domingo, 26 de mayo de 2019

Viaje al Puuc pt. 23. Halal, Campeche

Restos de habitación en el primer nivel de Halal
Comenzaba la tarde cuando salimos de Kabah y me pareció una oportunidad perfecta para visitar Halal; dicho sitio ya lo había recorrido junto con Wilberth a inicios de 2017 pero en esa ocasión estuvimos buscando vestigios entre los montículos del lugar y hallamos la enorme acrópolis ya bastante tarde, tanto que cuando regresamos era de noche; ahora quería rodear todo el edificio nivel por nivel para descubrir lo que pudiera estar a la vista ya que aún se conserva bastante arquitectura aunque en mal estado.

Tomamos la carretera a Bolonchén y luego nos desviamos ya estando en el estado de Campeche, tomamos una carretera secundaria y luego de un rato reconocí el lugar aunque no pude distinguir los grandes montículos que había visto antes con Wilberth, únicamente la gigantesca acrópolis se dibujaba al fondo como un pequeño cerro.
Habitaciones del segundo nivel

Dejamos el auto justo junto al comienzo del talud del edificio prehispánico y entramos por el mismo pequeño sendero que había seguido dos años antes, subimos al primero de cinco niveles y nos encontramos de inmediato con restos de habitaciones, ahí todas las fachadas estaban colapsadas pero aún se mantiene en pie la mitad de las bóvedas, los muros traseros y algunas paredes divisorias con puertas que comunicaban internamente los cuartos; se trata de una larga hilera y estuvimos ahí por un buen rato.

Adriana y Julio se quedaron en esa zona mientras yo me abría camino con el machete para rodear toda la primer terraza de la acrópolis, no pude encontrar nada en el lado trasero pero sí comencé a encontrarme con las reinas de Halal: montones de avispas.
Habitación bajo la escalinata de ascenso en el tercer nivel

Ascendimos al segundo nivel de la acrópolis y el panorama era bastante parecido al primero: únicamente se veían habitaciones sin fachada, nuevamente le di la vuelta entera al edificio pero ahora fue mucho más complicado porque la maleza era muy cerrada y espinosa, finalmente me fue imposible seguir el contorno y tuve que subir al tercer nivel para poder volver donde me esperaba Julio y Adriana.

Esa tercer terraza es la más interesante del edificio, comenzamos visitando el lado sur, una parte que no había visto antes; ahí me encontré con restos de un chultún y luego un monumento esculpido bastante borrado porque su lado labrado está expuesto a toda la erosión del sol y la lluvia; es la sección inferior de una estela que tiene un personaje de pie aunque solo se observa hasta la mitad del torso y algunos cartuchos glíficos.
Fragmentos de estela

A unos pasos de la estela se encuentra una habitación que conserva su fachada, tiene una sola entrada pero lo que más llama la atención es su moldura "rota" que forma un medio rectángulo sobre el marco del acceso; este tipo de decoración simple es muy característico de las etapas más tempranas del estilo arquitectónico del Puuc y puede verse también en Sabacché, Kabah u otros sitios, ya lo habíamos podido ver en el pequeño edificio de Cooperativa, construido de la misma forma pero a una escala mucho menor.

Quise acercarme a la habitación para ver su interior pero aún estando a 5 metros de distancia las avispas se lanzaron a atacarme por lo que tuve que tirar mi tripié y salir corriendo de inmediato, tuve suerte de que no me picó ninguna. 
Habitación con moldura "rota"

Le dí la vuelta nuevamente a la terraza y esta vez encontré varios fragmentos de decoraciones que seguramente pertenecieron a fachadas ya desaparecidas de las numerosas habitaciones de la acrópolis.

Al llegar al lado norte del nivel me encontré con la habitación que más me gusta del sitio, también conserva su fachada y tiene un estilo bastante particular: cuenta con un friso totalmente liso aunque hay piedras que sobresalen, ignoro si así estaban originalmente o si el tiempo las ha botado de su lugar. La entrada es un pórtico con columnas cuadradas y parece tener dos habitaciones, una detrás de la otra. Nuevamente me quedé con las ganas de entrar pues hay enormes panales repletos de avispas en el interior, ni siquiera intenté acercarme.
Habitación con pórtico de columnas

Cerca de ahí observamos una habitación que estaba justo debajo de la escalinata principal de acceso al edificio, ahí se conserva una puerta que comunicaba con otro cuarto del otro lado que dejamos para el final.

Ascendimos al cuarto nivel y no encontramos ya casi ningún vestigio arquitectónico en pie, únicamente se pueden ver algunas alineaciones de piedras pues la zona más alta está sumamente destruida; pareciera que dicha terraza es la cima pero al centro aún se alza un pequeño basamento que llega más arriba aún.

Subimos hasta la cima con dificultad por las plantas espinosas y los henequenes que complicaban el paso, sobre todo Adriana tuvo muchos inconvenientes con las piedras sueltas y al comenzar la bajada incluso tuvo una caída que no tuvo consecuencias. Desde la parte alta, a pesar de encontrarse a gran altura, no se tiene una buena vista porque los árboles cubren todo.
Dintel glífico

Finalmente llegamos a la segunda habitación bajo la escalinata, nuevamente estaba custodiada por enormes avisperos pero lo que ahí se encuentra valía la pena como para arriesgarse. Entré sumamente lento y casi arrastrándome por el suelo y pude fotografiar un dintel con glifos en el frente. Cuando estaba terminando las avispas se agitaron y salí corriendo de ahí; justo afuera el talud es muy empinado y resbaloso por lo que caí y el machete que traía en la mano voló por los aires; únicamente pude ver como caía y se clavaba en el suelo a unos centímetros de mi mano, estuve bastante cerca de hacerme una herida grave porque el filo era bastante peligroso.

Con ésto terminamos el recorrido y descendimos hasta el auto; un rato antes habíamos escuchado mucho ruido de gente que parecía hacerle señas al conductor de alguna gran máquina agrícola, al llegar al auto nos dimos cuenta que me había estacionado dejando poco espacio y tuvieron dificultades para pasar por ahí. 

Aún no caía la tarde, decidimos visitar un sitio más que era muy sencillo y al cual no le había tomado fotos ni vídeo a pesar de haberlo visitado con Wilberth también hacía dos años...

jueves, 16 de mayo de 2019

Viaje al Puuc Pt. 22. Kabah, Yucatán

Entrada a Kabah
Desde un principio del viaje habíamos planeado parar en algún sitio abierto al público si había tiempo y quedaba de paso, ahora que íbamos con Julio aprovechamos para visitar Kabah ya que él había pasado una infinidad de veces por la entrada sin haber parado a conocerlo; por otro lado yo no tenía un buen vídeo del lugar así que fueron dos pájaros de un tiro.

Entramos al lado oriente del sitio, el cual está partido en dos por la carretera que va de Santa Elena a Bolonchén, ahí llegamos a una gran plaza que está bordeada en dos de sus lados por una gigantesca plataforma que sostiene los edificios principales del sitio.

Antes de comenzar el recorrido pudimos ver que en la entrada del baño se encuentra una serie de monumentos esculpidos, entre ellos la figura de un personaje que tiene una gran serpiente colgando del cuello y una estela con un personaje descarnado que a mí me dejó la impresión de haberlo visto en otro lado antes.
Codz Pop

Nos dirigimos a la parte más al sur de la plaza y llegamos a una enorme escalinata, subimos y dimos de frente con el famoso edificio Codz Pop que significa "estera enrollada", este interesante y único edificio está cubierto por completo por ese lado de mascarones del dios Chaac, los cuales tenían unas enormes narices en forma de aro aunque la mayoría ya no se conservan, incluso los escalones de entrada a las habitaciones son mascarones. Frente a él se encuentra un gran altar que está cubierto de glifos en todos sus lados, incluso uno es claramente un glifo-emblema del lugar. 

Adriana y sobre todo Julio se tomaron un buen rato fotografiando los glifos y los grandes mascarones mientras que yo daba la vuelta al Codz Pop, que por el otro lado es muy diferente: ahí la fachada está decorada con motivos en forma de rombo que son los de le dan su nombre de estera, hay también una serie de jambas con personajes grabados en ellas y esculturas de posibles guerreros en la parte alta. Al centro del techo aún se aprecia en parte una crestería que coronaba el conjunto.
Lado oriente del Codz Pop

Frente al Codz Pop, por el lado oriente, donde me encontraba, hay un gran edificio con escalinatas que llevan a su parte alta y tiene una planta bastante ancha ya que tiene acceso por ese lado y también por la plaza donde se encuentra el palacio; había algo de gente en ésta parte así que decidí sentarme a esperar para poder fotografiar el edificio vacío, hacía bastante calor y la escalinata volada que da de frente al Codz Pop fue un excelente refugio. 

Luego de fotografiar y al ver que mis compañeros no me alcanzaban, decidí seguir hacia el palacio, dando vuelta por una esquina del segundo edificio. 

El palacio de Kabah es mi estructura favorita del lugar ya que es bastante sobrio y elegante, tiene dos plantas que se unen por una escalinata volada y tiene frisos decorados con columnillas, además de una crestería parcialmente conservada que remata todo el conjunto.
Palacio

Del lado derecho está la gran estructura casi cuadrangular que vi frente al Codz Pop y del izquierdo una serie de habitaciones, una de ellas con una entrada de columnas que mi amigo Jesús había subido a facebook semanas antes y que nos costó mucho trabajo identificar, pero que ahora de frente pude reconocer de inmediato.

Ahí había aún más gente por lo que nuevamente estuve sentado largo rato hasta poder fotografiar el palacio vacío, las nubes sin embargo comenzaban a cubrir el sol por ratos y daban un encuadre espectacular a los edificios; pocas veces quedo quieto únicamente para descansar y admirar los edificios, me gusta caminar y buscar en cada rincón pero ésta vez fue un cambio que me agradó por un rato, aunque ya comenzaba a aburrirme cuando Adriana al fin me alcanzó y la gente se retiró, por lo que aproveché para subir a la planta alta del palacio y estar ahí contemplando el resto del sitio por otro rato.
Arco de Kabah

Por fin llegó Julio hasta ahí y ya los tres nos dirigimos al otro lado de la carretera para ver la sección del sitio que se encuentra por ese lado, yo esperaba encontrar los senderos hacia varios edificios entre la selva pero todo estaba impasable por la maleza, de modo que únicamente pudimos llegar al arco que daba acceso a Kabah y donde comenzaba el sacbé que llegaba hasta Uxmal, pasando por sitios como Nohpat y el homónimo Sacbé. 

Julio y Adriana estuvieron ahí un rato, buscando incluso restos de pintura que nunca encontramos; yo decidí intentar llegar a la gran pirámide, el "Gran Teocallis" que describió John Lloyd Stephens cuando visitó el sitio al inicio de los 1840's. Es la estructura más alta y voluminosa de Kabah pero actualmente está totalmente abandonada aunque limpia de maleza y se puede ver entre la selva desde casi cualquier punto del sitio.
Kabah desde la gran pirámide

Encontré un pequeño sendero entre la selva y con mucha dificultad avancé a penas unos 50 metros cuando llegué a la base del gran edificio, mi sorpresa fue muy grande porque creí que únicamente se trata ya de un montón de piedras sin forma, pero en una buena parte de la estructura aún hay rasgos visibles de la arquitectura como escalones, cuerpos e incluso un par de bases de columna y los arranques de los muros del templo superior. 

Subí con gran cuidado porque las piedras estaban muy sueltas y pude tomar un par de fotografías desde la cima, que tiene una bella vista del resto del sitio y de los pequeños cerros cercanos. 

Cuando regresé y luego de ver que se hacía tarde, decidí llevar a mis compañeros a uno de los sitios más extraordinarios que he visitado y que ninguno de los dos conocía, así tomamos rumbo al sur y pasamos a Campeche para finalizar el día en la zona de Nohalal.

miércoles, 8 de mayo de 2019

Viaje al Puuc Pt. 21. Muná Sur, Yucatán

Estructura entre la maleza
Luego de salir de Kupaloma regresamos por el mismo camino hasta desviarnos cerca de Muná, íbamos por el camino cuando a un costado alcancé a ver los muros de una estructura maya. Batallé bastante para estacionarme porque estábamos cerca de una curva y no había mucho espacio junto a la carretera hasta que Julio me dijo que era mejor meter el auto en una terracería que estaba unos metros más atrás.

Al final estuvimos a unos cuantos metros del edificio de Muná Sur, Julio ya había estado ahí antes pero Adriana y yo no así que nos dimos un rato para visitar y fotografiar el pequeño sitio. Supe del lugar porque entre los videos que le edito a mi amigo Eduardo se encuentra una visita que hizo hace unos años, en ese entonces todo estaba limpio de maleza y la estructura era completamente visible, pero en nuestro caso a penas podíamos distinguir las paredes entre una gran cantidad de hierba y arbustos que cubría toda el área. Nos fue muy útil el machete ya que pudimos abrirnos paso y limpiar lo suficiente para tomar algunas fotografías.
Muros sin limpiar de maleza

Estuvimos un rato batallando para poder apreciar el frente del edificio, se trata de una estructura rectangular con 5 habitaciones: una en cada extremo, una bastante más grande en el frente y dos en la parte trasera, cada una con su entrada al centro de su muro exterior.

Julio trabajó bastante despejando la habitación central; yo no suelo cortar lo más que pueda de maleza sino únicamente las ramas que me estorban para tomar fotografías frontales, dejando el resto como un marco verde, en cambio él prefiere dejar los restos prehispánicos totalmente limpios si es posible; en esta ocasión eran demasiadas plantas así que no pudo hacerlo con todo el edificio pero si con el frente y una de las habitaciones de los costados. Estuvo un buen rato cortando y quitando ramas y hierba, e incluso en un momento que aparece en mi video, un arbusto estuvo a punto de caerme en la cabeza.
Estructura de Muná Sur

Únicamente pudimos ver muros más o menos altos, en varias secciones prácticamente completos; no hay ningún indicio de los techos y tampoco se ve nada de escombro; o los trabajos arqueológicos los retiraron o hubo cubiertas de materiales perecederos.

Luego de que Julio estuvo medianamente satisfecho con la limpieza de la sección de la estructura nos dispusimos a fotografiar; todo el proceso fue complicado y doloroso porque casi todas las plantas estaban llenas de espinas, yo salí de ahí convertido en alfiletero, con varios rasguños que con el sudor ardían bastante y con una pequeña cortada de machete que me demostró que el filo estaba bastante agudo pues únicamente lo había rozado ligeramente y fue suficiente para causarme dicha herida.
Habitación lateral

Salimos al auto nuevamente y tomamos el camino que nos llevaba de regreso a Santa Elena, nuestro plan incluía algunos sitios abiertos al público que Julio no conocía y seguiríamos todo el día hasta donde nos diera tiempo. Así pasamos de largo frente a Uxmal y escogimos como siguiente punto a visitar a Kabah.


domingo, 5 de mayo de 2019

Viaje al Puuc Pt. 20. Kupaloma, Yucatán

Estructura oriente de Kupaloma
Comenzamos el año temprano, salimos nuevamente hacia Santa Elena tomando la ruta de Ticul hacia allá, recogimos a Julio y nos dirigimos a Muná para que pudiera pasar a sacar dinero a un cajero automático; los planes se habían movido así que nos dirigimos a una zona que originalmente sería la que cerraría el viaje.

Desde Muná salimos hacia Oxkintok pero como era muy temprano decidimos no pasar a ese sitio, el cual seguramente aún no abría; en cambio en sus cercanías dimos vuelta en una terracería, fue un poco difícil ubicar el camino correcto pero luego de una segunda revisión estuve seguro de que íbamos bien, avanzamos algunos cientos de metros y luego dejamos el carro.

Aquí estrenamos el filo del machete, llegamos a una parte donde el camino se bifurcaba, seguimos el lado derecho y frente a nosotros había una elevación; me abrí paso entre la maleza para subir, parecía un montículo muy destruido pero desde ahí no pude ver nada así que regresamos para intentar por el camino de la izquierda.
Lado trasero de la estructura

Luego de caminar un poco vimos una plataforma frente a nosotros, parecía muy prometedora y a los pocos pasos alcanzamos a ver la parte alta de una crestería con orificios y remates, dos de esos orificios tenían forma de cruz. Sin duda habíamos llegado a Kupaloma. 

El lugar tiene un nombre bastante peculiar pues es una combinación de maya y español; tomando el término "ku" del primer idioma, que significa algo así como templo, se puede concluir que el nombre significa "templo de la paloma", seguramente porque esa crestería calada recuerda a un palomar, tal como el famoso edificio de Uxmal. 

El lugar se encontraba bastante limpio, excepto por un poco de pasto alto que no nos permitía tomar fotografías con la suficiente amplitud para que saliera todo el edificio, por ello estuvimos un rato cortando la hierba y revisando con las cámaras hasta que estuvimos satisfechos.
Frente del edificio

Una revisión más detallada nos permitió ver que la puerta del edificio y partes de la fachada y la crestería habían sido restauradas por arqueólogos. Los muros principales eran totalmente lisos pero atravesados por dos pares de orificios cuadrados que se encuentran a cada lado de la entrada y directamente bajo la moldura doble que delimita la parte superior de los muros y los separa del friso; este último no conserva ningún recubrimiento ni decoración.

La gran crestería remata el conjunto y se encuentra justo al centro del techo, originalmente hubo dos habitaciones, una detrás de otra, que no estaban comunicadas entre sí, cada una tenía su entrada por los lados contrarios del edificio. La del lado trasero estaba casi por completo destruida y solo mostraba la mitad de su bóveda, la cual es escalonada y burda, revelando que se trata de un edificio muy antiguo, de estilo Oxkintok temprano o proto Puuc, antecesores de la mayoría de los sitios de la región.
La crestería de Kupaloma

La estructura fue nombrada edificio oriente, yo tenía idea de que alguna vez existió al menos otra edificación en pie ahí pero actualmente no se puede observar ninguna más, únicamente se observan montículos que indican uno o dos cuadrángulos rodeados de edificios de pequeño tamaño.

Kupaloma es un sitio muy pequeño que algunos consideran como parte del gigante Oxkintok a pesar de estar un tanto retirado; incluso su edificio en pie es uno de los más reducidos que he visto, sin embargo es también un lugar con gran belleza por lo que no quería terminar el viaje sin visitarlo e incluso era el punto que en un principio había elegido para cerrar el recorrido. Todo el itinerario se movió pero aún así quedamos muy satisfechos con los sitios que pudimos visitar junto con Julio.

jueves, 2 de mayo de 2019

Viaje al Puuc Pt. 19. Akil y Chacmultún, Yucatán; cena de año nuevo

Akil desde la calle
Llegamos a Akil un poco antes de la cita con Nelson, quien me mandó un mensaje para preguntarme dónde me encontraba y por poco me confundía con otra persona que estaba también sentada en la plaza central del lugar. Llegó junto con otra joven en su moto y nos preguntó si queríamos ir caminando al sitio cercano o iríamos por el auto, escogimos la primera opción y luego de un pequeño trecho nos mostró un enorme montículo que se veía detrás de unas casas.

Preguntamos a uno de los lugareños si había forma de que nos dejaran pasar a ver la estructura y nos respondió que aquel basamento estaba en el terreno de una casa del otro lado de la manzana por lo que fuimos a rodear la cuadra, conforme avanzábamos podíamos notar que nos encontrábamos ante un edificio sumamente grande que incluso en algunas partes colindaba directamente con la calle. Pudimos ver que era una gigantesca plataforma y divisamos otros montículos en su contorno, me sorprendió bastante la magnitud de los vestigios y no podía creer que se encontraran en el centro de Akil y no hubiera sabido nada de ellos antes.
Montículo sobre la plataforma

Llegamos a la entrada de una casa muy humilde que se encontraba al borde de la gran plataforma, algunas personas se encontraban a unos metros y de entre ellas pregunté a una señora si había forma de conseguir permiso para entrar; ella me dijo que la casita que veíamos pertenecía a su madre que era una persona de avanzada edad y carácter fuerte pero al no encontrarse ahí, mi interlocutora nos acompañó a ver la parte alta del edificio.

Nos encontramos con una tradicional casa maya y algunos corrales con animales, todo estaba sobre el montículo y nos pareció que dichas construcciones no habían afectado significativamente la estructura, al ver más allá de eso nos encontramos con una plaza de gran tamaño y en su contorno sobresalían 4 o 5 montículos que por ese lado no parecían muy altos pero que en sus lados que daban al nivel de la calle tenían 15 o más metros de elevación.
Plaza de Akil entre la maleza

Subimos a dos de estos basamentos y cada vez nos sorprendía más el tamaño de la enorme edificación sobre la que nos encontrábamos, la señora que nos acompañaba nos contó que su familia había vivido ahí por mucho tiempo, algo que ha pasado en muchos sitios mayas que han sido tragados por poblaciones actuales. Supimos también problemas con los habitantes del otro extremo de la construcción pues habían arrazado partes del edificio y luego de bajar a la calle pudimos comprobarlo nosotros mismos: vimos incluso una casa donde habían destruido completamente la mitad de un gran montículo y las piedras blanquecinas nos indicaban que aquello había sucedido muy recientemente. 

En los patios de algunas casas vimos piezas de decoración que debieron encontrarse en los edificios prehispánicos y más tarde supimos de la existencia de una pared con adornos aún en pie pero que no visitamos.
Chacmultún

Nos despedimos de Nelson deseándole un feliz año nuevo y se me ocurrió terminar el año en un último sitio, nos dirigimos rápidamente a Chacmultún y llegamos justo a tiempo para que Adriana recorriera el grupo central.

Como el horario de visita ya había terminado decidí quedarme en la entrada que estaba desierta para pedir permiso de recorrer el lugar si pasaba el custodio, eso no sucedió pero si llegó una familia que vive un poco más adelante sobre el camino, les pregunté si estaba bien que observáramos el último atardecer desde el grupo más elevado del lugar y me dijeron que no habría ningún problema.

Subí a la plataforma del grupo central para alcanzar a Adriana y estuvimos ahí solamente unos minutos pues el horizonte comenzaba a tornarse rojizo, regresamos al carro y lo llevamos hasta la base de la colina que sostiene el grupo Xethpol, elegí ese lugar porque mira directamente al poniente y tiene una buena altura sobre el nivel del valle.
Grupo Xethpol

Mientras ascendíamos pude ver que los últimos rayos de sol iluminaban con tonos rojizos el edificio principal del lugar, noté que pronto se vería el último destello así que tuve que subir corriendo, Adriana se quedó un poco atrás por lo que al llegar estuve solo por un momento suficientemente largo para preparar mi cámara y acomodarme para observar. Cuando estuvimos ya los dos arriba el sol estaba comenzando a ocultarse así que llegamos justo a tiempo. 

Estuve tomando fotos y video hasta que el atardecer del último día del 2018 terminó, con unos minutos de luz todavía fuimos a recorrer brevemente los otros edificios del grupo Xethpol y luego regresamos al auto para hacer otro largo recorrido pues nos habíamos puesto de acuerdo con nuestros amigos Nubia y Balta para vernos en el poblado de Santa Elena con Julio y Eduardo, quienes ese día debían llegar hasta ahí luego de un largo recorrido que comenzaron varios días antes que nosotros.
El atardecer en Chacmultún

Yo pensaba ir hacia Xul para luego llegar a la ruta Puuc por el poblado de Cooperativa pero en algún momento me equivoqué y terminamos saliendo hacia Tekax así que de ahí pasamos a Akil y luego a Cooperativa, seguimos toda la ruta Puuc y llegamos a nuestro destino. 

Julio, Eduardo y su novia Mónica ya nos esperaban para cenar, al llegar nos llevamos una sorpresa desagradable pues Eduardo se había lastimado la rodilla severamente y ni siquiera podía levantarse de la silla pues doblar la pierna era imposible por la inflamación. Todos sus planes se habían alterado por ello y decidimos que al día siguiente mientras él iba al médico, Julio nos acompañaría en nuestro primer recorrido del año y seguiría con nosotros hasta volvernos a encontrar en Mérida dos días más tarde.

Poco después llegaron Balta y Nubia y estuvimos ahí varias horas platicando y cenando, fue la tercera vez consecutiva que recibía el año en la zona maya con amigos y a pesar de que aún no era media noche estuvo bastante bien. Nos despedimos pues Balta y Nubia regresarían a Mérida mientras Adriana y yo todavía teníamos una noche reservada en Oxkutzcab, Julio ya tenía habitación en Santa Elena así que acordamos pasar por él temprano. Eran mas de las 11 de la noche y manejé por las estrechas carreteras de la zona para regresar, justo antes de las 12 llegamos al hotel y nos dijeron que de haber tardado un poco más hubiera sido imposible pasar pues se acostumbra quemar unos muñecos que representan el año nuevo y que están llenos de cuetes, para ello se cierran las calles. Habíamos visto todo ese día a esos muñecos colocados como sentados afuera de las casas, nos estuvimos preguntando la razón por la que estaban ahí y recién entonces lo supimos. Así comenzaba el 2019 y aún había bastantes sitios qué recorrer antes del final del viaje.