viernes, 18 de octubre de 2013

09-01-2012 Zona arqueológica de Calakmul



                Me levanté a las 8 de la mañana y esperé un poco a mi anfitrión para que me llevara a Calakmul, uno de los sitios que mas esperaba visitar. Un largo camino de alrededor de 60 km nos separaba de la entrada al sitio, ahí me enteré de que a pesar de estar prohibido, algún empresario construyó un parador turístico y ahora monopolizaba la entrada a la zona arqueológica, obligando a los visitantes a abordar un tren turístico para llegar hasta ahí, pero los dueños del campamento conservaban aún su derecho de paso, por lo que no tuve que pasar por aquello. Después de más o menos hora y media me di cuenta de que llegábamos a destino, pues incluso en un punto la carretera pasó sobre lo que claramente era un montículo prehispánico, algo que no he visto en ningún otro sitio.

Grupo Noreste
Edificio de las pinturas en la acrópolis de Chiik Nab
                Finalmente llegamos y comencé a recorrer la zona arqueológica, la cual es bastante grande y cuenta con tres senderos para visitarse según el tiempo disponible y el ánimo del viajero, naturalmente elegí el camino más largo, pasé por algunos conjuntos pequeños y caminé por algunas veredas para encontrarme con otros reducidos edificios, luego llegué a la acrópolis de Chiik Nab, en la cual se encuentran unas hermosas pinturas muy bien conservadas que para mi desgracia aún no eran visitables. Más adelante se encuentra la gran acrópolis, una muralla de tamaño considerable de la cual yo no tenía noticia alguna me recibió en dicho conjunto, y ahí me encontré con las primeras estructuras de gran formato y con el único juego de pelota del lugar.

Estructura en la gran acrópolis
Edificio I
Tomé un camino sin saber a dónde me conduciría y para mi sorpresa terminé ante la inmensa mole del edificio I, uno de los más importantes y que cuenta con la mejor vista, subí sin dudar hasta su punto más alto, muy por encima del dosel de la selva, por lo que pude observar 360° de mar verde, a lo lejos incluso se pude apreciar a penas el perfil de la Danta, el edificio maya más grande de todos, ubicado en el sitio del Mirador. Me senté ahí y estuve contemplando por un rato la gran majestuosidad de aquel lugar, ahora tan remoto, tan lejos del mundo de los humanos, en medio de un ataúd de vegetación y apenas liberado en secciones de su mortaja; aquella ciudad que alguna vez fuera una de las más poderosas de la región, quizá del mundo, por mil años descansa de sus tribulaciones.
               
Edificio III
Edificio II
                Con aquella sensación bajé de aquel sitio y caminé hacia el edificio III, cuyo dibujo de reconstrucción me agrada mucho, y que en su ruina apenas se distingue la belleza de antaño. Luego unos pasos más adelante encontré la grandiosa estructura II, en cuyo interior descansa quizá el edificio abovedado maya más antiguo, cuya bóveda de cañón corrido es única en América y que además está coronado por un enorme friso, pero que tampoco es visitable. Permanece inaccesible para los visitantes en las entrañas de la enorme pirámide. Subí y recorrí los restos de los edificios adosados al talud principal, y después me dirigí a lo más alto, que desde el suelo está oculto, pero que rebasa los 40 metros de altura. La vista es menos amplia que en el edificio I ya que los árboles cubren el lado sur, pero hacia el norte se mira majestuoso el edificio VII. La vista de la estructura I es igualmente impresionante.

Edificio I desde la cima del II
Estructura VII
Estructura II desde la VII
                Finalicé mi recorrido con la gran plaza, rodeada de los edificios II, IV, VI, VII y VIII, y atravesada por el V, es uno de los conjuntos más monumentales que se puede visitar de la cultura maya. Subí finalmente al edificio VII y quedé en éxtasis al mirar de frente la grandeza del edificio II. Finalmente regresé a la entrada, donde mi anfitrión me estuvo esperando todo el tiempo y regresamos por el único camino posible al campamento, donde me mostraron una buena cantidad de revistas y álbumes fotográficos mayoritariamente de sitios mayas cercanos.

Calificaciones:
Tamaño: 10, el sitio es enorme, falta mucho por explorar pero el recorrido largo tomará un buen rato, se trata de una antigüa ciudad sumamente monumental, de las más poderosas en su época.
Accesibilidad: 4, es difícil y caro llegar a ésta remota zona arqueológica, se puede llegar desde el poblado de Xpuhil o Conhuas en taxi, pero aún lejos de la entrada hay que pasar por el centro de visitantes y pagar el trasporte desde ahí, la opción que yo tomé me pareció la mejor, en el campamento Yaxché, en el km 6 de la carretera que conduce al sitio te pueden llevar por un costo aproximado de 350 pesos, pero evitan que uno se tope con el centro de visitantes privado, pague el transporte y tenga el tiempo limitado.
General: 10, una experiencia inolvidable, el sitio además se encuentra en medio de la reserva natural más grande del país, realmente vale la pena pasar por el difícil acceso al sitio y visitarlo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario