domingo, 16 de febrero de 2020

Un mes en Campeche pt. 4. Xcalachetzimin

Subiendo al cerro
El sábado 6 de julio me encontré con mi amigo Wilberth, quien me presentó a su hermano Iván; habíamos planeado hacer algunos recorridos los fines de semana durante mi estancia en Campeche y comenzamos por el norte del estado. En ésta ocasión Fernando se había ido a Yucatán por lo que no nos acompañó.

Salimos por la mañana en el auto de Wilberth y nos dirigimos primero a Hecelchakán, donde desayunamos unos tacos de la famosa cochinita que se vende en el centro del poblado. Desde ahí tomamos la carretera a Bolonchén y luego nos desviamos por un camino rural en la búsqueda de Xcalachetzimin, un enigmático sitio que según mis datos debía contener algo de arquitectura en pie y cuyo nombre significa "corral de madera para caballos", probablemente porque así se llama el pequeño valle adyacente al cerro en el que se encuentran los vestigios prehispánicos. Yo tenía unas coordenadas que mostraron ser imprecisas ya que fueron tomadas hace varios años, cuando los gps no eran muy exactos.
Montículos en el cerro grande

Llegamos hasta la base de unos cerros contiguos, el primero de ellos era muy pequeño pero Iván y Wilberth señalaron que arriba parecía haber piedras de estructura, yo no creía que en esa elevación tan pequeña estuviera el sitio ya que detrás había un cerro más grande que parecía más prometedor, además las coordenadas parecían apuntar a ese segundo accidente geográfico. Pasamos por el camino rodeando el primer cerro pequeño y dejamos el auto junto a un campo de cultivo al pie del cerro grande.

Emprendimos una subida que fue un tanto difícil por la maleza crecida, pero teníamos machetes y estábamos decididos a encontrar el sitio, de entre mis amigos exploradores únicamente Stephan había estado ahí. Subimos por un buen rato y por momentos parecía que estábamos en el camino correcto porque aparecían algunos montículos pequeños y terrazas muy destruidas.
Estructura principal de Xcalachetzimin

La cima era muy larga y aplanada, avanzamos bastante por ahí, nos atoramos en lugares terriblemente enmontados, encontramos montículos destruidos, batallamos con el gps de los celulares de Wilberth e Iván y cambiamos de dirección en múltiples ocasiones, pero únicamente nos encontramos con una plaza rodeada de estructuras más grandes pero completamente destruidas, solo pudimos ver un dintel colapsado y algunas piedras alineadas.

Comenzamos a bajar por otro camino tratando de abarcar la mayor área posible (aunque "camino" únicamente es un decir, pues íbamos abriéndonos paso a machetazos). Nuevamente vimos algunos montículos y terrazas pero nada digno de mención. Parecía que nuestra búsqueda era un fracaso luego de un par de horas agotadoras subiendo y bajando por las laderas de ese cerro grande; decidimos regresar al auto y seguir nuestro camino.
Estructura principal de Xcalachetzimin

A penas habíamos avanzado unos metros rodeando el cerro pequeño cuando Wilberth e Iván vieron una estructura en su cima; al llegar no alzamos la vista en ese punto, únicamente haciendo eso nos habríamos ahorrado toda esa caminata y pérdida de tiempo innecesaria pero yo estaba convencido de que el cerro grande debía ser el lugar correcto, claramente estaba equivocado.

Dejamos el carro estacionado a un lado del camino y subimos. Ahí arriba vimos un edificio muy peculiar porque al inspeccionarlo de cerca pudimos ver que tenía 5 o más habitaciones alineadas una tras otra pero no divididas entre sí por sus lados más cortos como casi siempre ocurre, éstas se juntaban en sus lados largos; por lo general en edificios con crujías paralelas como estas únicamente hay dos o tres, nunca 5. Por desgracia la estructura estaba al borde de la ladera y gran parte había colapsado y rodado hacia el valle, solo quedaba la mitad más cercana a la cima y mostraba todas las bóvedas de los medios cuartos que sobrevivían, dentro de los cuales habían muchas avispas. En una de las habitaciones pudimos ver una franja de pintura azul maya con crema.
Estructura superior de Xcalachetzimin

Subiendo un poco más encontramos varias sartenejas tiradas y luego una estructura con habitaciones parcialmente en pie pero mucho más dañada que la anterior. Ya en el otro lado de la cima, que bajaba para unirse al cerro grande, vimos los restos de otro edificio con solamente un fragmento de bóveda pero que conservaba la esquina trasera y mostraba claramente su estilo puuc temprano, bastante antiguo en comparación con otros sitios de la región.

No encontramos nada más en pie pero desde luego que lo que vimos ya valía el esfuerzo que habíamos realizado buscando el sitio. Así regresamos con mucho mejor ánimo al auto y nos dirigimos a buscar un sitio que no había encontrado en mi primer intento medio año antes.


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