Palacio municipal de Ocosingo |
La gran acrópolis |
Estructuras en la gran plaza. |
Nos levantamos a las 8 de la mañana y caminamos hacia el centro de Palenque para
tomar el colectivo que nos llevaría a Ocosingo, pequeña ciudad cabecera
municipal de la zona selvática de Chiapas, por $60. La carretera hacia ahí serpentea
rodeando cerros y barrancos en parte aún cubiertos de vegetación, pero bastante
mermada a comparación de su estado original; es una ruta peligrosa debido a los
deslizamientos de tierra, que en algunos lugares reducían a un carril el
arrollo vehicular. Alejandro estaba encantado con esto, pues tomaba fotos
pensando en un proyecto futuro sobre derrumbes en la zona. Tardamos 2 horas y
media en llegar a destino, y desde la terminal de los colectivos cruzamos la
ciudad hacia el mercado tradicional pasando por la plaza principal, caminamos
entre olor a comida y me sorprendió la gran cantidad de personas que caminaba
por las calles haciendo compras, podíamos escuchar a los habitantes hablando
tzeltal en su mayoría, poco de español oímos. Después de preguntar dimos con
otros colectivos que nos llevaron directamente a la entrada de la zona
arqueológica de Toniná en un trayecto de 15 minutos y 10 pesos de costo por una
pequeña carretera paralela al talud de la sierra. El hecho de esperar ver la
acrópolis del sitio desde el camino hizo que el tiempo me pareciera más
lento, pero finalmente detrás de un lomerío pudimos observar a lo lejos la
enorme estructura, majestuosa entre los cerros de alrededor; más adelante
cruzamos por un vado un pequeño río, pues un el puente se encontraba aún
en construcción, desconozco si era una obra nueva o con las lluvias de la
temporada anterior se haya dañado uno ya existente.
Finalmente, ésa
mañana, después de 5 años, llegaba a un sitio maya nuevo para mí, el
octavo en mi cuenta, lo cual se repetiría muchas veces más durante el resto del
viaje. La porción visitable de Toniná es algo reducida, pero a juzgar por los
montículos que vimos alrededor, era bastante grande, además de que la ya
mencionada acrópolis es la estructura más elevada de Mesoamérica, con 75 m de
altitud.
Juego de pelota |
Al llegar
recorrimos las estructuras ubicadas en la gran plaza, y luego bajamos al juego
de pelota hundido, mismo cuya conformación no he visto en ninguna otra ciudad
prehispánica que haya visitado, y también de los más grandes que he visto.
Después de ello nos dirigimos a la estructura principal, para recorrer los 7
niveles hasta la cima.
Palacio de las grecas |
Quinto nivel |
La acrópolis de
Toniná soporta 13 templos y 8 palacios, y además notamos la presencia de tumbas
y pasajes subterráneos, algunos de los cuales eran accesibles a los visitantes,
como el palacio del inframundo, sumido en la oscuridad en uno de los puntos más
bajos de la acrópolis, y el de las grecas. Por esto, por los espléndidos
paneles de estuco y por la hermosa vista desde el punto más alto, fue un muy
grato lugar para nosotros, y yo me sentí contento pues era el primer punto del
viaje sugerido por mí (Alejandro no lo conocía). Luego de zigzaguear en las
terrazas por casi 3 horas, pasamos un rato en el punto más alto del templo del
espejo humeante que corona aquel enorme edificio, y cuyas escaleras son las más
empinadas que me tocó subir en aquella travesía, mirábamos alrededor con los
binoculares de Diana y… ¡comimos atún ahí!,
luego bajamos algo lento pero nada comparado con lo que tardamos en
subir.
Vista de Toniná desde el templo del espejo humeante |
Cuando finalmente llegamos de nuevo a la plaza, nos
dirigimos a la salida, no sin antes visitar el museo de sitio (cosa que en
Palenque no hicimos); se trata de un pequeño edificio con una sala en la planta
baja y otra en la alta, con un diseño peculiar que va con la arquitectura
prehispánica de la zona. Cabe señalar que ahí se encuentran varias esculturas
de gobernantes y llama la atención que todas o prácticamente todas están
decapitadas o presentan marcas de que lo estuvieron.
Regresamos
a Ocosingo pasadas las 5 de la tarde, la multitud de gente que vimos al llegar
parecía se hubiera esfumado y el olor a comida había desaparecido, pocos
comercios seguían abiertos para nuestra decepción y la de nuestros estómagos, al final comimos tacos al pastor pues el pollo asado que buscábamos
pareciera que nos evadía. Alrededor de las 6 fuimos a tomar el colectivo de
regreso a Palenque, y entonces vimos un puesto con el dichoso pollo, juzgué no
conveniente esperar a que nos despacharan uno y abordamos la combi. Oscureció
muy pronto y llegamos a destino después de las 8 pm.
Calificaciones:
Tamaño: 7, a pesar de ser una ciudad enorme, casi todo el recorrido se realiza en la gran acrópolis y existen muchos montículos sin excavar fuera del área de visita.
Accesibilidad: 10, desde Ocosingo resulta bastante fácil llegar al sitio, pues existen colectivos que llegan hasta ahí.
General: 10, aunque le falta exploración, la visita bien vale la pena y se encuentra alejada de los tumultos de otros lugares, mucha más gente debería visitarlo.
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