viernes, 18 de octubre de 2013

16-01-2012 Zona arqueológica de Edzná


La vieja hechicera

          En Campeche salí a las 7 am hacia la puerta de tierra para buscar la base de los colectivos que van a Bonfil, los cuales pasan por la entrada a la zona arqueológica de Edzná, que sería la última que visitaría antes de regresar, en un principio había pensado en Comalcalco para el día siguiente, pero debido a que tendría que cargar la mochila nuevamente durante todo el día si lo hacía, decidí regresar directamente de Campeche a México sin detenerme. Después de pedir algunas indicaciones di con el paradero de los colectivos y salí hacía allá.

Edificio detrás del Nohoch Nah
Edzná es uno de los sitios más bellos que he visto (mayas o no), llegué aproximadamente a las 8:30 am, y para mi fortuna tuve el sitio para mí solo, exceptuando por los muchos trabajadores que en el lugar al parecer estaban liberando estructuras, pues encontré una recién restaurada y otra en proceso de excavación, además de áreas en las que no pude ver lo que estaban haciendo. Recorrí todo con calma, pues no sabía cuánto tiempo pasaría antes de mi siguiente viaje a una antigua ciudad maya, aunque si tenía la idea de que la próxima debía ser Comalcalco, pues siendo la más cercana a la ciudad de México, era raro que aún no la visitara.
Edificio sur
Primero me dirigí a la sección poniente del sitio, encontrando una pequeña estructura en un cruce de caminos, y luego llegué al grupo de la vieja hechicera. Hay varios edificios con el peculiar estilo del que corona dicho conjunto, me gustan mucho sus formas, pero éste tiene un encanto particular pues su primer cuerpo está liberado y visiblemente restaurado, mientras que su parte superior permanece cubierta de selva. Subí y me encontré con los restos del adoratorio que corona el basamento, y luego un poco más abajo pude divisar a lo lejos el edificio de los 5 pisos, el que para mí es el edificio más bello de cuantos he visto. Caminé hacia él hasta llegar a la gran plaza, ahí vi un edificio circular, otro parecido al de la vieja hechicera y que estaba ya limpio de vegetación en su lado frontal y la parte trasera del gran Nohochná, una larga plataforma de altura media que al otro lado queda frente a la gran acrópolis, y que otorga una vista hermosa del edificio principal de Edzná.

Pequeña acrópolis
Ya en la gran plaza di un vistazo a la plataforma de los cuchillos y luego al edificio sur que se ubica junto al juego de pelota. Luego vi el edificio de los mascarones, adornado a los dos lados de su escalinata, y aún con restos de color sobre el estuco.

Edificio norte
Subí entonces a la pequeña acrópolis, un conjunto donde había trabajadores sacando material, me hubiera gustado saber de dónde. Sus plataformas no son muy altas pero forman una plaza que me gustó mucho. Finalmente pasé a la gran acrópolis, donde lamenté que el paso al edificio de los 5 pisos ya no se permita, pero igualmente disfruté rodeándolo, y observando los extraños taludes curvos del lado norte, es un edificio majestuoso del cual tomé fotografías desde los otros edificios de la plaza, de las mejores del viaje.

Desquité el no subir a los 5 pisos con un ascenso por una parte no desmontada a lo más alto del edificio del norte, desde donde la vista es hermosa, la gran acrópolis y la gran plaza se divisan desde ahí, subí una por una las escalinatas que rodean la plaza de aquel conjunto y entonces llegaron los primeros turistas (una pareja que después supe que eran suizos) cuando yo ya iba hacia la salida.
Gran acrópolis con palacio de los 5 pisos al centro

Palacio de los 5 pisos
Llegué a la carretera donde había descendido del transporte en la mañana a esperar el que me llevara de regreso a Campeche, pero todos los colectivos que pasaron iban llenos, esperé más de una hora, y en ese tiempo llegó un joven que se dirigía a cosechar papaya cerca de ahí, esperaba también transporte y se acercó a platicar conmigo un rato. En ésta conversación pude comprobar la gran pobreza en la que viven los pobladores del sureste mexicano dedicados al campo, aquel hombre tenía mi edad y ya tenía dos niños, y no había regresado a casa en varios días por la cosecha, y ganaba una miseria con la que yo no imagino cómo se mantiene. Al enterarse que yo soy ingeniero, supuso que ganaba una fortuna, algo muy lejos de mi realidad entonces, cuando ni siquiera había tenido trabajo. Al final le di algo de dinero para que tomara un colectivo (viajaba por aventón) y volví a quedarme solo, aunque no por mucho pues los mismos turistas suizos ya mencionados salieron entonces y al no soportar el calor, se apresuraron a pedir aventón, entonces salió una camioneta de Edzná y se detuvo para llevarlos a Campeche, yo me les uní. Así regresé a la capital viajando gratis. Una cosa que me molestó un poco es que al llegar a la ciudad, en un retén nos detuvieron, preguntaron a los suizos por sus pasaportes, y al no tenerlos a la mano no los importunaron en nada, simplemente les recordaron que debían llevarlos consigo, mientras que a mí me exigieron mi credencial de elector y revisaron mi mochila, además de preguntar por mi procedencia, otra vez el malinchismo...

Calificaciones:
Tamaño: 8, es un gran sitio con muchos conjuntos aún inexplorados, los que están ya consolidados son de los más espectaculares del área maya.
Accesibilidad: 6, a pesar de que el transporte público pasa por la puerta del sitio, es fácil llegar pero difícil regresar desde Campeche por la poca frecuencia de los colectivos.
General: 10, es un sitio sumamente particular, monumental y espectacular, en Campeche es un destino obligado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario