sábado, 27 de enero de 2018

Viaje a México y Guatemala pt. 4. De vuelta a Yaxhá

Conjunto astronómico menor
En navidad, me desperté a las 5 y media de la mañana, habiendo dormido solamente 2 horas, me temía que Ernesto no se levantara pero luego de un rato también estaba listo para salir. Nos arrepentimos de haber madrugado pues las calles estaban desiertas, con dificultad conseguimos un mototaxi que nos llevara a la terminal del transporte público y ahí subimos al colectivo que iba para Melchor de Mencos, sin embargo tardó casi una hora inmóvil y después fue a pararse nuevamente en el mercado de Santa Elena otro rato muy largo. Éste lugar lo ví varias veces en el 2014, cuando estuve algunos días en Flores y recorrí varios sitios en los alrededores; entonces estaba atiborrado de personas y vendedores ambulantes ofrecían agua embotellada, comida e incluso medicina que llevaban en canastas y las ofrecían a todo el que pasaba, ésta vez ningún puesto estaba abierto y poca gente caminaba, casi todos esperando transporte y unos cuantos eran los mismos conductores de los distintos colectivos.
Estructura 216

Nos desesperó llevar esperando más de dos horas pero al ver que no había tampoco ningún taxi que pasara, nos resignamos y estuvimos platicando más a fondo que otras veces, he de mencionar que he visitado ya bastantes sitios junto con Ernesto; entre todo ésto recordamos a nuestro difunto amigo Neftalí y pensamos en cuánto nos hubiera gustado que en aquél momento nos acompañara a Yaxhá, pues seguramente hubiera ido con nosotros. Así dieron las 8 y media y a penas íbamos saliendo rumbo a Yaxhá. 

El camino fue bastante tranquilo, incluso nos quedamos dormidos por un rato y poco menos de una hora después bajamos en el entronque que lleva a la reserva natural, ahí nuevamente nos encontramos con un panorama desierto de autos, así que en la imposibilidad de buscar un taxi o pedir aventón decidimos caminar los 11 km hasta el sitio.
Juego de pelota y acrópolis sur

Ernesto se veía bastante novato en la caminata, había salido días antes que yo y por ello llevaba una maleta con ruedas para la ropa extra, cosa que no favorecía caminar en la terracería; por otro lado llevábamos todo nuestro equipaje pues habríamos de acampar dos noches en la orilla del lago Yaxhá, lo cual era algo que me entusiasmó bastante desde el momento en que junto con Neftalí había planeado la ruta del recorrido. 

Mientras que andamos algo así como 2 km, pasaron 3 camionetas con turistas que se dirigían al sitio, las primeras dos no nos hicieron caso cuando les hicimos señas; pero la tercera, a la cual ya no tomamos en cuenta, se detuvo unos metros adelante, bajando un hombre joven bastante alto, moreno y de cabello chino, quien amablemente nos dijo que su nombre era Estuardo, era guía y llevaba un grupo de visitantes estadounidenses e indús quienes habían aceptado llevarnos al sitio con ellos. Pude conversar un poco en inglés con nuestros anfitriones y me dí cuenta que eran bastante cultos y agradables, escuché de ellos algunos datos que incluso Ernesto y yo, que estudiamos los sitios que visitamos antes de ir, no hubiéramos recordado.
Estructura 142

Una vez que llegamos a la entrada fuimos a preguntar por un guía que nos llevara a Nakúm, un gran sitio cercano, sin embargo nos dijeron que teníamos que quedarnos a acampar ahí y nosotros debíamos esperar en Yaxhá al grupo, así que nos fue imposible; antes de irme le había indicado a Fernando que usaran el día para nadar en el lago Petén Itzá en Flores mismo, le dije que no fueran a la aldea del Remate pues eso estaba perfecto para descansar después de visitar Tikal al día siguiente; en cambio podían arreglar los asuntos monetarios (lo cual hicieron yendo a un cajero en una gasolinera que si les permitió sacar dinero) y después alcanzarnos por la tarde en Yaxhá para ver el mejor atardecer de la zona maya, para entonces nosotros tendríamos listo el espacio para el campamento. Llegando preguntamos por ello y dejamos nuestras cosas en la caseta de los custodios para recorrer con calma el lugar libremente.
Estructura 144

Yaxhá es el sitio maya que más me gusta de todos los que he tenido la oportunidad de visitar, incluso por encima de Tikal, así que tener todo el día para visitarlo no me desagradó para nada aún cuando no pudimos ir a Nakúm, que sería nuevo para mí.

Comenzamos en el conjunto arqueológico menor, que consta de un edificio con escalinatas en sus cuatro lados y una plataforma alargada con 3 templos en su cima que servían para observar la salida del sol desde la primer estructura usando como referencia la triada frente a él para determinar los equinoccios y los solsticios; más adelante nos encontramos con la acrópolis del suroeste, donde se encuentra el edificio principal: la estructura 216, que domina la vista de los lagos Yaxhá y Sacnab, que se encuentran al sur del lugar y a poca distancia; subimos un rato para observar y luego seguimos con el paseo.
Estructura 137

Un poco más allá llegamos al conjunto de pirámides gemelas, éste tipo de grupos tienen una pirámide en dos de sus lados y en los otros dos una plataforma que sostiene un palacio con 9 puertas y un recito con una estela en su interior; son típicos de Tikal y solamente se han encontrado ahí, en Ixlú y en Yaxhá, lo cual es una muestra de que éste sitio estaba bajo el control de su poderosa vecina.

El camino avanza llevando al área central del sitio, ahí hay una cantidad grande de montículos que fueron estructuras monumentales de importante tamaño, recorrimos todo lo que pudimos y llegamos al juego de pelota de la acrópolis sur, ésta última tiene unos pocos cuartos excavados que se pueden observar, los cuales visitamos también.
Estructura 1

Así llegamos a la acrópolis norte, mi conjunto favorito, tiene en uno de sus lados una serie de palacios y del otro se encuentran las estructuras 137, 142 y 144, las cuales son basamentos piramidales de gran tamaño a los que, exceptuando la primera, se puede subir y permiten ver una gran extensión de la selva y la cima del templo 216 en la distancia. Ahí nos pasamos un buen rato subiendo, bajando y sentados contemplando el lugar.

La siguiente parada fue el grupo Maler, en honor al descubridor del sitio, ahí hay 3 estructuras piramidales menores a las demás que habíamos visto, sin embargo después me sorprendí al leer que una de ellas es la estructura 1 del sitio, cuando normalmente se nombra así a la principal; aquí hay una gran calzada que se puede observar perfectamente entre la selva, lo cual es una muestra de la ingeniería que desarrollaron los antiguos mayas.

Vista desde la estructura 216
El grupo Maler es el más alejado, para seguir el recorrido hay que volver sobre nuestros pasos y luego tomar otro camino, llegando a un conjunto habitacional menor donde se encuentran algunas estructuras pequeñas que han sido excavadas y casi frente a él está el conjunto astronómico mayor, con una pirámide de más de 30 metros de altura, ahí se puede subir por unas escaleras de madera que parecen interminables. Como el primer conjunto que vimos, éste también tiene una plataforma alargada con tres templos; desde la cima se observa la acrópolis norte y parte del lago, bien vale la pena subir aunque no se pueda apreciar nada de la arquitectura pues el edificio está convertido en un montículo gigante.

Acrópolis norte
Desde ahí comienza el camino de regreso, únicamente nos faltó recorrer la calzada que baja al lago, pero decidimos no ir hacia allá para evitar la pesada subida de regreso. Nos fuimos a la caseta de custodios a descansar y a ver si el grupo había llegado, cosa que no sucedió. Habían pasado tantas horas desde que nos fuimos que por un lado temía que no hubieran podido sacar dinero y por otro que hubieran cambiado de planes, por lo que incluso habíamos pensado que si eso sucedía nos quedaba la opción de quedarnos en Yaxhá a esperar la llegada de nuestro amigo Eduardo, quien pasaría la noche siguiente con nosotros en el lugar y luego haría un recorrido diferente, así que podíamos ir con él.

Grupo Maler
Comimos algunas galletas, vimos un pequeño zorro rojo que husmeaba cerca de nosotros y cuando ya estábamos desesperándonos y pensando en bajar al lago para poner las tiendas de campaña, vimos llegar la camioneta del grupo pero fue una gran sorpresa que tan sólo iba el chofer y 8 personas junto con Adriana, con ellos estaba Quintín, pero ni rastro de Fernando. Me dió bastante coraje cuando me dijeron que no haciendo caso a mis indicaciones se habían ido a el Remate a meterse al lago, medio grupo no quería moverse de ahí y los que habían llegado exigieron ir a Yaxhá e incluso tuvieron que pagar la gasolina para que los llevaran, Quintín regresó con ellos dejándolos a mi cargo para que les diera el recorrido guiado por el lugar. Aún no podía disimular mi enojo pero me dio gusto que algunas personas tuvieran interés en visitar el que para mí era el mejor sitio de todo el viaje en grupo.

El atardecer desde la estructura 216
Así, a pesar de estar cansado, se me quitó la sensación de pesadez y nuevamente fui a visitar Yaxhá aunque Ernesto prefirió quedarse a descansar. Otra vez visitamos todos los grupos aunque a una velocidad mayor y no tratando de entrar a cada recoveco del sitio. La gente terminó encantada con el lugar y llegamos al templo 216 justo minutos antes de la puesta del sol, que desde ahí es la más espectacular del mundo maya, pues el lago Yaxhá se ilumina y justo detrás de él ocurre el crepúsculo, todo enmarcado de la exuberante selva que envuelve al sitio. Ernesto ya nos esperaba ahí. El cielo estaba cubierto de nubes sumamente hermosas; había bastante gente pero me escabullí a un rincón en el centro con muy buena vista y me quedé quieto observando como el cielo se encendía en llamas que cambiaban de forma mientras pasaban los minutos; desde que comencé mis viajes quería estar ahí en un atardecer y me encontraba sumamente complacido; todos guardaban un silencio reverencial y ésto daba un aire aún más magnífico al cuadro; así estuve abstraído del mundo hasta que el último rayo de sol se ocultó tras el horizonte. Me pasaron por la mente rostros queridos y me sentí sumamente feliz, al final mi último pensamiento fue para mi amigo Neftalí, quien hubiera estado ahí...

Tuvimos que bajar las cosas hasta el campamento por unas escaleras que parecían interminables y ya en la oscuridad, finalmente llegamos a unas palapas y ahí colocamos las tiendas; bastante más tarde  escuchamos el ruido de una camioneta que llegaba por otro camino que llega hasta el lago pero que inicia varios km antes de la entrada de Yaxhá, por lo que no lo pudimos usar nosotros; el grupo llegó sin tener idea de lo que se habían perdido, al otro día iríamos a Tikal y regresaríamos a acampar ahí mismo, ¡la mitad de todos ellos acamparon dos noches en éste lugar tan hermoso y no conocieron absolutamente nada de él!


lunes, 22 de enero de 2018

Viaje a México y Guatemala pt. 3. Visita relámpago a Aguateca

Lago Petexbatún
El tercer día de viaje salimos temprano con rumbo a la frontera del Ceibo para cruzar hacia Guatemala, el puente que conducía a la carretera que va hacia allá estaba cerrado por lo que tuvimos que dar un rodeo que sin embargo me permitió ver que hay algunos atractivos naturales cercanos a Tenosique, como un balneario rústico del que jamás había oído hablar. En poco más de una hora llegamos al cruce y vimos que teníamos que esperar 15 minutos para que abrieran el paso; luego de ello Fernando bajó del autobús y junto con los conductores fueron a pedir informes para mover el camión lo más cercano a las oficinas (distantes 100 metros) y que se estacionara muy cerca de nuestro nuevo transporte que nos conduciría hasta Chetumal, no era posible cruzar con el autobús que nos había llevado hasta ahí. La espera se hacía larga y finalmente me desesperó tanta tardanza por 100 metros de caminar así que organicé a la gente para ir a sellar el pasaporte con las cosas, lo cual a final de cuentas había que hacer; eso ocasionó una primera fricción con Fernando por no esperar a que regresara. Quintín y otros dos pasajeros tuvieron que ir a tramitar un permiso para entrar a Guatemala pues tuvieron problemas con su pasaporte y no alcanzaron a tramitarlo a tiempo.
Palacio del nicho

Aún con todo, el cruce fue bastante lento, todavía esperamos a que compraran comida para el resto del día y paramos en la ciudad de La Libertad para intentar sacar quetzales del cajero, lo que fue imposible y dejamos para después. Yo temía que no llegaríamos a Ceibal, el único sitio a visitar en el trayecto a Flores, capital del departamente de Petén, al norte del país centroamericano; aunado a que había que tomar lancha pues nos informaron que el camino estaba en muy mal estado por la reciente temporada de lluvias y cerraban a las 4. Nuestro chofer fue bastante rápido en llevarnos sin ningún percance a la orilla del río de la Pasión, donde llegamos a una humilde casa a buscar a un lanchero para negociar el translado al sitio; después de platicar un poco con él decidimos cambiar el rumbo a Aguateca, ahí no había restricción de horario, aunque era más lejos no había que pagar entrada, lo que lo hacía ligeramente más barato que Ceibal. El cambio me alegró mucho pues el nuevo sitio a visitar está en una ubicación muy impresionante, con defensas naturales formidables, pues se encuentra junto a una falla geológica que abre una gran garganta que permitía una mejor defensa del lugar; Ernesto no compartía mi alegría, se molestó bastante de no poder ir a Ceibal.
Grupo del palacio

Salimos lo más pronto posible en una gran lancha de madera, recorrimos un corto trecho por el río de la Pasión, que más adelante se une al Salinas para formar el Usumacinta; luego entramos al arroyo Petexbatún, pasando por zonas cercanas a muchos sitios arqueológicos que nuestro lanchero conocía, así que al final conseguimos un buen contacto para futuros viajes. Poco después de una hora entramos a la laguna Petexbatún, donde el arroyo se ensanchaba bastante y finalmente entramos a un afluente muy delgado y serpenteante entre la vegetación que lo rodeaba, tanto que era difícil dar vuelta en las curvas y las ramas a veces pegaban dentro de la lancha, ocasionando que la gente se moviera y me hiciera temer la posibilidad de que saltaran demasiado bruscamente de su lugar, ocasionando que nuestra embarcación se volteara.
Grupo del palacio

Veía que el sol iba bajando en el horizonte y me preocupaba que no hubiera tiempo de visitar el sitio completo, lo cual sucedió, llegamos al atardecer a la orilla del lago y había que subir a la cima de una elevación considerable; antes de llegar nos encontramos con la caseta del custodio y más allá los primeros edificios de Aguateca, todos pequeños y al parecer residenciales.

Me adelanté para tomar fotografías sin gente, afortunadamente traía mi tripié pues la luz era insuficiente y el cielo se pintaba ya de rojo, así pasé por el palacio del nicho y la sala del consejo. Finalmente visité el grupo del palacio y alcancé a tomar algunas pocas fotos aceptables antes de que todo se oscureciera por completo. La gente llegó y me convencí de que sería imposible ir a la falla geológica, los miradores ni el resto de los grupos del sitio, que aunque no eran muy grandes me hubiera gustado ver.
Plaza del palacio

Aguateca fue un lugar donde la nobleza del cercano Dos Pilas se refugió cuando aquél sitio fue abandonado al final del clásico maya; aquí podían defenderse mucho mejor por la ubicación del lugar pero aún así terminó siendo destruida y hubo una gran masacre que acabó con los gobernantes. Aquí comenzó el efecto dominó que terminó por provocar el abandono de la mayoría de las grandes ciudades de la época como Copán, Tikal, Palenque, etc; ya que las rutas comerciales al caer ésta región tuvieron que modificarse, ocasionando grandes problemas económicos a los reinos lejanos a la costa; aún no se sabe a ciencia cierta el resto de factores que contribuyó a que terminara el periodo clásico, pero entre ellos pudo haber estado el cambio climático, sequías o enfermedades infecciosas.
Saliendo de noche hacia Sayaxché

Ya a oscuras regresamos a la barca, yo iba hasta el final sin ninguna lámpara y me encontré con el lanchero, ahí escuchamos algo como un grito agudo parecido al que hacen los chicleros para ubicarse entre ellos cuando entran a la selva, nos pareció bastante extraño aunque no pudimos verificar de dónde provenía. 

La luna comenzaba a asomar casi llena aunque las nubes cubrieron pronto el cielo, ocasionando incluso que lloviznara en algunos tramos del regreso, las luciérnagas encendían sus luces bioluminiscentes de cuando en cuando y el agua permanecía muy quieta; nuevamente estaba en una lancha navegando de noche, sin embargo la experiencia no fue nada parecida a cuando en el 2015 habíamos recorrido el Usumacinta con unos cuantos amigos; Ernesto y yo habíamos estado ahí y lo recordamos entonces, pero ésta vez tener un grupo de más de 20 personas, con muchas que no compartían nuestros intereses, no permitió que hubiera esa atmósfera mística que tanto nos fascinó cuando en completo silencio nos deslizábamos por el río fronterizo hasta el campamento de El Porvenir.

Llegamos a nuestro punto de partida alrededor de las 8 de la noche y de inmediato nos dirigimos a Flores, ahí nos instalamos en el hotel y comenzó un peregrinar por distintos cajeros automáticos pues descubrimos que quienes tenían tarjetas de banamex no podían sacar dinero en ninguno, incluyendo a Fernando; era nochebuena y yo estuve yendo y viniendo sin cenar casi nada y totalmente molesto y preocupado, siempre en las embajadas recomiendan no cambiar dinero en las fronteras; acatando esto, Fernando había planeado sacar dinero en los cajeros, cosa que me pareció prudente, pero éstos no permitían hacerlo a varios del grupo. Al día siguiente tocaba visitar Tikal, cosa que tuvimos que cambiar en el itinerario para permitir que se arreglara aquel inconveniente, yo estaba ya harto de aquellos problemas así que cuando Ernesto me propuso que nos fueramos a Yaxhá (mi sitio maya favorito) mientras que ellos solucionaran sus cuestiones, yo acepté sin dudarlo. Así terminamos de madrugada en la habitación del hotel, y nuestra celebración fue tomar unas cuantas cervezas con Adriana.

martes, 16 de enero de 2018

Viaje por México y Guatemala pt. 2. Bonampak y los problemas de la selva

Acrópolis de Bonampak
El segundo día de viaje salimos temprano con rumbo a la selva lacandona, parando primero en el restaurante camino verde. Ahí visité a la señora Trinidad Celís y conversamos un poco mientras el grupo desayunaba y observaba el pequeño museo que hay en un rincón del lugar; ella me dijo que el turismo había bajado bastente últimamente y más tarde pude ver la razón. 

Una vez que terminamos el desayuno, volvimos al autobús y continuamos hacia Bonampak, cada vez que paso por aquella ruta me parece que aparecen más topes que hacen lento el trayecto, por lo que la distancia de 120 km desde Palenque pareció eterna. Una vez que llegamos al crucero San Javier, a 15 km de nuestro destino, apareció la primera sorpresa desagradable: ahora cobran 30 pesos por persona para pasar hacia la zona arqueológica o al poblado de Lacanhá, así que nos obligaron a parar para recolectar el peaje.
Estela 1 de Bonampak

Ya sabíamos que debíamos dejar el autobús más adelante y tomar el transporte que los lacandones tienen rumbo a Bonampak, sin embargo la última vez que estuve ahí en 2015 el costo redondo no pasaba de 50 pesos. Ésta vez nos cobraron $100 por persona y al parecernos que era un precio excesivo por 6 o 7 km de recorrido se alzaron de hombros diciendo "es lo que hay que pagar". Igualmente al negociar una lancha para ir a Yaxchilán más tarde, cuando antes habíamos pagado 150 por persona, ahora querían 300, aunque pudimos rebajar al precio anterior después de negociar, pero todavía nos esperaban más sorpresas desagradables.

En Bonampak a parte de lo que ya habíamos pagado, todavía había que dar la entrada del inah, lo cual ya eleva a alrededor de $200 pesos la visita, por mucho fuera del alcance de la mayoría de la población mexicana.

Nos dieron a penas una hora para recorrer y salir hacia Yaxchilán, lo cual logramos dando un paseo por la plaza, viendo las 3 estelas que se encuentran ahí y que muestran diversos hechos realizados por el gobernante Chan Muwan, quien era vasallo del rey Pájaro Jaguar IV de Yaxchilán. Finalmente entramos a los 3 cuartos con pinturas que se encuentran en el edificio I, en la parte baja de la acrópolis.
Cuarto 2

Éstos 3 murales van contando la historia de una batalla, el cuarto 1 a la izquierda es el primero y muestra una ceremonia en las gradas de la acrópolis. Se puede ver a los nobles y al gobernante con bellos atavíos y en la parte baja una serie de personajes en procesión, así como músicos que tocan trompetas y actores disfrazados de animales acuáticos como un cangrejo de río. Todo el cuadro parece festivo y conserva bellos colores que aunque ya se estaban perdiendo por el paso del tiempo, fueron restaurados recientemente, por lo que han recuperado algo del gran esplendor que mostraron cuando fueron pintados al final del periodo clásico, ya cerca del año 800 dC.
Presentación de cautivos

El segundo cuarto es quizá el más impresionante de todos, muestra una batalla en la selva en la cual se enfrentaron Bonampak y Yaxchilán contra el reino de Sak' T'zí, probablemente el sitio de Plan de Ayutla, cerca de Nueva Palestina, más al norte de donde nos encontrábamos. 

Se pueden ver guerreros heridos y vencidos por los capitanes del bando contrario; del otro lado del cuarto, sobre la puerta, se encuentran los cautivos vencidos, algunos moribundos y otros rogando por su vida y mirando sus manos sangrantes con una visible desesperación mientras que los vencedores se posan sobre ellos con postura triunfante.
Cuarto 3

El tercer cuarto es el mejor conservado, presenta la celebración después de la victoria y muestra nuevamente a los nobles con bellos atavíos, otros personajes están sentados aunque sus rostros fueron mutilados y se observa el estuco blanco bajo la pintura que fue arrancada, al lado izquierdo se ve un grupo de mujeres en actitud de conversar, sentadas sobre una banca colorida.

Éstos murales son algunos de los mejor conservados del clásico maya, cambiaron la forma de ver ésta cultura que anteriormente a su descubrimiento era vista como un pueblo pacífico que se dedicaba a la observación de los astros y son un tesoro invaluable que por desgracia como ya dije está ahora fuera del alcance del visitante mexicano promedio por los cobros abusivos que se han añadido para su visita, que si bien los poblados lacandones podrían necesitar, es excesivo cobrar $200 pesos por persona cuando en otras zonas arqueológicas no se paga jamás ni la mitad de eso, con mucha razón ya no pude ver los camiones llenos de gente que visitaban el lugar anteriormente ni las personas que por su cuenta llegaban en auto.
Estela 1 de Dos Caobas en el museo de Frontera

Salimos de ahí y nos dirigimos a Frontera Corozal para tomar la lancha a Yaxchilán, ya sabíamos que en éste poblado cobraban peaje para entrar también, además que los pobladores expulsaron al inah y ahora cobran la entrada al sitio ellos mismos. No nos sorprendieron los $30 pesos de inicio, pero nos llevamos una nueva sorpresa desagradable al saber que además de pagar la lancha, habría que dar $70 pesos de entrada al sitio ¡por 15 minutos de recorrido! en un lugar que mínimo debería de visitarse en 3 horas... yo me negué rotundamente a subir siquiera a la lancha, así como mis compañeros Adriana y Ernesto, además de una pareja del grupo. Los demás tampoco quisieron pagar la entrada al sitio para tan poco tiempo, aunque los convencieron de hacer el recorrido en lancha para ver animales en el camino; quizá a ellos les pareciera bueno ver un cocodrilo pero a mí se me hizo muy poca cosa, así que me quedé en el poblado y preferí ver el pequeño museo que ahí se encuentra y que nunca había estado abierto en mis 3 visitas anteriores, pero que ésta vez para mi sorpresa si lo estaba. Ahí pudimos ver dos estelas del cercano sitio de Dos Caobas, una serie de piezas menores de piedra y cerámica y una colección de fauna conservada en formol.

Finalmente nos sentamos a comer, cuando los demás volvieron hicieron lo mismo y salimos de ahí ya casi a las 8 de la noche, lo que hizo que el recorrido de regreso y hacia el poblado de Tenosique fuera ya de noche y bajo una lluvia tremenda que complicó al conductor el llevarnos de forma segura a destino; a casi media noche estábamos instalándonos en el hotel en el centro de la ciudad fronteriza de Tabasco...

lunes, 8 de enero de 2018

Viaje por México y Guatemala pt. 1. Palenque

Templo de la calavera
Nuevamente tuve la oportunidad de visitar la zona maya al final del 2017 e inicios del 2018; éste viaje fue el último que tuve la oportunidad de planear junto a mi amigo Neftalí que en paz descanse y su compañero Fernando del grupo de arqueoviajes, pasamos varios días diseñando el itinerario y finalmente lo lanzamos para quien quisiera ir a mediados del año. Por desgracia más tarde Neftalí falleció, pero nosotros no quisimos que se cancelara el recorrido y lo consagramos a su memoria. Finalmente Fernando se encargó de la administración y yo sería el guía porque era el único que conocía la región; más tarde Quintín, del mismo grupo de arqueoviajes quedó también como guía. Pasaron los meses y se pudieron juntar 24 personas para realizar un trayecto por Chiapas, el norte de Guatemala, cruzar Belice y terminar en el sur de Quintana Roo.
El Palacio

Comenzamos el viaje tomando el autobús que nos llevaría a la parte mexicana del recorrido desde el monumento a la revolución; salimos un tanto tarde y paramos más veces para que bajaran al baño de las que hubiera esperado. 

Nuestro primer destino era Palenque en Chiapas, llegamos pasado el medio día y todavía nos detuvimos a comer pollo asado pues fue lo único rápido que encontramos; la visita en el sitio tuvo que reducirse a los principales edificios del área central. Así comenzamos el recorrido donde Quintín y yo fuimos dando algunos datos sobre los puntos que íbamos visitando, pasamos por la entrada principal y lo primero que vimos fue el templo de la calavera, las 3 veces anteriores que estuve en Palenque se podía subir al edificio pero ésta vez nos encontramos conque ya estaba cerrado al público.
Templo de las inscripciones

Unos pasos más adelante encontramos la tumba de la reina roja, la cual se encuentra en un túnel dentro del edificio junto al de la calavera; ahí si era posible entrar así que pasamos a recorrerla, se trata de un edificio antiguo que fue sepultado por el que se ve actualmente y que se adaptó para colocar un sarcófago donde se encontró el esqueleto de una mujer cubierta de cinabrio (lo que le daba el color rojo). Después pasamos frente al templo de las inscripciones, en su interior se encontró la famosa tumba del gobernante Kinich Janab Pakal, pero ésta se encuentra cerrada desde hace varios años así que seguimos de largo hacia el palacio; no pudimos apreciar todos los detalles de éste complejo edificio así que nos centramos en su peculiar torre que sobresale en uno de los patios, vimos un poco de pintura mural que representa flores y algunos de los adornos de estuco que aún se observan en las paredes y en los patios.
Torre del palacio

El siguiente punto a visitar era el conjunto de las cruces, que es mi favorito de Palenque. Ya se hacía muy tarde y una parte del grupo junto con Fernando se quedó muy atrás así que Quintín y yo no tuvimos otra opción que adelantarnos con las personas más rápidas pues los tres edificios del conjunto se pueden subir y tienen algunas de las mejores vistas del sitio. Nuevamente pude observar el bello Templo del sol, que es el mejor conservado aunque no el mayor; el templo de la cruz que es aún más alto que el de las inscripciones y el de la cruz foliada que con su basamento cubierto de pasto se ve más pintoresco y salvaje que los demás. Yo iba con calma pues conocía bien éstos edificios, pero debido a la falta de tiempo sólo pude subir al de la cruz.
Templo del sol

Los tres edificios reciben su nombre de unos tableros bellamente labrados que se encuentran en sus templos superiores, todos tienen a los lados las figuras de los gobernantes Kinich Janab Pakal y su hijo Kan Balam II, el del sol en su centro tiene un escudo con el rostro del dios solar Kinich Ahau, el de la cruz tiene una ceiba con las ramas formando el símbolo que da nombre al edificio y el de la cruz foliada tiene una planta de maíz con la misma forma que el anterior. Desde la cima de la cruz pude sentarme un momento a apreciar la belleza de las montañas frente al templo, totalmente cubiertas de selva muy tupida que hace imposible ver lo que hay detrás; al otro lado se puede ver la extensa llanura costera que desde aquí comienza y llega hasta el golfo de México.
Templo de la cruz

El plan era terminar el recorrido en el grupo norte pero cuando bajaba del templo de la cruz los custodios comenzaron a indicar que era hora de salir, de modo que lo único que pudimos ver fue el juego de pelota, el cual es bastante pequeño considerando el tamaño que tiene Palenque.

Desde ahí nos fuimos al hotel, que quedaba en el centro del pueblo del mismo nombre y luego de instalarnos esperamos un rato a que llegara mi amigo Ernesto, quien ya se había adelantado días antes y estaba visitando el sitio de Xupá, el cual yo había visto año y medio antes y por ello le indiqué como llegar. En cuanto nos alcanzó en el hotel me fui con él y con nuestra amiga Adriana a cenar y finalizamos el día regresando al hotel a dormir temprano pues el trayecto desde la ciudad fue bastante largo y agotador.