que permite ver parte de una subestructura o construcción anterior que se encuentra debajo de la actual, también en un costado tiene un pequeño nicho con una piedra dentro que ha sido usado como altar aunque no comprendimos el por qué de la piedra en su interior. Finalmente en la cima hay tres piedras hechas con ramas.

Pasamos un rato ahí hasta el anochecer y nos dirigimos al hotel para bañarnos y nuevamente ir a cenar con Stephan Merk y su esposa. Ahí hicimos planes para el día siguiente en el que nuestro anfitrión nos acompañaría, ya estábamos hartos de sitios en la ciudad y de montículos destruidos así que ahora entraríamos de lleno a la selva a buscar edificios en pie...

jueves, 4 de mayo de 2017

Viaje por Yucatán y Campeche pt. 1. Inicio del viaje, sitios de Mérida

Estructura en zona habitacional de Cholul
Los que me conocen sabrán que lo que más me gusta en materia de viajes es recorrer la zona maya, en especial la península de Yucatán, por ello no es ninguna sorpresa que cuando se me presentó la oportunidad de ir nuevamente a la zona en compañía de mis amigos Eduardo González Arce y Julio Torres no dudé ni un momento en ir. Éste sería un viaje raro para mí, pues la mayoría de la información para llegar a sitios la recopiló Julio, de modo que ésta vez no pasé largo tiempo investigando ubicaciones y rutas; además el recorrido sería del 27 de diciembre en adelante, pasando año nuevo en tierras mayas. Tampoco participé muy activamente en la búsqueda de vuelos y transporte, por lo que pasaré directamente a la narración del viaje en sí.

Plataforma en Dzoyilá
Desde las 3 de la mañana ya estaba levantado pues habríamos de salir en el primer vuelo matutino a Mérida y desde la terminal 2 del aeropuerto de la ciudad de México; Eduardo pasó la noche viajando de Querétaro hacia allá y Julio también salió con aquel rumbo alrededor de las 4, nos reunimos en la sala de documentación y como teníamos bastante tiempo fuimos a desayunar. Como es costumbre, Julio llevaba dos grandes volúmenes engargolados con información y mapas de sitios arqueológicos mayas, por lo que comenzamos ahí mismo a revisarlos ya que teníamos idea de lo que queríamos visitar pero iríamos decidiendo rumbos sobre la marcha, otra cosa rara para mí que siempre llevo ya una ruta que no suele cambiar.

Estructura maya en Granjas

El vuelo salió casi en tiempo y llegamos a Mérida luego de hora y media, ahí nos esperaba el dueño de un negocio de renta de autos que Eduardo y Julio conocían de un año antes, nos llevó a su oficina y nos entregó un tzuru en el que nos moveríamos casi todo el viaje. Julio y yo nos turnamos para manejar, cosa que me gustó mucho pues disfruto de conducir; la causa de que fuera un tzuru y no otro modelo quiza fue porque el dueño ya tenía idea de la clase de caminos a los que nos íbamos a dirigir, pero a pesar de ello el primer día no salimos de la ciudad, en lugar de ello visitamos 7 parques arqueológicos dentro de la mancha urbana. 
Plataforma en Salvador Alvarado Sur
La primera parada nos costó trabajo pues el gps del celular nos indicó una ruta totalmente errónea pero luego de prescindir de él llegamos a Cholul, un lugar donde hay un campus de la UAY y un desarrollo habitacional que conservan dos estructuras prehispánicas al lado de unas oficinas y en una glorieta. Se trata de basamentos piramidales bajos que son muy antiguos pues datan de inicios de nuestra era. En los alrededores hay montículos pero sólo pude encontrar uno. El edificio principal está rodeado de magueyes y tiene iluminación, casi es el patio trasero de algunas viviendas y lo tienen bien cuidado; lo mismo pasa con el de la glorieta aunque éste no tiene reflectores como el primero. Otra cosa famosa cercana es un exconvento que se dice está embrujado, cosa que me llamaba la atención, sin embargo no había tiempo de ir a verlo.

Estructura de Salvador Alvarado Oriente "El Cerrito"
De inmediato nos dirigimos al sur de Mérida y llegamos a una zona llamada Dzoyilá, que contiene varias plataformas prehispánicas y pequeños montículos en un terreno casi baldío y en sus alrededores, solo pudimos ver algunas partes de las construcciones pues estaban cubiertas completamente de maleza; excepto la más grande que se encuentra frente a unas canchas de basquetbol y está limpia debido a que los vecinos la podan, a pesar de ello en su parte superior había un terrible olor a muerto y tuvimos que bajar rápidamente. Rodeamos el gran terreno y entramos a una parte donde encontramos montículos más grandes y un profundo pozo, el encargado del lugar apareció de pronto y tuvimos una corta pero interesante plática sobre el estado del sitio y las pocas personas que llegan a visitarlo.

Estructura de El Vergel
Desde ahí caminamos hasta el cercano parque arqueológico de Granjas, donde hay un cuadrángulo de edificios residenciales que conservan parte de sus muros y se pueden apreciar los cuartos y entradas que tenían, incluso se aprecian columnillas decorativas, un razgo que es típico de la zona del puuc donde Uxmal fue la ciudad principal.

Subimos al auto y en pocos minutos llegamos a Salvador Alvarado Sur, aquí solamente nos encontramos con una gran plataforma de forma ligeramente irregular y esquinas redondeadas que en su parte superior tenía dos pequeñas salientes, seguramente era la base para algunas viviendas o chozas. Lo siguiente fue recorrer 15 minutos en auto a Salvador Alvarado Oriente; ahí llegamos a un sitio que también es llamado "El Cerrito" que tiene dos estructuras prehispánicas: la primera es un basamento bajo y más pequeño que el de cholul y la segunda un edificio con dos cuartos que tienen decoraciones en la parte baja de las puertas.

Restos del templo superior de Xcatzmil
Nuevamente un corto recorrido en auto nos llevó hasta El Vergel, donde en un parque llamado "de las tumbas" se encuentra una pequeña plataforma alargada con una escalinata de solo dos escalones. Exceptuando Cholul todos los vestigios del día eran sumamente pequeños y muy deteriorados pero dejamos para el final el mejor: mas allá del periférico al sur de la ciudad pero aún entre casas caminamos un poco cuidándonos de un montón de perros que ladraban a nuestro paso y nos encontramos con una estructura piramidal con 6 metros de altura en Xcatzmil, todos los costados y la escalinata estaban totalmente arruinados, convertidos en sólo un montón de piedras burdas, sin embargo al llegar a la parte superior nos encontramos con los muros y una entrada parcialmente enterrada pertenecientes al templo superior; dicha entrada es una de las más anchas que hubieramos visto pues su dintel compuesto de dos grandes rocas tenía aproximadamente 1.50 x 1.50 m.

Comenzaba a caer el sol cuando salimos de Xcatzmil así que llegamos rápidamente al hotel que teníamos reservado para esa noche en la zona central de Mérida, nos bañamos rápidamente y salimos hacia una pizzería donde veríamos a Stephan Merk y a su esposa, amigos de Eduardo y a quienes Julio y yo no conocíamos personalmente pero sí que sabíamos de él pues es uno de los más grandes exploradores mayas vivos que hay actualmente. Es raro que yo coma pizza en algún viaje pero ésta era especial pues el dueño del lugar es italiano y las recetas son diferentes a las de otros lugares en México, bastante buenas. Luego de una amena charla llegaron nuestros amigos Balta Castro y Nubia Balam, así que fue bastante entretenida la cena. 

Antes de dormir quisimos ir a comprar agua y algo para la mañana siguiente pero tuvimos que caminar bastantes cuadras para encontrar un oxxo, ya cansados caímos rendidos, pero fue un día bastante tranquilo comparado con otros de nuestras expediciones...