martes, 15 de octubre de 2013

03-01-12 Zona arqueológica de Palenque

          Nuestro viaje comenzó la noche anterior saliendo del D.F. en autobús, y llegamos a Villahermosa por la mañana, de ahí tomamos un camión local a Palenque, alrededor de $50 y 3 horas de camino.

          Llegamos a nuestro destino y buscamos hospedaje y salimos rumbo a las ruinas pasada ya la una de la tarde, tomando un colectivo en la glorieta donde comienza la calle Benito Juárez, donde al centro hay una gran cabeza de Pakal, gobernante más famoso de la antigüa ciudad, el costo fue de $10 más la entrada al parque nacional de $40, cabe mensionar que éstos colectivos pasan durante todo el día, lo cuál convierte la visita a la zona arqueológica en una de las más sencillas que existen.
Glorieta donde se toma el colectivo a las ruinas.

Templo del Conde
           Al llegar al sitio arqueológico lo primero que quise hacer fue buscar el grupo IV, el cual no había podido ubicar en mi primera visita al sitio, 5 años antes, sin embargo me llevé una sorpresa al descubrir que al igual que otros conjuntos que había visitado anteriormente, se encontraba cerrado al público. Al desviarnos buscando dicho conjunto, decidimos seguir por el camino en el que íbamos, con lo cual llegamos a la plaza principal junto al templo del Conde, pero con el detalle que al final de dicho camino y en el sentido contrario al que íbamos había un letrero que decía no pase, cosa que nos sucedió dos veces ése día.

Grupo XVI
El grupo norte comprende el templo del conde (llamado así porque se dice que el excéntrico explorador francés Frédéric Waldeck, lo habitó durante su estancia en Palenque en 1832) y los edificios I a V que se ubican sobre una plataforma alargada, es pequeño pero muy bonito, lo recorrimos en poco tiempo y luego caminamos hacia el juego de pelota. Seguimos con el grupo XVI, cuyos pasajes abovedados y múltiples niveles de habitaciones gustaron mucho a Diana y a mí, incluso nos dimos cuenta que había niveles por debajo del suelo, pues en el centro de una pequeña plaza encontramos aberturas que dejaban ver un poco de las oscuras cámaras ocultas construídas quizá bajo falsos arcos mayas.

Templo de la cruz
Lo siguiente fue el grupo que más me gusta de Palenque: Las cruces, con su majestuoso templo de la cruz, el ruinoso y melancólico templo de la cruz foliada y el pequeño pero bien conservado y hermoso templo del sol, además de otros edificios menores que rodean una plaza de medianas dimensiones, ahí Alejandro comenzó a dar muestras de cansancio, recorrimos los basamentos y nos sentamos un rato en lo alto del templo de la cruz, desde donde se tiene una vista espectacular de la llanura costera, dominada desde las primeras estribaciones de los altos de Chiapas. En el templo del sol nos detuvimos por otro rato ya que Alejandro se tendió en una escalinata a descansar. Luego tratamos de dirigirnos a los templos XIX y XX, pero el acceso estaba cerrado.

Templo del hermoso relieve
Cruzamos el arrollo Otolum, y seguimos una pequeña senda en la selva junto al mismo, ya que yo recordaba haber ido al templo del león o del bello relieve por ahí, pero más adelante nos encontramos con el camino de piedra hecho para los turistas, y nuevamente nos dimos cuenta que sin notarlo estábamos en una zona donde no había paso. Sin embargo estábamos ya a unos 100 metros de la cadena que cerraba el acceso y decidimos seguir, rápidamente comprobamos el por qué de la restricción: apenas podíamos caminar por lo resbaloso del piso; llegamos así al templo al final del camino, ahí estuve a punto de caer hacia el río, unos 8 metros más abajo, pero Diana me detuvo.

Regresamos a la plaza por el mismo sendero por el que entramos para evitar el letrero y pasamos frente al famoso templo de las inscripciones, Alejandro nuevamente se tendió a descansar mientras Diana y yo entrábamos a la tumba de la reina roja y al templo de la calavera.

Templo de las inscripciones, tumba de la reina roja y templo de la Calavera
Seguimos hacia el palacio, recorriendo cada uno de los patios y entrando a los subterráneos, como se hacía tarde y el cansancio del viaje ya hacía algo de mella decidimos
El palacio
dirigirnos a la salida, todavía recorrimos los grupos Murciélagos, I y II, que junto al grupo B y C están a los lados del camino de salida, pero éstos últimos se encontraban cerrados. También nos detuvimos un rato a admirar la bella cascada “baño de la reina”, que al caer pareciera una delgada sábana de agua azul. Cuando llegamos a la salida eran ya las 5 pm, hora en que las zonas arqueológicas cierran.

Grupos I y II
Regresamos al centro de la ciudad moderna y terminamos comiendo tacos pues no encontramos muchos establecimientos abiertos, de ahí fuimos a comprar comida para los días subsiguientes en la bodega cercana al hotel. Ya completamente agotados regresamos a nuestra habitación, donde vimos junto a la ventana una brillante salamandra de color amarillo, ésa noche todos dormimos como piedras.




Calificaciones:
Tamaño: 8, el sitio es enorme, pero la zona explorada es mínima en comparación.
Accesibilidad: 10, es muy sencillo llegar al sitio en auto y en transporte público.
General: 9, uno de los sitios mayas más interesantes, grandes y espectaculares que existen, además es Patrimonio de la Humanidad, vale la pena visitarlo, sólo tiene el inconveniente de que dentro hay muchos comerciantes que entorpecen la visita, bien podrían ubicarse a la entrada de la zona arqueológica.

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